Andy Novell F.
En la actualidad en Coahuila se vive una especie de miedo urbano, ya no se sabe a qué hora los grupos del crimen organizado comenzarán un enfrentamiento en plena vía pública, no importa qué hora del día sea, no importa si es con rifles de asalto o granadas de fragmentación.
Esto es diariamente en este estado del país, aquí las autoridades de los tres niveles de gobierno nada más se encargan de realizar patrullajes y esperan las llamadas anónimas denunciando a los grupos delictivos.
Sin embargo, de acuerdo a la platica que sostuve vía telefónica con un funcionario de la Procuraduría del estado, en esta entidad está pasando algo “raro” que las propias autoridades estatales no han querido dar conocer.
En los últimos dos años de acuerdo a este funcionario estatal se han dado casos de secuestros por los que no se piden rescate, ni se tiene paradero de las personas.
De acuerdo a los datos que han recabado organizaciones como: Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fundec), la Fiscalía Especial del Estado, organizaciones civiles y la Diócesis de Saltillo, estos secuestros son para que las victimas trabajen en los campos de marihuana del estado.
En dos años han desaparecido albañiles, campesinos, ingenieros civiles y comunicadores, arquitectos, químicos, agrónomos, contadores públicos, administradores de empresas, comerciantes, abogados y empresarios.
Hasta el momento las cifras son engañosas, por una parte la Fundec ha logrado documentar 200 casos desde 2009 a la fecha, la Fiscalía Especial para Desaparecidos en Coahuila ha documentado 324, pero podrían ser más por la falta de denuncias por miedo a represalias.
Este tipo de casos no son los únicos que se han dado en el país, anteriormente fue el cártel del Pacifico (Sinaloa), quien incursionó en el secuestro en primer lugar de campesinos para que cultivaran cientos de hectáreas de marihuana.
Después inició en secuestro de profesionistas con la única finalidad de dar a la industria del narcotráfico las herramientas necesarias para poder subsistir en lo más recóndito de los terrenos montañosos, uno de estos casos emblemáticos trabajos en 240 hectáreas se descubrió en Tamaula, Durango, en agosto del 2009, en donde se ve la mano de profesionales de varias ramas.
El hecho es que en Coahuila ya se inició este tipo de secuestros de los cuales no se pide rescate; en algunos casos los familiares han recurrido a organizaciones no gubernamentales ante la indolencia del gobierno del estado para dar seguimiento a las denuncias.
Las denuncias ya están hechas, ahora solo falta el actuar de las autoridades de Coahuila para dar seguimiento; sin embargo, por el momento “hay temas de mayor importancia a nivel político” de acuerdo al funcionario de la Procuraduría estatal.
Sabemos que en Coahuila hay un gran desvío de recursos y una enorme deuda pública, pero también hay delitos que afectan a cientos de familias que hasta el momento no ven el actuar del gobierno por el cual votaron.
Acaso será necesario que el gobierno federal entre de lleno a reparar los errores que han dejado la actual administración coahuilense o simplemente debemos cerrar los ojos o voltear a otro lado para no enterarnos de estos temas. Quizá sea momento de exigir justicia en Coahuila.
En la actualidad en Coahuila se vive una especie de miedo urbano, ya no se sabe a qué hora los grupos del crimen organizado comenzarán un enfrentamiento en plena vía pública, no importa qué hora del día sea, no importa si es con rifles de asalto o granadas de fragmentación.
Esto es diariamente en este estado del país, aquí las autoridades de los tres niveles de gobierno nada más se encargan de realizar patrullajes y esperan las llamadas anónimas denunciando a los grupos delictivos.
Sin embargo, de acuerdo a la platica que sostuve vía telefónica con un funcionario de la Procuraduría del estado, en esta entidad está pasando algo “raro” que las propias autoridades estatales no han querido dar conocer.
En los últimos dos años de acuerdo a este funcionario estatal se han dado casos de secuestros por los que no se piden rescate, ni se tiene paradero de las personas.
De acuerdo a los datos que han recabado organizaciones como: Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fundec), la Fiscalía Especial del Estado, organizaciones civiles y la Diócesis de Saltillo, estos secuestros son para que las victimas trabajen en los campos de marihuana del estado.
En dos años han desaparecido albañiles, campesinos, ingenieros civiles y comunicadores, arquitectos, químicos, agrónomos, contadores públicos, administradores de empresas, comerciantes, abogados y empresarios.
Hasta el momento las cifras son engañosas, por una parte la Fundec ha logrado documentar 200 casos desde 2009 a la fecha, la Fiscalía Especial para Desaparecidos en Coahuila ha documentado 324, pero podrían ser más por la falta de denuncias por miedo a represalias.
Este tipo de casos no son los únicos que se han dado en el país, anteriormente fue el cártel del Pacifico (Sinaloa), quien incursionó en el secuestro en primer lugar de campesinos para que cultivaran cientos de hectáreas de marihuana.
Después inició en secuestro de profesionistas con la única finalidad de dar a la industria del narcotráfico las herramientas necesarias para poder subsistir en lo más recóndito de los terrenos montañosos, uno de estos casos emblemáticos trabajos en 240 hectáreas se descubrió en Tamaula, Durango, en agosto del 2009, en donde se ve la mano de profesionales de varias ramas.
El hecho es que en Coahuila ya se inició este tipo de secuestros de los cuales no se pide rescate; en algunos casos los familiares han recurrido a organizaciones no gubernamentales ante la indolencia del gobierno del estado para dar seguimiento a las denuncias.
Las denuncias ya están hechas, ahora solo falta el actuar de las autoridades de Coahuila para dar seguimiento; sin embargo, por el momento “hay temas de mayor importancia a nivel político” de acuerdo al funcionario de la Procuraduría estatal.
Sabemos que en Coahuila hay un gran desvío de recursos y una enorme deuda pública, pero también hay delitos que afectan a cientos de familias que hasta el momento no ven el actuar del gobierno por el cual votaron.
Acaso será necesario que el gobierno federal entre de lleno a reparar los errores que han dejado la actual administración coahuilense o simplemente debemos cerrar los ojos o voltear a otro lado para no enterarnos de estos temas. Quizá sea momento de exigir justicia en Coahuila.
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