Marco A. Flota / Grillotina
Sir Winston Churchill, el más célebre primer ministro de Inglaterra, obtuvo el Premio Nobel, pero no de la Paz, pues fue quien declaró la guerra a Alemania, prometiéndole a los ingleses solo “sangre, sudor y lágrimas”. Lo mismo que otro mandatario nos ha dado, pero sin declarar la guerra, porque el Chapo no es Hitler.
El Nobel conferido a Churchill fue el de Literatura, pero nos preguntamos a qué hora escribía porque, aparte de gobernar, se metía diariamente una botella de whisky o de ginebra, que han de ser hacer menos daño que el tequila, pues Sir Winston sí fue un brillante estadista.
Otro político-escritor fue Rómulo Gallegos, presidente venezolano y autor de “Doña Bárbara”, novela que millones de personas leyeron...después de que María Félix protagonizó la película. Barak Obama, es autor de 3 libros y de la frase “Yes, we can” que significa “Sí, tenemos perro”, según el diputado Noroña.
Es larga la lista de políticos escritores. Pero nuestros políticos no suelen tener muchos conocimientos literarios. Es célebre el caso de Vicente Fox, descubridor del autor José Luis Borgues, quizá el preferido de la borguesia argentina. Fox es autor también de un libro que no ha terminado de leer. Y su esposa, doña Martita, citó cierta vez a una autora judía, la Rabina Gran Tagora (No confundir con Rabindranath Tagore, escritor hindú, también merecedor del Nobel)
El año pasado, al entregarle la medalla Ciudad de México al gran José Emilio Pacheco, la presidenta de la comisión de cultura de la Asamblea del DF lo mencionó como autor del drama “Un tranvía llamado Deseo”. Pero un diputado priista la corrigió, señalando que los autores de esa obra teatral eran 2: Tenis y Williams.
En la ayer clausurada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Enrique Peña Nieto presentó su obra “México, la Gran Esperanza”. Y es que a los políticos mexicanos les ha dado por escribir.
Carlos Salinas de Gortari anda por ahí promoviendo su mamotreto- no es albur es término castizo- titulado “Qué hacer”. Manlio Fabio Beltrones lanzó el suyo y le pidieron firmar tantos ejemplares que, encarrerado, firmó también su declinación a la precandidatura. Josefina Vázquez acaba de editar un libro de entrevistas, aunque antes ya había publicado otro: “¡Dios mío, hazme viuda, por favor!” (Lo cual no sería mala idea porque si nos ha ido mal con las Primeras Damas, imagínese con un Primer Caballero)
El caso fue que a Peña Nieto, allá en la FIL, le preguntaron qué libros habían sido trascendentales para él. Primero citó La Biblia, aclarando que no la ha leído completa. Suponemos que, si le creyó a Humberto Moreira el cuento de su inocencia, fue porque sí leyó el pasaje bíblico de Jonás, a quien se tragó de una ballena y después lo expulsó (La ballena a Jonás. Y Peña Nieto a Moreira del PRI)
Mencionó también el Gelboy el libro “La Silla del Aguila”, atribuyéndolo a Enrique Krauze, cuando el autor es Carlos Fuentes. Pero a la mejor quiso referirse a “Si el Aguila hablara”, obra, publicada varios años antes, de su correligionario Miguel Alemán Velasco (El aguilita en cuestión es la que remata la Silla Presidencial: las águilas se posan en cualquier lado)
Con lo fácil que hubiera sido para Peña decir que su obra preferida es “La Gaviota”, del escritor uso Anton Chéjov. Hasta le hubieran aplaudido.
¡RRIINNGG!
-Bueno, PRD del DF...
-¿Por qué que se destapó como precandidato para el DF Mario Delgado?
-Porque es Delgado y necesitamos alguien que contraste con Beatriz...
EPIGRILLO
La nota mensaje encierra:
“Mensaje en el Campo Marte do Felipe. Punto, aparte.
(¡Marte es el dios de la Guerra!)
Sir Winston Churchill, el más célebre primer ministro de Inglaterra, obtuvo el Premio Nobel, pero no de la Paz, pues fue quien declaró la guerra a Alemania, prometiéndole a los ingleses solo “sangre, sudor y lágrimas”. Lo mismo que otro mandatario nos ha dado, pero sin declarar la guerra, porque el Chapo no es Hitler.
El Nobel conferido a Churchill fue el de Literatura, pero nos preguntamos a qué hora escribía porque, aparte de gobernar, se metía diariamente una botella de whisky o de ginebra, que han de ser hacer menos daño que el tequila, pues Sir Winston sí fue un brillante estadista.
Otro político-escritor fue Rómulo Gallegos, presidente venezolano y autor de “Doña Bárbara”, novela que millones de personas leyeron...después de que María Félix protagonizó la película. Barak Obama, es autor de 3 libros y de la frase “Yes, we can” que significa “Sí, tenemos perro”, según el diputado Noroña.
Es larga la lista de políticos escritores. Pero nuestros políticos no suelen tener muchos conocimientos literarios. Es célebre el caso de Vicente Fox, descubridor del autor José Luis Borgues, quizá el preferido de la borguesia argentina. Fox es autor también de un libro que no ha terminado de leer. Y su esposa, doña Martita, citó cierta vez a una autora judía, la Rabina Gran Tagora (No confundir con Rabindranath Tagore, escritor hindú, también merecedor del Nobel)
El año pasado, al entregarle la medalla Ciudad de México al gran José Emilio Pacheco, la presidenta de la comisión de cultura de la Asamblea del DF lo mencionó como autor del drama “Un tranvía llamado Deseo”. Pero un diputado priista la corrigió, señalando que los autores de esa obra teatral eran 2: Tenis y Williams.
En la ayer clausurada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Enrique Peña Nieto presentó su obra “México, la Gran Esperanza”. Y es que a los políticos mexicanos les ha dado por escribir.
Carlos Salinas de Gortari anda por ahí promoviendo su mamotreto- no es albur es término castizo- titulado “Qué hacer”. Manlio Fabio Beltrones lanzó el suyo y le pidieron firmar tantos ejemplares que, encarrerado, firmó también su declinación a la precandidatura. Josefina Vázquez acaba de editar un libro de entrevistas, aunque antes ya había publicado otro: “¡Dios mío, hazme viuda, por favor!” (Lo cual no sería mala idea porque si nos ha ido mal con las Primeras Damas, imagínese con un Primer Caballero)
El caso fue que a Peña Nieto, allá en la FIL, le preguntaron qué libros habían sido trascendentales para él. Primero citó La Biblia, aclarando que no la ha leído completa. Suponemos que, si le creyó a Humberto Moreira el cuento de su inocencia, fue porque sí leyó el pasaje bíblico de Jonás, a quien se tragó de una ballena y después lo expulsó (La ballena a Jonás. Y Peña Nieto a Moreira del PRI)
Mencionó también el Gelboy el libro “La Silla del Aguila”, atribuyéndolo a Enrique Krauze, cuando el autor es Carlos Fuentes. Pero a la mejor quiso referirse a “Si el Aguila hablara”, obra, publicada varios años antes, de su correligionario Miguel Alemán Velasco (El aguilita en cuestión es la que remata la Silla Presidencial: las águilas se posan en cualquier lado)
Con lo fácil que hubiera sido para Peña decir que su obra preferida es “La Gaviota”, del escritor uso Anton Chéjov. Hasta le hubieran aplaudido.
¡RRIINNGG!
-Bueno, PRD del DF...
-¿Por qué que se destapó como precandidato para el DF Mario Delgado?
-Porque es Delgado y necesitamos alguien que contraste con Beatriz...
EPIGRILLO
La nota mensaje encierra:
“Mensaje en el Campo Marte do Felipe. Punto, aparte.
(¡Marte es el dios de la Guerra!)
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