Apro
Miembros del gobierno de Felipe Calderón, aunque adversarios en la conquista de la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota acusó hoy a Ernesto Cordero de ser responsable del crecimiento de la pobreza en México, mientras que éste le recriminó ser incapaz de aprobar leyes y de ausencia de transparencia.
En el tercer y último debate previo a las precampañas, que inician el 18 de diciembre, y teniendo a Santiago Creel prácticamente como espectador, Vázquez Mota aseguró que como secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) en el gobierno de Vicente Fox abatió la pobreza, pero con Cordero en el mismo cargo en el gobierno de Calderón creció la cifra de pobres:
“Cuando dejé la Secretaría de Desarrollo Social, y ahí están las cuentas y las cifras, la pobreza alimentaria, la pobreza extrema bajó de poco más de 23 millones de mexicanos a 14 millones, aunque esta cifra en gestiones que me precederían (sic) o que estarían después de mí en la Secretaría de Desarrollo Social volverían a subir la pobreza. Yo dejé la pobreza en 14.7 millones de mexicanos y esa pobreza volvería a subir.”
Ante la imputación, Cordero endureció el rostro, mientras que sus auxiliares, como el vocero Maximiliano Cortázar, gritaban que le quitaran el micrófono a Vázquez Mota: “¡Tiempo, tiempo!”, pedían.
Era la última ronda del debate celebrado en la sede nacional del PAN y en su última intervención Cordero había acusado a Vázquez Mota de no haber sido capaz como coordinadora de la bancada de aprobar las leyes que el país necesita y que tampoco actuó con transparencia.
En medio del griterío, Vázquez Mota alcanzó a medio dar respuesta a la imputación de opacidad e ineficacia como coordinadora del PAN –“estoy orgullosa de mi bancada, porque sacamos presupuestos que eran adversos y leyes”–, y lanzó un llamado a la unidad: “No hay manera de ganar la elección presidencial si no lo hacemos así”.
Cordero ya no pudo responder en el debate y luego, en entrevista, atribuyó el aumento de los pobres a la crisis económica, que fue en todo el mundo, y que por ello se creó un programa alimentario destinado a la pobreza extrema: “Durante la gestión de Josefina a nadie le habían importado los pobres de los pobres”, subrayó.
Cordero Arroyo se negó a reconocer que, conforme a las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza patrimonial pasó de 45.5 millones en 2006 a 57.7 millones en 2010, y adujo que disminuyó la pobreza extrema.
Y precisó: “Para que luego nadie se equivoca: esto no es un tema de género, esto es un tema de trayectorias, este es un tema de méritos, este es un tema esencial y este es un tema de trayectoria por una patria ordenada y generosa”.
Por su parte, Vázquez Mota insistió en que ella sí disminuyó la pobreza, aunque reconoció que ella formó parte como secretaria de Educación Pública del gobierno en el que creció la cifra de pobres.
El choque siguió en las entrevistas posteriores al debate organizado por la Fundación Rafael Preciado Hernández, que elaborará la plataforma electoral y, en el noticiero de Joaquín López Dóriga, Vázquez Mota reveló que Cordero, siendo secretario de Hacienda, le marcaba a su teléfono cada minuto para pedirle que defendiera algunos rubros del presupuesto en la Cámara de Diputados.
“Me decía en su peculiar estilo de hablar: ‘Compañera, si nos tumban este rubro me va a ir muy mal’. Y me acuerdo que logré sacar esta negociación a las cinco o seis de la mañana. Probablemente él ya lo ha olvidado, pero yo no lo quiero olvidar. Me dijo: ‘Compañera, me salvaste la vida’, y así fue este gran trabajo”.
Cordero lo negó: “Josefina miente en el contenido de estas llamadas. Yo le llamé, sí para felicitarla, pero no que me había salvado o que le debía algo (…) Hay que ser congruentes y decir la verdad”.
Creel, por su parte, evadió la confrontación en el debate y se pronunció por cambiar la estrategia del gobierno de Calderón en la lucha contra el crimen organizado por “una estrategia que vaya al origen del mal y el origen del mal está en el dinero, en la utilidad, en los recursos”.
Recordó que por eso presentó una iniciativa, que se aprobó en el Senado, para combatir el lavado de dinero, iniciativa conjunta con la que planteó Calderón, que establece una premisa: el crimen organizado es crimen porque, entre otras cosas, es un gran negocio. Si no fuera un gran negocio, obviamente las actividades se canalizarían a otras partes.
Se pronunció por poner énfasis en combatir a los grupos más violentos y proceder a la limpia de las cárceles y darle dimensión internacional al problema.
En este tema, Cordero se plegó completamente a la estrategia de Calderón y emplazó a Vázquez Mota y a Creel a definirse con claridad y lo que se dice en privado que se haga en público.
La diputada con licencia expresó: “Reitero lo que he dicho en público y en privado: frente al crimen organizado no puede haber tregua, frente al crimen organizado ni un paso atrás, frente al crimen organizado toda la aplicación de la fuerza de la ley. No podemos rendir al Estado mexicano frente al crimen organizado”.
Miembros del gobierno de Felipe Calderón, aunque adversarios en la conquista de la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota acusó hoy a Ernesto Cordero de ser responsable del crecimiento de la pobreza en México, mientras que éste le recriminó ser incapaz de aprobar leyes y de ausencia de transparencia.
En el tercer y último debate previo a las precampañas, que inician el 18 de diciembre, y teniendo a Santiago Creel prácticamente como espectador, Vázquez Mota aseguró que como secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) en el gobierno de Vicente Fox abatió la pobreza, pero con Cordero en el mismo cargo en el gobierno de Calderón creció la cifra de pobres:
“Cuando dejé la Secretaría de Desarrollo Social, y ahí están las cuentas y las cifras, la pobreza alimentaria, la pobreza extrema bajó de poco más de 23 millones de mexicanos a 14 millones, aunque esta cifra en gestiones que me precederían (sic) o que estarían después de mí en la Secretaría de Desarrollo Social volverían a subir la pobreza. Yo dejé la pobreza en 14.7 millones de mexicanos y esa pobreza volvería a subir.”
Ante la imputación, Cordero endureció el rostro, mientras que sus auxiliares, como el vocero Maximiliano Cortázar, gritaban que le quitaran el micrófono a Vázquez Mota: “¡Tiempo, tiempo!”, pedían.
Era la última ronda del debate celebrado en la sede nacional del PAN y en su última intervención Cordero había acusado a Vázquez Mota de no haber sido capaz como coordinadora de la bancada de aprobar las leyes que el país necesita y que tampoco actuó con transparencia.
En medio del griterío, Vázquez Mota alcanzó a medio dar respuesta a la imputación de opacidad e ineficacia como coordinadora del PAN –“estoy orgullosa de mi bancada, porque sacamos presupuestos que eran adversos y leyes”–, y lanzó un llamado a la unidad: “No hay manera de ganar la elección presidencial si no lo hacemos así”.
Cordero ya no pudo responder en el debate y luego, en entrevista, atribuyó el aumento de los pobres a la crisis económica, que fue en todo el mundo, y que por ello se creó un programa alimentario destinado a la pobreza extrema: “Durante la gestión de Josefina a nadie le habían importado los pobres de los pobres”, subrayó.
Cordero Arroyo se negó a reconocer que, conforme a las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la pobreza patrimonial pasó de 45.5 millones en 2006 a 57.7 millones en 2010, y adujo que disminuyó la pobreza extrema.
Y precisó: “Para que luego nadie se equivoca: esto no es un tema de género, esto es un tema de trayectorias, este es un tema de méritos, este es un tema esencial y este es un tema de trayectoria por una patria ordenada y generosa”.
Por su parte, Vázquez Mota insistió en que ella sí disminuyó la pobreza, aunque reconoció que ella formó parte como secretaria de Educación Pública del gobierno en el que creció la cifra de pobres.
El choque siguió en las entrevistas posteriores al debate organizado por la Fundación Rafael Preciado Hernández, que elaborará la plataforma electoral y, en el noticiero de Joaquín López Dóriga, Vázquez Mota reveló que Cordero, siendo secretario de Hacienda, le marcaba a su teléfono cada minuto para pedirle que defendiera algunos rubros del presupuesto en la Cámara de Diputados.
“Me decía en su peculiar estilo de hablar: ‘Compañera, si nos tumban este rubro me va a ir muy mal’. Y me acuerdo que logré sacar esta negociación a las cinco o seis de la mañana. Probablemente él ya lo ha olvidado, pero yo no lo quiero olvidar. Me dijo: ‘Compañera, me salvaste la vida’, y así fue este gran trabajo”.
Cordero lo negó: “Josefina miente en el contenido de estas llamadas. Yo le llamé, sí para felicitarla, pero no que me había salvado o que le debía algo (…) Hay que ser congruentes y decir la verdad”.
Creel, por su parte, evadió la confrontación en el debate y se pronunció por cambiar la estrategia del gobierno de Calderón en la lucha contra el crimen organizado por “una estrategia que vaya al origen del mal y el origen del mal está en el dinero, en la utilidad, en los recursos”.
Recordó que por eso presentó una iniciativa, que se aprobó en el Senado, para combatir el lavado de dinero, iniciativa conjunta con la que planteó Calderón, que establece una premisa: el crimen organizado es crimen porque, entre otras cosas, es un gran negocio. Si no fuera un gran negocio, obviamente las actividades se canalizarían a otras partes.
Se pronunció por poner énfasis en combatir a los grupos más violentos y proceder a la limpia de las cárceles y darle dimensión internacional al problema.
En este tema, Cordero se plegó completamente a la estrategia de Calderón y emplazó a Vázquez Mota y a Creel a definirse con claridad y lo que se dice en privado que se haga en público.
La diputada con licencia expresó: “Reitero lo que he dicho en público y en privado: frente al crimen organizado no puede haber tregua, frente al crimen organizado ni un paso atrás, frente al crimen organizado toda la aplicación de la fuerza de la ley. No podemos rendir al Estado mexicano frente al crimen organizado”.
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