Rubén Cortés
Poco favor hicieron ayer a Marcelo Ebrard los perredistas que pidieron designe por dedazo a su sucesor, pues despintan al jefe de Gobierno su fachada de político de izquierda moderna, capaz de construir instituciones y ampliar el régimen de derechos y libertades.
Víctor Hugo Lobo, delegado en Gustavo A. Madero y Karen Quiroga, diputada local, solicitaron a Ebrard llevar la mano para decidir el nombre de quien representaría al PRD en las elecciones para jefe de Gobierno del 1 de julio de 2012.
Sirven en bandeja a Ebrard un PRD que no es más que una réplica del viejo PRI autoritario del que procede el propio Jefe del GDF, pero quien tuvo la capacidad de reinventarse desde 1994 como un político de izquierda, ni siquiera de centro y, más todavía: moderno.
Sin embargo, Quiroga, sin sonrojo alguno, dijo que “somos respetuosos del acuerdo entre AMLO y Ebrard, según el cual quien definiría toda la política en la ciudad es Ebrard. En esa lógica fue el acuerdo que se construyó para no atropellar absolutamente a nadie”.
Un acuerdo para “no atropellar a nadie”: la insolencia de Quiroga es inquietante, porque olvida que la decisión unipersonal de Ebrard ungirá a un aspirante y le echará la plancha del Zócalo encima a por lo menos cuatro que se quedarían con los deseos de obtener la candidatura.
Así, la verdadera amenaza de una restauración de las viejas prácticas del dedazo y la imposición encuentra más asidero en el PRD que en el PRI actual, como lo demuestran no solamente la exigencia de Lobo y Quiroga en el DF, sino también la influencia de AMLO en Tabasco.
En la cuna del lopezobradorismo, es un hecho que el candidato único de “las izquierdas” a los comicios de 2012, impondrá como abanderado de las mismas “izquierdas” a la gubernatura local a Arturo Núñez, quien ya lo fue en el año 2000 por… el PRI.
Núñez es conocido como el “senador Fobabroa”, porque era coordinador de la bancada priísta en el Senado en 1998, cuando fue aprobado el Fondo de Protección al Ahorro Bancario, instrumentado por el entonces presidente Ernesto Zedillo.
Otro ejemplo del PRD como heredero del viejo PRI es su actual Gobernador en Guerrero, otro ex priísta, Ángel Heladio
Aguirre, acusado del complicidad en el asesinato de 17 miembros de la Organización Campesina Sierra del Sur, el 28 de junio de 1995 en Aguas Blancas.
Sí, el mismo Aguirre que desde antier está envuelto otra vez en el asesinato de activistas sociales cercanos al PRD, luego de que policías de su actual gobierno mataron a dos jóvenes participantes en una marcha de normalistas en Chilpancingo.
Por eso en el PRD están ahora Bartlet, Muñoz Ledo, Manuel Camacho…
Poco favor hicieron ayer a Marcelo Ebrard los perredistas que pidieron designe por dedazo a su sucesor, pues despintan al jefe de Gobierno su fachada de político de izquierda moderna, capaz de construir instituciones y ampliar el régimen de derechos y libertades.
Víctor Hugo Lobo, delegado en Gustavo A. Madero y Karen Quiroga, diputada local, solicitaron a Ebrard llevar la mano para decidir el nombre de quien representaría al PRD en las elecciones para jefe de Gobierno del 1 de julio de 2012.
Sirven en bandeja a Ebrard un PRD que no es más que una réplica del viejo PRI autoritario del que procede el propio Jefe del GDF, pero quien tuvo la capacidad de reinventarse desde 1994 como un político de izquierda, ni siquiera de centro y, más todavía: moderno.
Sin embargo, Quiroga, sin sonrojo alguno, dijo que “somos respetuosos del acuerdo entre AMLO y Ebrard, según el cual quien definiría toda la política en la ciudad es Ebrard. En esa lógica fue el acuerdo que se construyó para no atropellar absolutamente a nadie”.
Un acuerdo para “no atropellar a nadie”: la insolencia de Quiroga es inquietante, porque olvida que la decisión unipersonal de Ebrard ungirá a un aspirante y le echará la plancha del Zócalo encima a por lo menos cuatro que se quedarían con los deseos de obtener la candidatura.
Así, la verdadera amenaza de una restauración de las viejas prácticas del dedazo y la imposición encuentra más asidero en el PRD que en el PRI actual, como lo demuestran no solamente la exigencia de Lobo y Quiroga en el DF, sino también la influencia de AMLO en Tabasco.
En la cuna del lopezobradorismo, es un hecho que el candidato único de “las izquierdas” a los comicios de 2012, impondrá como abanderado de las mismas “izquierdas” a la gubernatura local a Arturo Núñez, quien ya lo fue en el año 2000 por… el PRI.
Núñez es conocido como el “senador Fobabroa”, porque era coordinador de la bancada priísta en el Senado en 1998, cuando fue aprobado el Fondo de Protección al Ahorro Bancario, instrumentado por el entonces presidente Ernesto Zedillo.
Otro ejemplo del PRD como heredero del viejo PRI es su actual Gobernador en Guerrero, otro ex priísta, Ángel Heladio
Aguirre, acusado del complicidad en el asesinato de 17 miembros de la Organización Campesina Sierra del Sur, el 28 de junio de 1995 en Aguas Blancas.
Sí, el mismo Aguirre que desde antier está envuelto otra vez en el asesinato de activistas sociales cercanos al PRD, luego de que policías de su actual gobierno mataron a dos jóvenes participantes en una marcha de normalistas en Chilpancingo.
Por eso en el PRD están ahora Bartlet, Muñoz Ledo, Manuel Camacho…
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