Luis Padros y Salvador Camarena / El País
Gobernador del Estado de México, el más poblado de la República, hasta que lanzó su candidatura a la presidencia, Enrique Peña Nieto, de 45 años, lleva toda su vida preparándose para ese destino y encuesta tras encuesta la intención de voto de los mexicanos le da 20 puntos de ventaja sobre sus rivales ante las elecciones del 1 de julio. En las últimas semanas, Peña Nieto se ha hecho con las riendas del PRI después de que el influyente senador Manlio Fabio Beltrones abandonara la carrera electoral y bastasen unas palabras suyas para precipitar la dimisión del presidente del partido, Humberto Moreira, envuelto en un escándalo económico durante su gestión como gobernador del Estado de Coahuila.
La conversación con EL PAÍS se produce pocos días después de su lapsus en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuando no supo responder qué tres obras o tres autores le habían influido más, lo que le supuso un aluvión de críticas. Pero Peña Nieto las encaja con naturalidad y parece consciente de sus limitaciones, tal vez uno de sus puntos fuertes. Sus críticos han apuntado que no sabe actuar en situaciones fuera de guion. Este diario le preguntó por algunos precios de productos básicos, algunos los supo, otros no, pero suspendió al preguntársele por el monto del salario mínimo, que él tasa en 900 pesos al mes, cuando para 2011 ronda los 1.740.
La gran esperanza blanca del PRI para volver al poder después de 12 años asegura que el viejo partido ha cambiado, que “ha aprendido de sus errores”, y que si gobierna jamás pactará con los carteles del narcotráfico.
El PRI no es un partido que pacta, eso está fuera de toda lógica
Pregunta. ¿En qué se distingue el PRI actual del viejo, el del autoritarismo y la corrupción?
Respuesta. Hoy el PRI está conformado, en buena medida, por nuevas generaciones que se han formado en una cultura y un ambiente democrático. El principal cambio es que está preparado para la competencia democrática. Es algo muy distinto del PRI hegemónico y un cambio verdaderamente relevante, al margen de que las formas y estilos de operar del PRI podían haber sufrido mayores cambios.
P. Hay cierto consenso sobre el fracaso de la estrategia del presidente Felipe Calderón de combate frontal contra el narcotráfico, y parece haberlo también en que el PRI garantiza más seguridad porque pactará con los carteles.
R. Eso último no tiene ningún sustento. Me parece una campaña de desprestigio de los opositores para desacreditar al partido, cuando el PRI ha asumido que el Estado mexicano tiene la obligación irrenunciable de combatir al crimen organizado. El PRI no es un partido que pacta, eso está fuera de toda lógica. Lo que el PRI discute es cuál es la mejor estrategia para lograr mejores resultados en el combate al crimen organizado y para sentar bases para la seguridad pública. De lo que se ha hecho, creo que ha habido aciertos. Yo mismo he reconocido públicamente la atinada decisión del Ejecutivo federal al involucrar, en un primer momento, al Ejército, pero también hay que devolverlo gradualmente a los cuarteles.
P. ¿Es oportuna la visita de Benedicto XVI para la primavera, en vísperas de elecciones? ¿Preferiría que no viniera?
En el tema de Pemex he señalado la conveniencia de su apertura al sector privado para lograr mayores inversiones
Gobernador del Estado de México, el más poblado de la República, hasta que lanzó su candidatura a la presidencia, Enrique Peña Nieto, de 45 años, lleva toda su vida preparándose para ese destino y encuesta tras encuesta la intención de voto de los mexicanos le da 20 puntos de ventaja sobre sus rivales ante las elecciones del 1 de julio. En las últimas semanas, Peña Nieto se ha hecho con las riendas del PRI después de que el influyente senador Manlio Fabio Beltrones abandonara la carrera electoral y bastasen unas palabras suyas para precipitar la dimisión del presidente del partido, Humberto Moreira, envuelto en un escándalo económico durante su gestión como gobernador del Estado de Coahuila.
La conversación con EL PAÍS se produce pocos días después de su lapsus en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuando no supo responder qué tres obras o tres autores le habían influido más, lo que le supuso un aluvión de críticas. Pero Peña Nieto las encaja con naturalidad y parece consciente de sus limitaciones, tal vez uno de sus puntos fuertes. Sus críticos han apuntado que no sabe actuar en situaciones fuera de guion. Este diario le preguntó por algunos precios de productos básicos, algunos los supo, otros no, pero suspendió al preguntársele por el monto del salario mínimo, que él tasa en 900 pesos al mes, cuando para 2011 ronda los 1.740.
La gran esperanza blanca del PRI para volver al poder después de 12 años asegura que el viejo partido ha cambiado, que “ha aprendido de sus errores”, y que si gobierna jamás pactará con los carteles del narcotráfico.
El PRI no es un partido que pacta, eso está fuera de toda lógica
Pregunta. ¿En qué se distingue el PRI actual del viejo, el del autoritarismo y la corrupción?
Respuesta. Hoy el PRI está conformado, en buena medida, por nuevas generaciones que se han formado en una cultura y un ambiente democrático. El principal cambio es que está preparado para la competencia democrática. Es algo muy distinto del PRI hegemónico y un cambio verdaderamente relevante, al margen de que las formas y estilos de operar del PRI podían haber sufrido mayores cambios.
P. Hay cierto consenso sobre el fracaso de la estrategia del presidente Felipe Calderón de combate frontal contra el narcotráfico, y parece haberlo también en que el PRI garantiza más seguridad porque pactará con los carteles.
R. Eso último no tiene ningún sustento. Me parece una campaña de desprestigio de los opositores para desacreditar al partido, cuando el PRI ha asumido que el Estado mexicano tiene la obligación irrenunciable de combatir al crimen organizado. El PRI no es un partido que pacta, eso está fuera de toda lógica. Lo que el PRI discute es cuál es la mejor estrategia para lograr mejores resultados en el combate al crimen organizado y para sentar bases para la seguridad pública. De lo que se ha hecho, creo que ha habido aciertos. Yo mismo he reconocido públicamente la atinada decisión del Ejecutivo federal al involucrar, en un primer momento, al Ejército, pero también hay que devolverlo gradualmente a los cuarteles.
P. ¿Es oportuna la visita de Benedicto XVI para la primavera, en vísperas de elecciones? ¿Preferiría que no viniera?
En el tema de Pemex he señalado la conveniencia de su apertura al sector privado para lograr mayores inversiones
R. Yo esperaría todavía a ver si ocurre realmente, porque eventuales visitas del Papa a México se han anunciado y ninguna ha ocurrido. Me preocupa más la visita del G-20, que sí es 10 días antes de las elecciones. Por la cercanía, puede tener impacto, más aún si el Gobierno federal, como ha hecho en otras ocasiones, decide darle connotación electoral.
P. Actualmente, Televisa y TV Azteca se reparten el 90% del mercado televisivo. ¿Está a favor de que haya una tercera cadena?
R. Estoy a favor de la competencia en todos los ámbitos, entre ellos, el de las telecomunicaciones.
P. ¿También en el caso de Pemex y otros monopolios?
R. Distingamos entre la participación de los agentes económicos en la actividad productiva y lo que son las empresas del Estado mexicano en áreas estratégicas. En el tema de Pemex he señalado la conveniencia de su apertura al sector privado para lograr mayores inversiones y que sea pivote de un mayor crecimiento económico. Pero con la condición de que el Estado se mantenga propietario de los hidrocarburos.
El aborto debería ser la última de las decisiones que una mujer debería tomar. Públicamente, me he pronunciado a favor de la vida.
P. Su socia electoral Elba Esther Gordillo, líder del poderoso sindicato de maestros, con 1, 5 millones de afiliados, es vista como el gran obstáculo para modernizar la educación en México. ¿Por qué necesita un PRI ganador a una persona tan mal vista por amplios sectores?
R. El PRI hizo la alianza con un partido, Alianza Nacional, no con una persona. No es la primera que hace, más bien acredita que es un PRI que no está confiado, que no es arrogante. Insisto: El PRI no está confiado; confía en su fortaleza, en saber que su propuesta es la que plantea mayores soluciones; en que ha aprendido de sus errores, en que está dispuesto a asumir un compromiso con los ciudadanos.
P. Brasil es ahora el país de moda. ¿Qué pasa con la proyección exterior de México?
Hoy el PRI está conformado, en buena medida, por nuevas generaciones que se han formado en un ambiente democrático
R. Creo que México tiene la oportunidad de recuperar el liderazgo internacional y sobre todo puede convertirse en un gran referente para la región, pero dependerá del éxito que tenga dentro, en la gestión hacia el interior, porque eso fue lo que le ocurrió a Brasil.
P. Y ¿cuáles son las prioridades para conseguir ese éxito en el interior?
R. Tengo tres obsesiones: el crecimiento económico para generar empleo; disminuir la pobreza de manera acelerada, lo que fue un éxito en Brasil, y la seguridad.
P. ¿Promovería un caso de inconstitucionalidad si un Estado aprobase la unión entre personas del mismo sexo?
R. Cada Estado tiene soberanía para emitir su propia legislación en materia civil. No corresponde al Gobierno federal entrometerse en los asuntos propios de un Estado. La respuesta sería no.
P. ¿Qué política aplicaría con respecto al aborto?
R. El aborto debería ser la última de las decisiones que una mujer debería tomar. Públicamente, me he pronunciado a favor de la vida. Comparto las excepciones que la ley hace, en casos de malformación congénita, violación o riesgo para la vida de la madre. No estoy a favor de la criminalización de quienes aborten. Son momentos muy difíciles para una mujer, así que abogo por el impulso de una cultura que ayude a las mujeres a evitar que se llegue a ese escenario.
P. ¿Incluida la píldora del día después?
R. Incluida.
P. ¿Cuál es su posición sobre la despenalización de las drogas?
R. No creo que la despenalización sea una solución para el tráfico de drogas y el crimen organizado. Me parece que el debate sobre la legalización de las drogas ha venido por esta impaciencia y sufrimiento que hay en la sociedad, que ha llevado a pensar en salidas fáciles. Estoy totalmente en contra de la legalización.
P. Usted estuvo recientemente en EE UU, ¿cómo ven a México?
R. Para EE UU, la relación con México no está en su agenda prioritaria. Y hay que buscar que lo esté. Creo que habrá una oportunidad importante para México porque serán dos Gobiernos comenzando al mismo tiempo, algo que ocurre solamente cada 12 años.
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