Gerardo Arreola / Corresponsal
Después de obtener este año nueve estatuillas Ariel en México, El infierno (2010), de Luis Estrada, triunfó en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, al llevarse hoy cuatro premios, entre ellos el Gran Coral a la mejor película de ficción.
El cine mexicano mostró la fuerza de sus nuevas realizaciones con la cosecha de otros tres premios, entre ellos el reconocimiento a León Fernández (premio especial del jurado de animación para Mutatio) y Matías Meyer (premio Signis de la crítica católica, por Los últimos cristeros). Paula Markovitch obtuvo una mención por opera prima para El premio y Agnus dei, cordero de Dios una por mejor documental.
Ácido relato del laberinto que lleva a un hombre común a las filas del narcotráfico y la violencia en México, El infierno tiene las actuaciones de Damián Alcázar, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Elizabeth Cervantes, Joaquín Cosío y Daniel Giménez Cacho, con guión de Estrada y Jaime Sampietro y fotografía de Damián García. La cinta obtuvo el Coral de La Habana por mejor dirección artística (Salvador Parra), vestuario (María Estela Fernández) y música original (Michael Brook).
El jurado de ficción estuvo integrado por la directora, productora y actriz brasileña Patricia Pillar, el guionista y realizador chileno Orlando Lübbert, el productor y académico puertorriqueño Ramón Almodóvar, el narrador y guionista cubano Senel Paz y el crítico y director argentino Eduardo Calcagno. Ellos concedieron el premio a El infierno por la eficacia para impactar al público con uno de los temas más relevantes de la América Latina de nuestros días.
La cinta de Estrada se impuso así a dos estrujantes filmes brasileños. El abismo plateado, de Karim Ainouz (segundo premio para mejor largo de ficción), obtuvo los de mejor actriz (Alessandra Negrini), fotografía (Mauro Pinheiro Jr.) y banda sonora (Waldir Xavier, Leandro Lima y Ricardo Cutz).
Ainouz cuenta el drama de una mujer cuarentona en un insólito giro de su vida en las calles de Río de Janeiro. El jurado le reconoció su acercamiento de manera sensible e inteligente al desgarramiento emocional de un personaje femenino.
Una gran favorita del público y la crítica era Tropa de élite-2 (José Padilha), que recibió el premio especial del jurado y los de mejor dirección y de edición (Daniel Rezende). Segunda parte de la historia de un comando especial antidrogas de Río de Janeiro, esta cinta de gran ritmo pone los reflectores sobre resultados inesperados de la acción policial en la corrupción y la política.
Otros títulos brasileños se llevaron otras 11 reconocimientos, entre premios y menciones, en un reflejo del momento ascendente de esa cinematografía.
El premio a la obra de Padilha fue por convertir la perversa complejidad del poder en una película que estremece a toda la sociedad latinoamericana.
El tercer premio al mejor filme de ficción fue para la cubana Fábula, de Lester Hamlet. La mejor opera prima fue Distancia, del guatemalteco Sergio Ramírez.
El Festival de La Habana, fundado en 1978, ha premiado, entre otras, a cintas de los mexicanos Paul Leduc (Frida, naturaleza viva), Jaime Humberto Hermosillo (La tarea prohibida), Arturo Ripstein (Principio y fin, Profundo carmesí); de los cubanos Tomás Gutiérrez Alea (Fresa y chocolate) y Fernando Pérez (Suite Habana); de los argentinos Adolfo Aristaraín (Martín Hache) y Marco Bechis (Garaje Olimpo), y del brasileño Fernando Meireles (Ciudad de Dios).
Después de obtener este año nueve estatuillas Ariel en México, El infierno (2010), de Luis Estrada, triunfó en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, al llevarse hoy cuatro premios, entre ellos el Gran Coral a la mejor película de ficción.
El cine mexicano mostró la fuerza de sus nuevas realizaciones con la cosecha de otros tres premios, entre ellos el reconocimiento a León Fernández (premio especial del jurado de animación para Mutatio) y Matías Meyer (premio Signis de la crítica católica, por Los últimos cristeros). Paula Markovitch obtuvo una mención por opera prima para El premio y Agnus dei, cordero de Dios una por mejor documental.
Ácido relato del laberinto que lleva a un hombre común a las filas del narcotráfico y la violencia en México, El infierno tiene las actuaciones de Damián Alcázar, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Elizabeth Cervantes, Joaquín Cosío y Daniel Giménez Cacho, con guión de Estrada y Jaime Sampietro y fotografía de Damián García. La cinta obtuvo el Coral de La Habana por mejor dirección artística (Salvador Parra), vestuario (María Estela Fernández) y música original (Michael Brook).
El jurado de ficción estuvo integrado por la directora, productora y actriz brasileña Patricia Pillar, el guionista y realizador chileno Orlando Lübbert, el productor y académico puertorriqueño Ramón Almodóvar, el narrador y guionista cubano Senel Paz y el crítico y director argentino Eduardo Calcagno. Ellos concedieron el premio a El infierno por la eficacia para impactar al público con uno de los temas más relevantes de la América Latina de nuestros días.
La cinta de Estrada se impuso así a dos estrujantes filmes brasileños. El abismo plateado, de Karim Ainouz (segundo premio para mejor largo de ficción), obtuvo los de mejor actriz (Alessandra Negrini), fotografía (Mauro Pinheiro Jr.) y banda sonora (Waldir Xavier, Leandro Lima y Ricardo Cutz).
Ainouz cuenta el drama de una mujer cuarentona en un insólito giro de su vida en las calles de Río de Janeiro. El jurado le reconoció su acercamiento de manera sensible e inteligente al desgarramiento emocional de un personaje femenino.
Una gran favorita del público y la crítica era Tropa de élite-2 (José Padilha), que recibió el premio especial del jurado y los de mejor dirección y de edición (Daniel Rezende). Segunda parte de la historia de un comando especial antidrogas de Río de Janeiro, esta cinta de gran ritmo pone los reflectores sobre resultados inesperados de la acción policial en la corrupción y la política.
Otros títulos brasileños se llevaron otras 11 reconocimientos, entre premios y menciones, en un reflejo del momento ascendente de esa cinematografía.
El premio a la obra de Padilha fue por convertir la perversa complejidad del poder en una película que estremece a toda la sociedad latinoamericana.
El tercer premio al mejor filme de ficción fue para la cubana Fábula, de Lester Hamlet. La mejor opera prima fue Distancia, del guatemalteco Sergio Ramírez.
El Festival de La Habana, fundado en 1978, ha premiado, entre otras, a cintas de los mexicanos Paul Leduc (Frida, naturaleza viva), Jaime Humberto Hermosillo (La tarea prohibida), Arturo Ripstein (Principio y fin, Profundo carmesí); de los cubanos Tomás Gutiérrez Alea (Fresa y chocolate) y Fernando Pérez (Suite Habana); de los argentinos Adolfo Aristaraín (Martín Hache) y Marco Bechis (Garaje Olimpo), y del brasileño Fernando Meireles (Ciudad de Dios).
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