Pedro Echeverría V.
1. Mi amigo Chelis, además de más de diez compañeros, desde muy temprano me ha enviado pelos y señales sobre la represión a jóvenes de Ciudad Juárez, Chihuahua, y acerca su encarcelamiento. ¿Por qué? Porque decidieron salir se sus casas –donde han estado encerrados por miedo a la terrible inseguridad que han vivido los juarences en los últimos 10 años- para romper con ese temor que han vivido por culpa de un mal, o pésimo, gobierno nacional y local que en lugar de ver por el pueblo, se dedica a hacer negocios económicos y políticos donde éstos surjan. Ya ni pregunté si el PRI o el PAN gobierna esa gigantesca ciudad fronteriza -superpoblada en los últimos 40 años- porque me da enteramente igual: los dos partidos son funestos porque nada han hecho por cambiar la situación de desempleo, explotación, opresión e inseguridad que vive el pueblo trabajador desde hace muchos años.
2. Calderón, siguiendo el modelo yanqui que se inauguró a partir de los atentados -¿o autoatentados del 11 de noviembre de 2001?- de acusar de terrorista a todo aquel que se mueva, en México la amenaza y concreción de la represión la encontramos en todo el país a partir de que en 2006 se hizo ilegítimamente del gobierno el panista y mandó al ejército a las calles. La represión salvaje de Ciudad Juárez arrasó con más de 30 manifestantes que fuero a parar con sus huesos a las mazmorras juarences, tal como se registró en Jalisco, Veracruz y otros estados en los que sus gobiernos están muy nerviosos por el crecimiento del descontento. Quizá los liberen en los próximos días pero con la advertencia de no salir a protestar en las calles porque serán acusados –como en mis tiempos, de disolución social, de vender droga y distribuir armas. En este pinche país cualquier cosa puede pasar y por nada refundirte en la cárcel.
3. Cuando los integrantes del movimiento por la Paz con Dignidad, que encabeza Javier Sicilia, visitamos Ciudad Juárez hace unos siete meses, vimos a un pueblo indignado en los diferentes actos masivos que realizamos; un pueblo frustrado, enojado, pero dispuesto a luchar contra la enorme inseguridad y por la reivindicación de sus muertos. Por lo manifestado por los jóvenes que asistieron a los mesas de trabajo que realizamos en los salones de la Universidad, nos dimos que cuenta que en Ciudad Juárez pronto surgirían protestas para hacer honor a Chihuahua, su estado, que tantas glorias dio a la revolución mexicana de 1910-17. Los jóvenes, sin armas, sin palos ni piedras, de manera valiente se defendieron ante cientos de militares disfrazados de policías, que llevaban la consigna de golpear, arrojar bombas lacrimógenas u usar todos los recursos para desbaratar aquella marcha pacífica. ¿Cómo responder a la jauría represora de la policía?
4. Seguramente mis muchos amigos que durante años han demostrado en Ciudad Juárez valía por sus luchas: De la Rosa, Quintana, Orozco, Muñoz, Lazo, Smith, Jiménez, y muchos más responderán a esa injusta represión que llena de vergüenza a la situación que guarda esa ciudad y el estado de Chihuahua. Lo que sucede en Juárez y los resultados posteriores se reflejarán sin duda en las luchas sociales que tienen que repetirse en muchos lugares del país. Espero que la combatividad de los juarences se manifieste ahora, en mayor número y combatividad, contra la represión de un gobierno que sirve para un carajo. ¿Esperar que siquiera por confusión participen los partidos políticos (PRI, PAN, PRD) para apoyar al pueblo en sus luchas y demandas por crear empleos, pagar salarios justos, inversión gubernamental en educación y salud?; es realmente una ilusión en la que no podemos esperar.
5. Contrario al profundo oportunismo de los partidos que son cómplices, que no pueden abrir la boca para apoyar las luchas de los jóvenes y condenar la represión, los lópezobradoristas que buscan ser distintos, que no están completamente absorbidos por las cosas electorales, deben manifestar su amplia solidaridad con estos movimientos que empiezan a multiplicarse en México. ¿Cómo no defender las batallas de los campesinos, obreros, empleados, estudiantes, que hoy viven condiciones de falta de empleo, represión e inseguridad en todo México? ¡Viva la lucha de los compañeros acampados en la Ciudad de México frente a la bolsa de valores! ¡Viva los jóvenes manifestantes de Ciudad Juárez reprimidos por su funesto gobierno! ¡Extendamos estas protestas como en Chile, España, Nueva York, Grecia, porque son la esperanza para que se desaten otros movimientos. ¡Muera el mal gobierno!
1. Mi amigo Chelis, además de más de diez compañeros, desde muy temprano me ha enviado pelos y señales sobre la represión a jóvenes de Ciudad Juárez, Chihuahua, y acerca su encarcelamiento. ¿Por qué? Porque decidieron salir se sus casas –donde han estado encerrados por miedo a la terrible inseguridad que han vivido los juarences en los últimos 10 años- para romper con ese temor que han vivido por culpa de un mal, o pésimo, gobierno nacional y local que en lugar de ver por el pueblo, se dedica a hacer negocios económicos y políticos donde éstos surjan. Ya ni pregunté si el PRI o el PAN gobierna esa gigantesca ciudad fronteriza -superpoblada en los últimos 40 años- porque me da enteramente igual: los dos partidos son funestos porque nada han hecho por cambiar la situación de desempleo, explotación, opresión e inseguridad que vive el pueblo trabajador desde hace muchos años.
2. Calderón, siguiendo el modelo yanqui que se inauguró a partir de los atentados -¿o autoatentados del 11 de noviembre de 2001?- de acusar de terrorista a todo aquel que se mueva, en México la amenaza y concreción de la represión la encontramos en todo el país a partir de que en 2006 se hizo ilegítimamente del gobierno el panista y mandó al ejército a las calles. La represión salvaje de Ciudad Juárez arrasó con más de 30 manifestantes que fuero a parar con sus huesos a las mazmorras juarences, tal como se registró en Jalisco, Veracruz y otros estados en los que sus gobiernos están muy nerviosos por el crecimiento del descontento. Quizá los liberen en los próximos días pero con la advertencia de no salir a protestar en las calles porque serán acusados –como en mis tiempos, de disolución social, de vender droga y distribuir armas. En este pinche país cualquier cosa puede pasar y por nada refundirte en la cárcel.
3. Cuando los integrantes del movimiento por la Paz con Dignidad, que encabeza Javier Sicilia, visitamos Ciudad Juárez hace unos siete meses, vimos a un pueblo indignado en los diferentes actos masivos que realizamos; un pueblo frustrado, enojado, pero dispuesto a luchar contra la enorme inseguridad y por la reivindicación de sus muertos. Por lo manifestado por los jóvenes que asistieron a los mesas de trabajo que realizamos en los salones de la Universidad, nos dimos que cuenta que en Ciudad Juárez pronto surgirían protestas para hacer honor a Chihuahua, su estado, que tantas glorias dio a la revolución mexicana de 1910-17. Los jóvenes, sin armas, sin palos ni piedras, de manera valiente se defendieron ante cientos de militares disfrazados de policías, que llevaban la consigna de golpear, arrojar bombas lacrimógenas u usar todos los recursos para desbaratar aquella marcha pacífica. ¿Cómo responder a la jauría represora de la policía?
4. Seguramente mis muchos amigos que durante años han demostrado en Ciudad Juárez valía por sus luchas: De la Rosa, Quintana, Orozco, Muñoz, Lazo, Smith, Jiménez, y muchos más responderán a esa injusta represión que llena de vergüenza a la situación que guarda esa ciudad y el estado de Chihuahua. Lo que sucede en Juárez y los resultados posteriores se reflejarán sin duda en las luchas sociales que tienen que repetirse en muchos lugares del país. Espero que la combatividad de los juarences se manifieste ahora, en mayor número y combatividad, contra la represión de un gobierno que sirve para un carajo. ¿Esperar que siquiera por confusión participen los partidos políticos (PRI, PAN, PRD) para apoyar al pueblo en sus luchas y demandas por crear empleos, pagar salarios justos, inversión gubernamental en educación y salud?; es realmente una ilusión en la que no podemos esperar.
5. Contrario al profundo oportunismo de los partidos que son cómplices, que no pueden abrir la boca para apoyar las luchas de los jóvenes y condenar la represión, los lópezobradoristas que buscan ser distintos, que no están completamente absorbidos por las cosas electorales, deben manifestar su amplia solidaridad con estos movimientos que empiezan a multiplicarse en México. ¿Cómo no defender las batallas de los campesinos, obreros, empleados, estudiantes, que hoy viven condiciones de falta de empleo, represión e inseguridad en todo México? ¡Viva la lucha de los compañeros acampados en la Ciudad de México frente a la bolsa de valores! ¡Viva los jóvenes manifestantes de Ciudad Juárez reprimidos por su funesto gobierno! ¡Extendamos estas protestas como en Chile, España, Nueva York, Grecia, porque son la esperanza para que se desaten otros movimientos. ¡Muera el mal gobierno!
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