José Cárdenas
¿Los michoacanos que votaron el domingo (un millón 700 mil) merecen que su elección se resuelva en tribunales y no en las urnas?
-¿Entonces, de nada sirvió decidir que más vale Vallejo por conocido que Cocoa y Silvano por conocer?
La panista y el perredista no saben perder. Y ahora quieren arrebatar. ¿Alegarán que las mayorías también se equivocan?
Ha comenzado la era de los partidos políticos en decadencia. Los que apuestan a la encuestocracia lo que deben gastar en la democracia.
Mire: Silvano Aureoles cayó en el absurdo de cuestionar ayer el mismo proceso que dijo haber ganado anteayer. ¿Que como él no ganó, entonces hay que repetir la elección?
El colmo del mismo absurdo lo cometió Jesús Zambrano, líder nacional del PRD. El Chucho Menor dijo que el triunfo del PRI significa la instauración de la narcopolítica. ¿Ya olvidó que el único narcodiputado que anda a salto de mata es de su partido? ¿Que fueron sus perredistas quienes lo metieron de contrabando a la Cámara de Diputados para protegerlo con el bendito fuero?
En el otro bando perdedor, Cocoa Calderón, la primera hermana del país, primero se declaró vencedora y, ante la derrota, acusó que los criminales "prácticamente tomaron el proceso". -¿La mejor elección que dijo haber ganado, también puede ser la peor elección? Primero se va de fiesta, y a la hora de la "cruda" mienta madres. ¡Otro absurdo!
Silvano y Cocoa alegan que hay suficientes elementos para revertir el resultado del domingo. Desde luego ninguno ha mostrado altura para levantarle la mano a Fausto Vallejo.
-¿El tamaño de la democracia michoacana es tan grande como la "enanez" de sus candidatos perdedores?
Lo que Cocoa y Silvano no admiten es que en la democracia un voto hace la diferencia. Y esta vez no fue uno, fueron 43 mil 265 en el caso de la señora y 103 mil 645 en el caso del señor.
¡Es el teatro del absurdo! Mientras, los michoacanos siguen de mal en peor. No sólo han sido castigados por la violencia de todo orden.
Desde el inicio del gobierno de Leonel Godoy, el pueblo ha resentido los embates del todopoderoso aparato federal con el "michoacanazo"; después, el sambenito de Julio César Godoy y, para rematar, el "michoacanazo" financiero.
Al gobernador lo trajeron a toallazos todo su mandato. Nadie metió las manos por él. Ni siquiera su partido. Ahora, menos.
Con las manos amarradas, cualquiera pierde. -¿Pero además que le griten ¡cochino!? Como siempre, las casas encuestadoras se chamaquearon a la presidenta del Instituto Electoral michoacano, que se vio "tiernita", por decir lo menos.
Ahora el único absurdo que falta en esa entidad es que vengan los jueces de Las Vegas para robarle el triunfo a Fausto Vallejo y hagan gobernador a Manny Pacquiao.
MONJE LOCO: La tragedia del helicóptero fue un accidente, insiste la SCT. El Superpuma del Estado Mayor Presidencial no se desplomó. Se estrelló. Primero contra un árbol y luego contra el piso. El piloto tenía nula visibilidad por la neblina. Si las autoridades aeronáuticas nos quieren demostrar -con microscopio- la lógica del percance, ¿por qué, entonces, la PGR detuvo durante ocho horas al tuitero Mario Flores, que publicó en su cuenta: "No salía tan temprano desde que se cayó la avioneta de Mouriño, anden con cuidado funcionarios voladores"? Nadie sabe. Nadie supo.
¿Los michoacanos que votaron el domingo (un millón 700 mil) merecen que su elección se resuelva en tribunales y no en las urnas?
-¿Entonces, de nada sirvió decidir que más vale Vallejo por conocido que Cocoa y Silvano por conocer?
La panista y el perredista no saben perder. Y ahora quieren arrebatar. ¿Alegarán que las mayorías también se equivocan?
Ha comenzado la era de los partidos políticos en decadencia. Los que apuestan a la encuestocracia lo que deben gastar en la democracia.
Mire: Silvano Aureoles cayó en el absurdo de cuestionar ayer el mismo proceso que dijo haber ganado anteayer. ¿Que como él no ganó, entonces hay que repetir la elección?
El colmo del mismo absurdo lo cometió Jesús Zambrano, líder nacional del PRD. El Chucho Menor dijo que el triunfo del PRI significa la instauración de la narcopolítica. ¿Ya olvidó que el único narcodiputado que anda a salto de mata es de su partido? ¿Que fueron sus perredistas quienes lo metieron de contrabando a la Cámara de Diputados para protegerlo con el bendito fuero?
En el otro bando perdedor, Cocoa Calderón, la primera hermana del país, primero se declaró vencedora y, ante la derrota, acusó que los criminales "prácticamente tomaron el proceso". -¿La mejor elección que dijo haber ganado, también puede ser la peor elección? Primero se va de fiesta, y a la hora de la "cruda" mienta madres. ¡Otro absurdo!
Silvano y Cocoa alegan que hay suficientes elementos para revertir el resultado del domingo. Desde luego ninguno ha mostrado altura para levantarle la mano a Fausto Vallejo.
-¿El tamaño de la democracia michoacana es tan grande como la "enanez" de sus candidatos perdedores?
Lo que Cocoa y Silvano no admiten es que en la democracia un voto hace la diferencia. Y esta vez no fue uno, fueron 43 mil 265 en el caso de la señora y 103 mil 645 en el caso del señor.
¡Es el teatro del absurdo! Mientras, los michoacanos siguen de mal en peor. No sólo han sido castigados por la violencia de todo orden.
Desde el inicio del gobierno de Leonel Godoy, el pueblo ha resentido los embates del todopoderoso aparato federal con el "michoacanazo"; después, el sambenito de Julio César Godoy y, para rematar, el "michoacanazo" financiero.
Al gobernador lo trajeron a toallazos todo su mandato. Nadie metió las manos por él. Ni siquiera su partido. Ahora, menos.
Con las manos amarradas, cualquiera pierde. -¿Pero además que le griten ¡cochino!? Como siempre, las casas encuestadoras se chamaquearon a la presidenta del Instituto Electoral michoacano, que se vio "tiernita", por decir lo menos.
Ahora el único absurdo que falta en esa entidad es que vengan los jueces de Las Vegas para robarle el triunfo a Fausto Vallejo y hagan gobernador a Manny Pacquiao.
MONJE LOCO: La tragedia del helicóptero fue un accidente, insiste la SCT. El Superpuma del Estado Mayor Presidencial no se desplomó. Se estrelló. Primero contra un árbol y luego contra el piso. El piloto tenía nula visibilidad por la neblina. Si las autoridades aeronáuticas nos quieren demostrar -con microscopio- la lógica del percance, ¿por qué, entonces, la PGR detuvo durante ocho horas al tuitero Mario Flores, que publicó en su cuenta: "No salía tan temprano desde que se cayó la avioneta de Mouriño, anden con cuidado funcionarios voladores"? Nadie sabe. Nadie supo.
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