Francisco Rodríguez / Índice Político
“Un sueño mal organizado se te puede convertir en una pesadilla”, dice Adolfo Blanco Tatto, el más reciente ex director de Pronósticos Deportivos, en un video que se encuentra fácilmente en YouTube y que fuera realizado para ensalzar su, para muchos, desconocida figura.
Y su sueño de convertirse en líder de los directores de las loterías estatales de América Latina acabó en pesadilla… remojada en alcohol.
Sucedió hace cuatro años. En San Salvador, escenario en 2007 de la reunión anual de estos funcionarios que, por lo general, son personajes harto conservadores, con prestigios intachables reconocidos en sus naciones y aún en el exterior.
Pero llegó ahí Adolfo Blanco, proveniente de la ignominia: “aviador” en la delegación Azcapotzalco del Distrito Federal y, luego, colaborador cercanísimo de José Antonio Fernández Ortiz, quien fuera el muy cuestionado encargado del Seguro Popular durante el foxiato. Y las cosas se empezaron a descomponer.
Y es que casi casi al estilo de “ya llegó el que andaba ausente…”, el recién incorporado Blanco Tatto se auto-postuló para presidir el organismo.
E inició su campaña “al estilo de la casa”: envió botellas de alcohol –whiskies, cognacs, champagnes– a los directivos de las loterías públicas, y mandó a decirles que por ahí había ya un nutrido grupo de muy guapetonas señoritas dispuestas a convivir y hacer pasar buenos ratos a todo aquel que así lo requiriera, con cargo –claro— al erario mexicano.
Los señores y las señoras directivos de esos organismos públicos en los que se adora a Birján, pusieron el grito en el cielo. No faltó, seguro, quien hasta se santiguara ante “el ranchero estilo” de Blanco Tatto.
Huelga decir que el entonces director de Pronósticos Deportivos no fue ni siquiera considerado en la elección, de la que emergió presidenta la directora de La Polla chilena.
La pesadilla…, y la cruda, llegaron después. Enfurruñado por el desprecio del que creyó haber sido víctima, pues prácticamente todos los obsequiados regresaron a Blanco Tatto las botellas que habían recibido, éste y sus acompañantes se las bebieron todas en un pachangón –¿las ladies incluidas?– celebrado en el salón que ya tenían reservado para festejar la nominación presidencial del funcionario mexicano.
Y no obstante que, en su momento, tal se supo en las secretarías de Hacienda y Gobernación, incluso en Los Pinos, Blanco Tatto ni siquiera sufrió una amonestación.
Es, también, “el estilo de la casa”. Si los grandes criminales guión responsables de tantos y tantos muertos, como Juan Molinar por el lamentable caso de Hermosillo, permanecen impunes y hasta premiados, ¿por qué a Blanco Tatto lo habrían de reprimir por repartir botellas de licores?
Llegan a los panistas instalados en la Administración los premios, cuando deberían recibir castigos.
Es también el caso del sucesor de Blanco Tatto en Pronósticos, el ahora ex director del ISSSTE –en realidad, hombre paja de Miguel Ángel Yunes– Jesús Villalobos.
Antes que hacerlo responsable del desabasto de medicamentos, de la falta de un hospital general en Baja California, de la pérdida de vidas y de la baja en la calidad de salud de cientos de miles de derechohabientes, el ocupante de Los Pinos lo envía a un cargo en el que seguirá llenando la hucha, cual ya lo hizo en la PGR y en el propio ISSSTE, pues comprobado está que posee un máster en corrupción. De las nada honorables Academias Yunes, pero máster al fin y al cabo.
¿Por qué la protección de Calderón a Villalobos y, en cosecuencia, a Yunes? ¿Sólo porque el veracruzano le está arropando a su creatura, Ernesto Cordero?
A Villalobos le aguantan todo en Los Pinos.
Hasta que el día que lo necesitaban para entregar el cargo anduviera de viaje en el sur de Texas, a donde había acudido a celebrar el Thanksgiving y, por supuesto, a aprovechar las ofertas del Black Friday.
La irresponsabilidad, la fiesta… el estilo de la casa, pues.
Índice Flamígero: Allá por 1980, Joaquín Gamboa Pascoe, entonces líder del Senado, se oponía a la candidatura de Pedro Joaquín Coldwell al gobierno de Quintana Roo. “Y luego, ¿qué vas a hacer cuando seas grande”, le espetó en alguna ocasión. Hoy ya tiene la respuesta: dirigente nacional del PRI.
“Un sueño mal organizado se te puede convertir en una pesadilla”, dice Adolfo Blanco Tatto, el más reciente ex director de Pronósticos Deportivos, en un video que se encuentra fácilmente en YouTube y que fuera realizado para ensalzar su, para muchos, desconocida figura.
Y su sueño de convertirse en líder de los directores de las loterías estatales de América Latina acabó en pesadilla… remojada en alcohol.
Sucedió hace cuatro años. En San Salvador, escenario en 2007 de la reunión anual de estos funcionarios que, por lo general, son personajes harto conservadores, con prestigios intachables reconocidos en sus naciones y aún en el exterior.
Pero llegó ahí Adolfo Blanco, proveniente de la ignominia: “aviador” en la delegación Azcapotzalco del Distrito Federal y, luego, colaborador cercanísimo de José Antonio Fernández Ortiz, quien fuera el muy cuestionado encargado del Seguro Popular durante el foxiato. Y las cosas se empezaron a descomponer.
Y es que casi casi al estilo de “ya llegó el que andaba ausente…”, el recién incorporado Blanco Tatto se auto-postuló para presidir el organismo.
E inició su campaña “al estilo de la casa”: envió botellas de alcohol –whiskies, cognacs, champagnes– a los directivos de las loterías públicas, y mandó a decirles que por ahí había ya un nutrido grupo de muy guapetonas señoritas dispuestas a convivir y hacer pasar buenos ratos a todo aquel que así lo requiriera, con cargo –claro— al erario mexicano.
Los señores y las señoras directivos de esos organismos públicos en los que se adora a Birján, pusieron el grito en el cielo. No faltó, seguro, quien hasta se santiguara ante “el ranchero estilo” de Blanco Tatto.
Huelga decir que el entonces director de Pronósticos Deportivos no fue ni siquiera considerado en la elección, de la que emergió presidenta la directora de La Polla chilena.
La pesadilla…, y la cruda, llegaron después. Enfurruñado por el desprecio del que creyó haber sido víctima, pues prácticamente todos los obsequiados regresaron a Blanco Tatto las botellas que habían recibido, éste y sus acompañantes se las bebieron todas en un pachangón –¿las ladies incluidas?– celebrado en el salón que ya tenían reservado para festejar la nominación presidencial del funcionario mexicano.
Y no obstante que, en su momento, tal se supo en las secretarías de Hacienda y Gobernación, incluso en Los Pinos, Blanco Tatto ni siquiera sufrió una amonestación.
Es, también, “el estilo de la casa”. Si los grandes criminales guión responsables de tantos y tantos muertos, como Juan Molinar por el lamentable caso de Hermosillo, permanecen impunes y hasta premiados, ¿por qué a Blanco Tatto lo habrían de reprimir por repartir botellas de licores?
Llegan a los panistas instalados en la Administración los premios, cuando deberían recibir castigos.
Es también el caso del sucesor de Blanco Tatto en Pronósticos, el ahora ex director del ISSSTE –en realidad, hombre paja de Miguel Ángel Yunes– Jesús Villalobos.
Antes que hacerlo responsable del desabasto de medicamentos, de la falta de un hospital general en Baja California, de la pérdida de vidas y de la baja en la calidad de salud de cientos de miles de derechohabientes, el ocupante de Los Pinos lo envía a un cargo en el que seguirá llenando la hucha, cual ya lo hizo en la PGR y en el propio ISSSTE, pues comprobado está que posee un máster en corrupción. De las nada honorables Academias Yunes, pero máster al fin y al cabo.
¿Por qué la protección de Calderón a Villalobos y, en cosecuencia, a Yunes? ¿Sólo porque el veracruzano le está arropando a su creatura, Ernesto Cordero?
A Villalobos le aguantan todo en Los Pinos.
Hasta que el día que lo necesitaban para entregar el cargo anduviera de viaje en el sur de Texas, a donde había acudido a celebrar el Thanksgiving y, por supuesto, a aprovechar las ofertas del Black Friday.
La irresponsabilidad, la fiesta… el estilo de la casa, pues.
Índice Flamígero: Allá por 1980, Joaquín Gamboa Pascoe, entonces líder del Senado, se oponía a la candidatura de Pedro Joaquín Coldwell al gobierno de Quintana Roo. “Y luego, ¿qué vas a hacer cuando seas grande”, le espetó en alguna ocasión. Hoy ya tiene la respuesta: dirigente nacional del PRI.
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