Escenarios 2012 - IV

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Evitar la “espotización de la política” resultará difícil, porque los líderes de los partidos, sus secretarios de propaganda y los ideólogos que asesoran a los candidatos se conducen de manera idéntica a como Carlos Monsiváis definió a los hijos de los nuevos ricos, cuando advirtió que confundieron lo grandioso con lo grandote, pero también debido a los compromisos adquiridos.

En el caso que nos ocupa, proceden a estupidizar el mensaje al confundir la abundancia con la inteligencia. Si así continúan, lo único que harán será favorecer la propuesta del voto en blanco como manera de rechazar el modelo político y exigir, ya, la transición, pero además motivarán a esa parte de la sociedad que sí vota, que lo hace con inteligencia, capaz de establecer claras distinciones entre el sufragio para el presidente y el destinado a diputados y senadores, por lo que de no tener armada una coalición de gobierno o impuesta una cláusula de gobernabilidad, se profundizarán las diferencias entre el Legislativo y el Ejecutivo.

Motivarán también que esa parte de la sociedad se transforme en inteligente activista en defensa de sus propios intereses a través de las redes sociales, no por medio de los medios normales o de los comités electorales de los partidos, lo que amplía la posibilidad de que el próximo presidente de México no cuente con suficiente base social para gobernar, por haber sido legitimado por una minoría muy inferior al 50 por ciento de los electores, porque la legitimidad, en un país en la situación en que Felipe Calderón ha colocado a México, no se mide con el porcentaje de las papeletas depositadas en las urnas, sino frente al gran total del padrón electoral.

No podrán “espotizar” en las redes sociales, y los líderes de éstas son quienes están dispuestos a mostrar su capacidad de seducción e interlocución, para alejar a los potenciales electores del ámbito político oficial, mostrarles que el camino de la expresión de su voluntad, de su descontento o aprobación, puede residir en la manera de dar la espalda al sistema al sufragar en blanco para presidente, pero favorecer al legislativo, en la idea de que allí estarán los representantes que guiarán su futuro.

Me cuentan algunos activistas que la propuesta de esta elección es favorecer al legislativo con la emisión del voto, para establecer clara diferencia con la legitimación presidencial al emitir un alto porcentaje del sufragio en blanco. Dicen estar mejor preparados que en 2006, tener mejores instrumentos de propaganda, más sofisticado el uso de las redes sociales.

El reto para los candidatos es difícil, en julio de 2012 atestiguaremos qué tan hábiles fueron para conjurar el riesgo del voto en blanco, del presidente minoritario y del rechazo de la sociedad. La anomia social dejó de ser factor que juega en beneficio de los partidos.

Sobre el deslinde con el modelo político, la sociedad permanecerá atenta a la respuesta de la Corte Penal Internacional, lo que se analizará a partir del próximo lunes.

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