Marco A. Flota / Grillotina
No fue el regreso del viejo PRI, afirmó, enfático, Enrique Peña Nieto, ante versiones periodísticas de que en el evento de su destape se revivieron añejas prácticas del tricolor. Y puede que tenga razón.
No hubo acarreados, si acaso se les brindaron facilidades de transporte a los entusiastas militantes -algunos militotontos- que quisieron venir desde Sonora o Yucatán, pasando por Chihuahua, Veracruz y desde luego del Estado de México atraídos por el carisma del (pre)candidato. Se les dio de comer, porque cuando arribaron al DF a las 4 o 5 de la madrugada del domingo, estaban cerrados los restaurantes. Y se les transportó de regreso a su entidades de origen, porque ni modo de dejarlos en el DF, expuestos a los peligros de una ciudad mal gobernada por el DF. Hecha la aclaración, pasemos a otros detalles de la fiesta cívica, no mitin, que prácticamente proclamó al candidato.
Peña Nieto, comentaron algunos de los asistentes, sería el primer Presidente surgido del Estado de México desde don Adolfo López Mateos, famoso también por su guapura. No tuvo una esposa aquel don Adolfo tan guapa como la Gaviota, pero sí una hija Avecita. Para que nadie diga que una Gaviota o puede vivir en Los Pinos, si ahí han residido, aparte de avecita doña Paloma Cordero de De la Madrid y doña Martita que es muy cotorra.
La esposa de López Mateos fue doña Eva Sámano, creadora del DIF y los desayunos escolares, cuando en las escuelas se veían escenas que ahora son usuales en el hogar de la familia Peña-Rivera: Imagínese usted a las 4 niñas y al niño peleándose por los bolillos (Aunque han de preferir los hot cakes)
Un mexiquense que se merecía la Presidencia, pero no la ocupó nunca, fue el profesor Carlos Hank González, impedido por el artículo 82: Un auténtico Hankdicap. Aunque en tiempos de López Portillo, con Hank en la regencia del DF, hubo un movimiento denominado “el 82 para el 82”, el famoso artículo, que impedía a un hijo de extranjero(a) llegar a la Presidencia. El propio Maestro Hank comentaba que mandó investigar el significado de su apellido en náhuatl y el resultado fue: “Hijo del hombre que llegó de Alemania”.
Aunque López Portillo presumía a sus “churumbeles” -Reyes Heroles, Oteyza y algún otro hijo de español-, no se echó el tiro de reformar el 82. Eso lo hizo Carlos Salinas de Gortari, a quien se le achacan tantos daños al país, pero no ese que permitió el arribo a Los Pinos... de Vicente Fox. Otro guapo proveniente del Estado de México, que a punto estuvo de llegar a Los Pinos, fue Alfredo del Mazo. El entonces Presidente Miguel de la Madrid alentó sus aspiraciones cuando declaró que Del Mazo era “el hermano que quisiera haber tenido”, pero le heredó la Banda a Salinas. Hay versiones, no confirmadas, de que Del Mazo confesó a sus íntimos que De la Madrid era “el hermano que quisiera ver tendido”. Lo que sí es verídico es que la célebre Tigresa declaró que, después de ese fracaso, ella consoló a Del Mazo. Este columnista, por cierto, le preguntó a doña Irma Serrano dónde habían trabado...
conocimiento, malpensados. Porque es sabido que “en la cárcel y en la cama se conoce a los amigos” y ellos dos nunca habían estado en la cárcel.
En fin, todo parece suponer que otro mexiquense llegará, por fin, a Los Pinos. Y se espera que él detenga la carnicería que se vive en todo el país, por aquel dicho que reza: “Toluca buen gente, no mata, nomás taranta”
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PAN...
-¡Felicidades por el debate de Josefina, Creel y Cordero en internet!
-¿Ah usted fue el que entró a la página web?
EPIGRILLO
Salinas, el politólogo,
ahora autor, no pierde el híilogo:
Su libro tiene gran prólogo,
su grilla no tiene epílogo
No fue el regreso del viejo PRI, afirmó, enfático, Enrique Peña Nieto, ante versiones periodísticas de que en el evento de su destape se revivieron añejas prácticas del tricolor. Y puede que tenga razón.
No hubo acarreados, si acaso se les brindaron facilidades de transporte a los entusiastas militantes -algunos militotontos- que quisieron venir desde Sonora o Yucatán, pasando por Chihuahua, Veracruz y desde luego del Estado de México atraídos por el carisma del (pre)candidato. Se les dio de comer, porque cuando arribaron al DF a las 4 o 5 de la madrugada del domingo, estaban cerrados los restaurantes. Y se les transportó de regreso a su entidades de origen, porque ni modo de dejarlos en el DF, expuestos a los peligros de una ciudad mal gobernada por el DF. Hecha la aclaración, pasemos a otros detalles de la fiesta cívica, no mitin, que prácticamente proclamó al candidato.
Peña Nieto, comentaron algunos de los asistentes, sería el primer Presidente surgido del Estado de México desde don Adolfo López Mateos, famoso también por su guapura. No tuvo una esposa aquel don Adolfo tan guapa como la Gaviota, pero sí una hija Avecita. Para que nadie diga que una Gaviota o puede vivir en Los Pinos, si ahí han residido, aparte de avecita doña Paloma Cordero de De la Madrid y doña Martita que es muy cotorra.
La esposa de López Mateos fue doña Eva Sámano, creadora del DIF y los desayunos escolares, cuando en las escuelas se veían escenas que ahora son usuales en el hogar de la familia Peña-Rivera: Imagínese usted a las 4 niñas y al niño peleándose por los bolillos (Aunque han de preferir los hot cakes)
Un mexiquense que se merecía la Presidencia, pero no la ocupó nunca, fue el profesor Carlos Hank González, impedido por el artículo 82: Un auténtico Hankdicap. Aunque en tiempos de López Portillo, con Hank en la regencia del DF, hubo un movimiento denominado “el 82 para el 82”, el famoso artículo, que impedía a un hijo de extranjero(a) llegar a la Presidencia. El propio Maestro Hank comentaba que mandó investigar el significado de su apellido en náhuatl y el resultado fue: “Hijo del hombre que llegó de Alemania”.
Aunque López Portillo presumía a sus “churumbeles” -Reyes Heroles, Oteyza y algún otro hijo de español-, no se echó el tiro de reformar el 82. Eso lo hizo Carlos Salinas de Gortari, a quien se le achacan tantos daños al país, pero no ese que permitió el arribo a Los Pinos... de Vicente Fox. Otro guapo proveniente del Estado de México, que a punto estuvo de llegar a Los Pinos, fue Alfredo del Mazo. El entonces Presidente Miguel de la Madrid alentó sus aspiraciones cuando declaró que Del Mazo era “el hermano que quisiera haber tenido”, pero le heredó la Banda a Salinas. Hay versiones, no confirmadas, de que Del Mazo confesó a sus íntimos que De la Madrid era “el hermano que quisiera ver tendido”. Lo que sí es verídico es que la célebre Tigresa declaró que, después de ese fracaso, ella consoló a Del Mazo. Este columnista, por cierto, le preguntó a doña Irma Serrano dónde habían trabado...
conocimiento, malpensados. Porque es sabido que “en la cárcel y en la cama se conoce a los amigos” y ellos dos nunca habían estado en la cárcel.
En fin, todo parece suponer que otro mexiquense llegará, por fin, a Los Pinos. Y se espera que él detenga la carnicería que se vive en todo el país, por aquel dicho que reza: “Toluca buen gente, no mata, nomás taranta”
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PAN...
-¡Felicidades por el debate de Josefina, Creel y Cordero en internet!
-¿Ah usted fue el que entró a la página web?
EPIGRILLO
Salinas, el politólogo,
ahora autor, no pierde el híilogo:
Su libro tiene gran prólogo,
su grilla no tiene epílogo
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