Vive Cherán en Michoacán su elección por usos y costumbres

Reforma

Bajo el resguardo de seis barricadas, 200 fogatas callejeras de vigilancia permanente y una Policía comunitaria integrada por cerca de un centenar de jóvenes que patrullan las calles portando armas largas, los habitantes de Cherán viven en tensa calma una jornada electoral sin urnas ni boletas.

La comunidad indígena, que rechazó la realización de la elección constitucional, ha pedido en reiteradas ocasiones la presencia del Ejército para vigilar la zona que ha sido asediada por grupos del crimen organizado y talamontes clandestinos, sin embargo, éste no se ha hecho presente.

"A veces pasan por allá por el libramiento, pasan algunos camiones del Ejército, pero nada más pasan, no se arriman para acá (...) ahora no ha pasado ninguno", dijo un comunero que pidió identificarse sólo como Pedro, mientras montaba guardia en la barricada que bloquea la carretera que viene de Nahuatzen.

"Pero no se preocupe, ahorita Cherán, de las barricadas para adentro, es el lugar más seguro de todo México".

Debido a que hoy la comunidad de la meseta purépecha presentará formalmente a su Gobierno autónomo, elegido no por votos depositados en urnas sino por usos y costumbres, se ha decretado un toque de queda y en las barricadas la vigilancia es más intensa.

Cada vez que se acerca hacia uno de los bloqueos un vehículo que no es conocido por los locales, los cerca de 50 hombres y mujeres, algunos armados, que integran cada barricada se ponen alerta.

Desde la noche del viernes y hasta la mañana del lunes, las personas ajenas a la comunidad no podrán ingresar y los locales de Cherán tampoco pueden salir.

En las calles hay grupos de ciudadanos observadores, algunos de ellos integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza el poeta Javier Sicilia, que acudieron para ser testigos del nombramiento del nuevo Gobierno.

"Nosotros ahora tenemos un reto muy grande, ahora que el Tribunal Electoral determinó que sí podemos nombrar a nuestros gobernantes por usos y costumbres tenemos que demostrar que sí podemos, que podemos hacer un gobierno diferente, que sí obedezca al pueblo, es un reto muy grande y tenemos que echarle ganas", expresó otro comunero mientras tomaba café en una fogata instalada a dos cuadras de la plaza principal.

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