La saludable madriza

Itinerario Político / Ricardo Alemán

Por donde se quiera ver, resulta saludable para Enrique Peña Nieto, para la democracia, para la elección presidencial, para la libertad de expresión… para todos, la madriza que, a través de las redes sociales, le recetaron los ciudadanos al virtual candidato presidencial del PRI.

Es saludable para Peña Nieto y sus colaboradores, porque significa un tropiezo que los pone con los pies en la tierra; porque exhibe que el más aventajado es falible, porque muestra las fallas y los hoyos negros de su campaña y porque baja a Peña Nieto de la nube en la que andaba. Hoy el mexiquense sabe lo que es una campaña presidencial; lo más lejano a un domingo en la alameda.

Es saludable para la democracia electoral mexicana, porque para eso son los procesos electorales; para exhibir a los políticos y a los aspirantes a puestos de elección popular; las elecciones son para desnudar sus carencias y vergüenzas; para que los potenciales electores conozcan de lo que están hechos los presidenciables, identifiquen el pie del que cojean y sepan por qué clase de mentirosos, mesiánicos y/o incultos van a votar.

La madriza también es saludable para la libertad de expresión, ya que confirma que esa libertad goza de cabal salud y que, por tanto, la infanta democracia electoral mexicana también está saludable. Además, claro, que es saludable saber que las redes sociales ya son factor para medir el estado de ánimo de los potenciales electores, frente a los tropiezos, fortalezas y debilidades de tal o cual candidato presidencial.

Es saludable –al mismo tiempo– porque exhibe los elevados niveles de intolerancia, polarización y choque que desatan los procesos electorales y la confrontación de ideas y personalidades, como la de Peña Nieto; quien lo mismo desata pasiones y amores extremos, que odios y rencores enfermos. Y por supuesto que es saludable, porque exhibe a los “lectores de sobaco”, de “solapa” y “de café”; esos que creen que la lectura es posible a través de fenómenos físicos como la ósmosis o la capilaridad.

Es saludable –por igual–, porque si bien exhibió los odios irracionales y la intolerancia sin límite, también hizo público lo mejor del ingenio, el talento y la imaginación de miles de mexicanos. Un repaso en las redes sociales arroja verdaderas joyas del humor, el ingenio y la creatividad, a partir del tropezón de Peña Nieto, pero también del resbalón de Ernesto Cordero y el trompicón de AMLO.

Es saludable, porque permitirá que los especialistas que rodean a Peña Nieto entiendan el tamaño de las malquerencias y los odios gratuitos o inventados que ha ganado el mexiquense. Sin duda que a partir de esa experiencia construirán una estrategia, un discurso y un antídoto para, por un lado, aprovechar las lecciones de los espontáneos y, por el otro, sacar de la contienda presidencial los ánimos exaltados de los que hacen propaganda pagada en las redes sociales, sea contra el PRI, el PAN o el PRD.

Es saludable, porque la madriza ratifica que –para fortuna de todos–, son garbanzos de a libra los poetas o escritores que, al mismo tiempo, son políticos, candidatos y gobernantes. Y es que las reglas de la política, del poder y del Estado están muy lejos de las de la poesía, la literatura y la creación artística. Es saludable porque no sería sana la vuelta al poder máximo de políticos elevados a la máxima calidad de poetastros o sedicentes escritores, como López Portillo, que terminó en el triste papel de pillo.

Es saludable porque la madriza y el escándalo mediático dejan ver no sólo la pobreza de las lecturas de Peña Nieto, sino la vergüenza de una sociedad toda, que se escandaliza de lo que ve en el espejo; de verse a sí misma. Y es que Peña Nieto es el reflejo de una generación y una sociedad de la que son parte casi todos aquellos que se mofan de la incultura de Peña Nieto. ¿Cuántos de los que hicieron leña de Peña Nieto no han leído ni “La Silla del Águila” y menos “La Presidencia Imperial”?

Es saludable porque exhibe las serias deficiencias de los egresados de costosas y pomposas universidades privadas, en las que hoy se educan los políticos mexicanos.

Y la madriza pudiera ser saludable para todos, si es que ya presidente –sea Peña Nieto, Vázquez Mota, o AMLO–, redimen su incultura en la promoción de universidades, públicas y privadas. Ya existe un caso, el del gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, al que se puede criticar de muchas cosas, menos de impulsar el más ambicioso programa para la promoción de universidades públicas y privadas. La saludable madriza.

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