Jorge Alejandro Medellín
El General de División (ascendido apenas el pasado 20 de noviembre de 2010) Moisés Augusto García Ochoa es considerado como el caballo negro en la sucesión del DN-1 el próximo año.
Más allá de pertenecer al estrecho círculo de militares cercanos al General Enrique Cervantes Aguirre y al sub grupo del también ex secretario de la Defensa, el General Clemente Vega García, el divisionario García Ochoa no solo tiene en su Hoja de Servicios el mérito de haber sido secretario particular del antecesor del General Galván.
Hay mucho más en el haber del Infante y Diplomado de Estado Mayor, licenciado en Administración Militar, ex cursante en la Escuela de las Américas y actual Director General de Administración de la Sedena.
García Ochoa es un militar de alto grado que supo construir excelentes relaciones desde su oficina como secretario particular de Clemente Vega, estrechando lazos y vasos comunicantes con el priismo nacional.
Como buen estratega de formación, García Ochoa no ha dejado de lado otras vetas políticas y también apunta a sólidas relaciones con el panismo de Guanajuato, por ejemplo, a través del gobernador Juan Manuel Oliva.
A García Ochoa se le respeta. Se le considera un militar más cercano a lo estratégico que a lo táctico. Su formación, su carrera en las armas y su huella en la Sedena dan cuenta de ello. Su Hoja de Servicios –la versión pública– lo presenta como un militar con una delicada trayectoria en el terreno de la inteligencia y la contrainteligencia.
Egresó como Subteniente de Infantería en septiembre de 1971. El 20 de noviembre de 1997 ascendió a General Brigadier. En el 2003 llegó a General de Brigada y el año pasado alcanzó el máximo escalafón en el Ejército Mexicano. Solo le faltaría lograr la cuarta estrella en el uniforme para realizar el sueño de todo militar que se precie de serlo. A García Ochoa le quedan cuatro años más como militar en activo.
La Sedena señala en el historial de García Ochoa que el general ha desempeñado a la fecha 18 cargos, algunos de ellos fuera de la institución si se considera en este terreno la mención que se hace sobre su estadía como Instructor Invitado en la Escuela de las Américas (School of The Americas-SOA) en el Fuerte Gulick, en la Zona del Canal de Panamá, sin que se indique que curso o materia dio en el SOA.
De los 18 Cargos Desempeñados por García Ochoa, 5 han sido en áreas de inteligencia. Dos de ellos sobresalen por su trascendencia y resultados: el de fundador del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN) de la Sedena, y Director de la Escuela de Inteligencia de la misma secretaría.
A ese cargo se le debe sumar su paso como Comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFES) del Ejército Mexicano, instancia fundamental en el actual sexenio y en la que descansa mayoritariamente el peso del combate a los cárteles de la droga.
A este mando militar se le ha criticado en los pasillos de la Sedena el hecho de n tener una carrera sólida como mando de tropas en más de tres zonas o regiones militares. En ese terreno, su cargo más reciente fue el de Comandante de la 24 Zona Militar con sede en Cuernavaca, Morelos.
Ha sido Subjefe de Inteligencia de la Sección Segunda (S-2) de la Sedena. Pero en toda historia, y en especial en la de los militares, hay episodios incómodos. En febrero de 2002, la periodista Isabel Arvide, cercanísima al mundo castrense, recordó en su blog (http://isabelarvide.com/columna.php?columnaID=1317BFD) un episodio en torno a García Ochoa en el que Ernesto Zedillo increpaba a su secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, por el grave descuido del entonces Coronel Augusto Moisés García Ochoa, a quien se le había escapado de manera increíble el narcotraficante conocido como El Güero Gil.
Más allá de este episodio, García Ochoa mantiene un perfil alejado de lo operativo, pero cercano a lo táctico en materia de inteligencia y combate antidrogas, formado y asesorado por el gobierno norteamericano en la materia.
Pero nada cercano al trabajo desarrollado por otros militares de la Primera Plana del DN-1 Guillermo Galván.
El General de División (ascendido apenas el pasado 20 de noviembre de 2010) Moisés Augusto García Ochoa es considerado como el caballo negro en la sucesión del DN-1 el próximo año.
Más allá de pertenecer al estrecho círculo de militares cercanos al General Enrique Cervantes Aguirre y al sub grupo del también ex secretario de la Defensa, el General Clemente Vega García, el divisionario García Ochoa no solo tiene en su Hoja de Servicios el mérito de haber sido secretario particular del antecesor del General Galván.
Hay mucho más en el haber del Infante y Diplomado de Estado Mayor, licenciado en Administración Militar, ex cursante en la Escuela de las Américas y actual Director General de Administración de la Sedena.
García Ochoa es un militar de alto grado que supo construir excelentes relaciones desde su oficina como secretario particular de Clemente Vega, estrechando lazos y vasos comunicantes con el priismo nacional.
Como buen estratega de formación, García Ochoa no ha dejado de lado otras vetas políticas y también apunta a sólidas relaciones con el panismo de Guanajuato, por ejemplo, a través del gobernador Juan Manuel Oliva.
A García Ochoa se le respeta. Se le considera un militar más cercano a lo estratégico que a lo táctico. Su formación, su carrera en las armas y su huella en la Sedena dan cuenta de ello. Su Hoja de Servicios –la versión pública– lo presenta como un militar con una delicada trayectoria en el terreno de la inteligencia y la contrainteligencia.
Egresó como Subteniente de Infantería en septiembre de 1971. El 20 de noviembre de 1997 ascendió a General Brigadier. En el 2003 llegó a General de Brigada y el año pasado alcanzó el máximo escalafón en el Ejército Mexicano. Solo le faltaría lograr la cuarta estrella en el uniforme para realizar el sueño de todo militar que se precie de serlo. A García Ochoa le quedan cuatro años más como militar en activo.
La Sedena señala en el historial de García Ochoa que el general ha desempeñado a la fecha 18 cargos, algunos de ellos fuera de la institución si se considera en este terreno la mención que se hace sobre su estadía como Instructor Invitado en la Escuela de las Américas (School of The Americas-SOA) en el Fuerte Gulick, en la Zona del Canal de Panamá, sin que se indique que curso o materia dio en el SOA.
De los 18 Cargos Desempeñados por García Ochoa, 5 han sido en áreas de inteligencia. Dos de ellos sobresalen por su trascendencia y resultados: el de fundador del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN) de la Sedena, y Director de la Escuela de Inteligencia de la misma secretaría.
A ese cargo se le debe sumar su paso como Comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFES) del Ejército Mexicano, instancia fundamental en el actual sexenio y en la que descansa mayoritariamente el peso del combate a los cárteles de la droga.
A este mando militar se le ha criticado en los pasillos de la Sedena el hecho de n tener una carrera sólida como mando de tropas en más de tres zonas o regiones militares. En ese terreno, su cargo más reciente fue el de Comandante de la 24 Zona Militar con sede en Cuernavaca, Morelos.
Ha sido Subjefe de Inteligencia de la Sección Segunda (S-2) de la Sedena. Pero en toda historia, y en especial en la de los militares, hay episodios incómodos. En febrero de 2002, la periodista Isabel Arvide, cercanísima al mundo castrense, recordó en su blog (http://isabelarvide.com/columna.php?columnaID=1317BFD) un episodio en torno a García Ochoa en el que Ernesto Zedillo increpaba a su secretario de la Defensa, Enrique Cervantes Aguirre, por el grave descuido del entonces Coronel Augusto Moisés García Ochoa, a quien se le había escapado de manera increíble el narcotraficante conocido como El Güero Gil.
Más allá de este episodio, García Ochoa mantiene un perfil alejado de lo operativo, pero cercano a lo táctico en materia de inteligencia y combate antidrogas, formado y asesorado por el gobierno norteamericano en la materia.
Pero nada cercano al trabajo desarrollado por otros militares de la Primera Plana del DN-1 Guillermo Galván.
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