Lo que sigue para Moreira

Jorge Diaz

Independientemente que desde el Gobierno Federal estén complacidos con la jugada de golpear al PRI, a Enrique Peña Nieto, a la Gordillo, y por supuesto a Humberto Moreira, que en el principio de su corta gestión como presidente de ese partido, llegó con unos aires de brabucón muy espesos; ahora la demostración por parte de las autoridades competentes, debe ser la de continuar la investigación y castigar al o los culpables por el supuesto endeudamiento fraudulento en Coahuila.

Hasta cierto punto, el uso político del caso Moreira ha terminado con su renuncia, pues al no aguantarse más en el puesto, evita vergüenzas al interior del recinto priista, que seguramente hubieran sido registradas por la prensa y utilizadas por sus contrincantes para pegarle directo al copete de la campaña peñanietista. Es momento de darle paso al asunto legal, al que finalmente a todos los mexicanos nos interesa y en lo particular, a los Coahuilenses.

Si se dan por servidos en el gobierno panista y deciden pasar a la siguiente estrategia para disminuir la ventaja de los priistas, ignorando o restando importancia al asunto que todavía está pendiente y que exige (a mi entender), una mayor dedicación para no dejar impune un posible crimen, estarían haciéndose cómplices.

Así pues, si el gobierno blanquiazul aspira a dejar una buena imagen en lo que le queda de tiempo como máximo poder en el país, debe disociar lo político de lo estrictamente judicial. De ninguna manera se puede dejar al olvido la investigación que involucra a Moreira, por negociaciones que tienen que ver con los asuntos electorales y que a final de cuentas, les importa sólo a ellos.

Del lado del mexicano, está el sentimiento de agravio y la necesidad de justicia, poco o nada importan sus cálculos electorales.

Por lo tanto, lo que sigue para Moreira debe contener la misma intensidad por parte de las autoridades e igual insistencia por parte de los ciudadanos, hasta llegar al fondo de la verdad y hacer que paguen quienes tienen responsabilidad.

Inclusive, de acuerdo a los amagos por parte de la gris defensa de Moreira, se dieron algunas insinuaciones de responsabilidad por parte de Ernesto Cordero; si así fuera, también es exigible una acción a fondo por parte de la justicia para aclarar, y en todo caso castigar, si en la dependencia que éste último dirigía, ya sea él o cualquier otro funcionario sin importar la amistad que lleven con el presidente Calderón, pudieran tener.

El caso no está cerrado; por el contrario, sigue muy abierto y seguramente sangrando en muchos bolsillos coahuilenses.

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