El país se puede serenar, pero con justicia, asegura López Obrador

Laura Gómez y Rocío González / La Jornada

Al empezar su campaña proselitista en el Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, se comprometió a serenar el país con justicia, pues el problema de la inseguridad y la violencia no se va a resolver nada más con militares, marinos, policías, cárceles, amenazas de mano dura o leyes más severas, sino combatiendo la pobreza y la desigualdad.

Ante miles de simpatizantes reunidos en la explanada de la delegación Gustavo A. Madero, donde lo acompañaron los aspirantes a la precandidatura de las izquierdas a la jefatura de Gobierno, funcionarios y legisladores, anunció un plan para que la economía crezca 6 por ciento anual, se generen un millón 200 mil empleos al año, así como 7 millones de empleos para jóvenes, y garantizar que no haya ningún rechazado por la universidad pública.

Pidió a la gente que lo ayude para que se conozcan los avances logrados en materia social en la ciudad de México con los gobiernos progresistas, donde el Metro cuesta dos pesos, dijo, ante la inmediata rectificación de la gente, que le gritaba: ¡cuesta tres pesos, tres! Al continuar con su discurso, aclaró: dije dos pesos porque cuando estuve como jefe de Gobierno, así lo dejé, lo cual provocó risas.

Afirmó que para lograr la paz y la tranquilidad que demanda la gente, se echará a andar la economía mediante el aprovechamiento de la actividad productiva en la ciudad y el campo, para generar empleos.

Dijo que en los primeros seis meses de su gobierno impulsará el programa jóvenes construyendo el futuro, para que 7 millones de adolescentes que ni estudian ni trabajan tengan oportunidades para salir adelante. Para ello, explicó, destinará 150 mil millones de pesos –de los 3.5 billones de presupuesto federal–, que significan menos de 5 por ciento, para crear trabajo en las zonas forestales, construir caminos o capacitarse para dar clases.

Por un Estado de bienestar

Más tarde, ante cientos de seguidores reunidos en el deportivo de Santa Cruz Meyehualco, en Iztapalapa, López Obrador ofreció para los mexicanos un Estado de bienestar. Vamos a garantizar mínimos de bienestar y seguridad a toda la población, desde su nacimiento hasta la muerte, desde la cuna hasta la tumba, en los que se incluya educación, medicamentos gratuitos, becas para madres solteras, pensión para discapacitados y adultos mayores.

En cuatro palabras se puede definir nuestra estrategia: crecimiento y bienestar, progreso y justicia, expresó. Señaló que se atenderá, respetará y escuchará a todos, pero dándole preferencia a la gente más humilde y pobre.

Aclaró que no se trata de quitar a los ricos para dar a los pobres, como mal se interpretó en 2006, porque no hace falta despojar a nadie, sino que lo único que se requiere es que el presupuesto se distribuya con justicia.

En su tercer mitin en la delegación Álvaro Obregón, llamó a la gente a dejar de lado odios y rencores, hacer un esfuerzo para sacar a México de la pobreza, porque no hay justificación para que haya tanta inseguridad, tanta violencia, que afectan a todos los mexicanos, y se encuentre en un proceso de decadencia, cuando tiene tanta riqueza, principalmente su gente.

Por ello, dijo, uno de sus principales acciones será atacar la corrupción.

No es poca cosa, si entre todos hacemos el compromiso de elevar a un rango superior la honestidad, vamos a ganar mucho. Hay que limpiar de arriba hacia abajo para ganar autoridad moral, para gobernar el país; así como reducir a la mitad los salarios de los funcionarios y los gastos de gobierno, porque no vamos a seguir siendo un gobierno mantenido como éste.

Al cierre del día, en la delegación Benito Juárez, lugar donde ahora reside, el político tabasqueño resumió en tres ejes su estrategia para gobernar el país: honestidad, justicia y fortalecimiento de los valores culturales, morales y espirituales.

Adelantó que en los próximos días convocará a todos los sectores sociales a crear una constitución moral o el código del bien, por que la política no debe ser sólo encaramarse en los cargos públicos.

Pidió a sus seguidores informar a la gente de sus propuestas con respeto y sin pelearse. No tenemos enemigos, son adversarios. No tenemos pleito con militantes del PAN o del PRI, ellos sólo tienen otra ideología y tenemos que respetar a quienes piensan diferente.

Durante el transcurso de su jornada en el Distrito Federal, el precandidato presidencial del Movimiento Progresista estuvo acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez, dirigentes de los partidos que lo postulan (PRD, PT y Movimiento Ciudadano), así como de senadores, diputados federales y locales, secretarios de la administración local, entre ellos los aspirantes de la izquierda a la jefatura del Gobierno del Distrito Federal.

El presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, llamó a no permitir el regreso del PRI a Los Pinos y acabar con la continuidad de los gobiernos panistas, pues no han sabido resolver los problemas del país.

El presidente del Movimiento Ciudadano, Luis Walton, señaló que se logró lo que muchos sectores de la derecha buscaron impedir durante seis años, que de nueva cuenta Andrés Manuel López Obrador sea precandidato a la Presidencia de la República. Se logró vencer las trampas y el aislamiento para lograrlo, señaló a su vez el coordinador nacional del Partido del Trabajo, Alberto Anaya.

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