Sinembargo
Puede suceder, sí, que Enrique Peña Nieto no llegue a la presidencia de México en 2012. De hecho, lo que han dicho las encuestas hasta hoy puede moverse si él, como hemos visto, no puede enfrentarse a situaciones de riesgo: debates, foros abiertos (como el de la FIL de Guadalajara) en donde se exponga públicamente y pierda el favor de los votantes que se ha ganado actuando en ambientes controlados.
O puede ser que el político del Estado de México empiece a despeñarse –terrible verbo para él– y el PRI decida, ante una emergencia, cambiar al candidato.
Este país ha visto de todo; nada es descartable.
¿A qué podría dedicarse Enrique Peña Nieto si no llega a Los Pinos en 2012?
No hemos consultado a nadie; ese es un gran cliché. En la Redacción de sinembargo.mx hemos hecho una lista de posibles actividades para el ahora candidato priista si le ganan en la elección.
La lista no incluye empleos degradantes. Son empleos reales, considerando que su única experiencia es como político y que ese valor lo perderá con una derrota. “Vendedor de gel”, dijo alguien, en alusión a su copete. “No”, hemos respondido. Es el último empleo que buscaría. Sería humillante.
¿A qué podría dedicarse? Es abogado, también. O eso estudió, dice.
No especulemos más. Vamos al grano.
1. Representante artístico
La vena “artística” en la familia existe. Tampoco se trata de sobajarlo, de obligarlo a que dé la cara, a que se exponga después de ser candidato presidencial del PRI y llevar tanta delantera. Pero una llamada de él a Televisa –si es que los dueños de Televisa le mantienen el habla– podría destrabarle un papel a Angélica Rivera para alguna telenovela o a cualquiera de sus hijas que, por lo que se ve, van directo al mundo del espectáculo. La firma no debe llevar su nombre, pero sí toda su cartera de relaciones. Puede extenderse, con la experiencia de su esposa, a muchas áreas de la televisión y el cine, aunque, queda claro, su fuerte serán las telenovelas.
2. Actor
Nadie se asuste. Nadie diga que lo queremos humillar. Un estadista del tamaño de Gorbachov ha salido en anuncios de American Express, y Bill Clinton no tiene empacho en participar, por ejemplo, en Saturday Night Live. Claro que Peña Nieto no tiene esa estatura; los roles que le tocarían no serían esos. Lo que decimos es que ser actor no sería humillante. En la familia hay, como decíamos, vocación por el tema. Peña Nieto podría ser “galán otoñal” de firmas de tajes, de corbatas, de relojes de marca. A él le gustan. Scappino, High Life o Aldo Conti estarían encantados. En la Redacción alguien ha insistido con lo de modelar el cabello lleno de gel. Le hemos respondido, con pudor, que no sería digno. Pero sí podría anunciar marcas para buenos presupuestos. Los anuncios de su Quinto Informe de Gobierno, en donde sale en una limosina y en mangas de camisa hablan de un actor en potencia.
3. “Escritor de libros”
Nos hemos permitido, sin afán de ofenderlo, entrecomillar este oficio: el de escritor de libros. Muchos periodistas somos escritores de libros; es decir: por nuestra experiencia –considerando que la Redacción escribe– es un oficio noble. Las comillas son porque hay dudas sobre si él escribió el libro que publicó recientemente Editorial Grijalbo. (Escribe la periodista Rita Varela: En su libro México la gran esperanza, el precandidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, cita a Jesús Reyes Heroles, Carlos Fuentes, Jaime Torres Bodet, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Gabriel Zaid, Kofi Annan, Paul Krugman, Gilberto Rincón Gallardo, etcétera. ¿De verdad los leyó?). ¿Por qué no puede Peña Nieto repetir la experiencia, independientemente de quién escribiera el libro?
4. Escritor de libros de superación personal, o “coaching”
Con el equipo que quedará de su campaña puede fácilmente lanzar una serie de libros de superación personal que se venderían por miles. “Cómo llegué a ser candidato presidencial”, “De Atlacomulco a casi Los Pinos” o “Cómo, sin educación, llegué a candidato del PRI”, son tres libros que, sin ofender, sin falsas promesas, serían best sellers.
5. Diseñador de imagen
Si alguien sabe sobre la construcción de un personaje es él. Es probable que los mejores despachos de diseño de imagen hayan pasado por él. ¿Cuál dificultad tendría para armar un exitoso despacho de imagen? Vicente Fox aprovechó un despertar ciudadano para volverse presidente, y cobra por ello. (Claro, no reparte los beneficios). Da cursos de “cómo ganar elecciones”, como si él fuera suficiente, como si los votantes no hubieran ganado por él. Entonces, aunque Peña Nieto no gane, puede vender la ingeniería que permite armar de cero a un personaje. Un hombre inculto –como parece que es–, sin idea, con miles de asesores, es capaz de competir por la presidencia. ¿Por qué no compartir el know-how?
Puede suceder, sí, que Enrique Peña Nieto no llegue a la presidencia de México en 2012. De hecho, lo que han dicho las encuestas hasta hoy puede moverse si él, como hemos visto, no puede enfrentarse a situaciones de riesgo: debates, foros abiertos (como el de la FIL de Guadalajara) en donde se exponga públicamente y pierda el favor de los votantes que se ha ganado actuando en ambientes controlados.
O puede ser que el político del Estado de México empiece a despeñarse –terrible verbo para él– y el PRI decida, ante una emergencia, cambiar al candidato.
Este país ha visto de todo; nada es descartable.
¿A qué podría dedicarse Enrique Peña Nieto si no llega a Los Pinos en 2012?
No hemos consultado a nadie; ese es un gran cliché. En la Redacción de sinembargo.mx hemos hecho una lista de posibles actividades para el ahora candidato priista si le ganan en la elección.
La lista no incluye empleos degradantes. Son empleos reales, considerando que su única experiencia es como político y que ese valor lo perderá con una derrota. “Vendedor de gel”, dijo alguien, en alusión a su copete. “No”, hemos respondido. Es el último empleo que buscaría. Sería humillante.
¿A qué podría dedicarse? Es abogado, también. O eso estudió, dice.
No especulemos más. Vamos al grano.
1. Representante artístico
La vena “artística” en la familia existe. Tampoco se trata de sobajarlo, de obligarlo a que dé la cara, a que se exponga después de ser candidato presidencial del PRI y llevar tanta delantera. Pero una llamada de él a Televisa –si es que los dueños de Televisa le mantienen el habla– podría destrabarle un papel a Angélica Rivera para alguna telenovela o a cualquiera de sus hijas que, por lo que se ve, van directo al mundo del espectáculo. La firma no debe llevar su nombre, pero sí toda su cartera de relaciones. Puede extenderse, con la experiencia de su esposa, a muchas áreas de la televisión y el cine, aunque, queda claro, su fuerte serán las telenovelas.
2. Actor
Nadie se asuste. Nadie diga que lo queremos humillar. Un estadista del tamaño de Gorbachov ha salido en anuncios de American Express, y Bill Clinton no tiene empacho en participar, por ejemplo, en Saturday Night Live. Claro que Peña Nieto no tiene esa estatura; los roles que le tocarían no serían esos. Lo que decimos es que ser actor no sería humillante. En la familia hay, como decíamos, vocación por el tema. Peña Nieto podría ser “galán otoñal” de firmas de tajes, de corbatas, de relojes de marca. A él le gustan. Scappino, High Life o Aldo Conti estarían encantados. En la Redacción alguien ha insistido con lo de modelar el cabello lleno de gel. Le hemos respondido, con pudor, que no sería digno. Pero sí podría anunciar marcas para buenos presupuestos. Los anuncios de su Quinto Informe de Gobierno, en donde sale en una limosina y en mangas de camisa hablan de un actor en potencia.
3. “Escritor de libros”
Nos hemos permitido, sin afán de ofenderlo, entrecomillar este oficio: el de escritor de libros. Muchos periodistas somos escritores de libros; es decir: por nuestra experiencia –considerando que la Redacción escribe– es un oficio noble. Las comillas son porque hay dudas sobre si él escribió el libro que publicó recientemente Editorial Grijalbo. (Escribe la periodista Rita Varela: En su libro México la gran esperanza, el precandidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, cita a Jesús Reyes Heroles, Carlos Fuentes, Jaime Torres Bodet, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Gabriel Zaid, Kofi Annan, Paul Krugman, Gilberto Rincón Gallardo, etcétera. ¿De verdad los leyó?). ¿Por qué no puede Peña Nieto repetir la experiencia, independientemente de quién escribiera el libro?
4. Escritor de libros de superación personal, o “coaching”
Con el equipo que quedará de su campaña puede fácilmente lanzar una serie de libros de superación personal que se venderían por miles. “Cómo llegué a ser candidato presidencial”, “De Atlacomulco a casi Los Pinos” o “Cómo, sin educación, llegué a candidato del PRI”, son tres libros que, sin ofender, sin falsas promesas, serían best sellers.
5. Diseñador de imagen
Si alguien sabe sobre la construcción de un personaje es él. Es probable que los mejores despachos de diseño de imagen hayan pasado por él. ¿Cuál dificultad tendría para armar un exitoso despacho de imagen? Vicente Fox aprovechó un despertar ciudadano para volverse presidente, y cobra por ello. (Claro, no reparte los beneficios). Da cursos de “cómo ganar elecciones”, como si él fuera suficiente, como si los votantes no hubieran ganado por él. Entonces, aunque Peña Nieto no gane, puede vender la ingeniería que permite armar de cero a un personaje. Un hombre inculto –como parece que es–, sin idea, con miles de asesores, es capaz de competir por la presidencia. ¿Por qué no compartir el know-how?
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