Apro
El fiscal estadunidense Eric Holder afirmó este martes que operativos como el de Rápido y Furioso “no se repetirán nunca más”, pero también pidió tener cuidado para no perder de vista que “estamos perdiendo la batalla por detener el tráfico ilegal de armas a México”.
Durante una audiencia ante el Comité Judicial del Senado, Holder admitió que la operación era errónea tanto en concepto como en ejecución, y desafortunadamente, agregó, “sentiremos sus efectos durante los próximos años, ya que las armas que se perdieron en esta operación continúan apareciendo en los delitos y crímenes ocurridos tanto aquí como en México”.
El fiscal estadunidense, quien se enfrenta al pedido de dimisión por parte del Partido Republicano, señaló a los legisladores que “procedimientos de control más estrictos” permitirían asegurar que no se repitan los fallos del programa en el futuro.
Añadió:
“Como muchos de vosotros, quiero saber por qué y cómo las armas que deberían haber permanecido bajo vigilancia acabaron en las manos de los cárteles mexicanos”.
Tras calificar de “inapropiadas y fallidas” las tácticas de la operación, Holder pidió a los integrantes del Senado que “más allá de identificar dónde ocurrieron los errores y asegurarnos que no vuelvan a suceder, tenemos que tener cuidado de no perder de vista el grave problema que esta fallida operación de investigación ha destacado: estamos perdiendo la batalla por detener el tráfico ilegal de armas a México”.
De acuerdo con Holder, en México se ubicaron por lo menos 94 mil armas, sin precisar si éstas ingresaron como resultado de esa operación, pero aceptó que 64 mil de ellas llegaron de Estados Unidos.
“Si tenemos que frenar el tráfico de armas, tenemos que hacer algo nosotros, y no dejar que ellos (a las autoridades mexicanas) hagan todo”, expresó el fiscal.
El operativo Rápido y Furioso, tras cuyo fracaso la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos quedó en el ojo del huracán, trataba de acusar a los integrantes de la delincuencia organizada permitiéndoles comprar armas de asalto en Estados Unidos y siguiendo la pista de esas armas en los lugares del crimen en México.
No obstante, la mayoría de las armas nunca fueron rastreadas, y dos de ellas aparecieron en el lugar en que fue asesinado un agente de control de la frontera estadunidense, lo que produjo la suspensión del programa.
El fiscal estadunidense Eric Holder afirmó este martes que operativos como el de Rápido y Furioso “no se repetirán nunca más”, pero también pidió tener cuidado para no perder de vista que “estamos perdiendo la batalla por detener el tráfico ilegal de armas a México”.
Durante una audiencia ante el Comité Judicial del Senado, Holder admitió que la operación era errónea tanto en concepto como en ejecución, y desafortunadamente, agregó, “sentiremos sus efectos durante los próximos años, ya que las armas que se perdieron en esta operación continúan apareciendo en los delitos y crímenes ocurridos tanto aquí como en México”.
El fiscal estadunidense, quien se enfrenta al pedido de dimisión por parte del Partido Republicano, señaló a los legisladores que “procedimientos de control más estrictos” permitirían asegurar que no se repitan los fallos del programa en el futuro.
Añadió:
“Como muchos de vosotros, quiero saber por qué y cómo las armas que deberían haber permanecido bajo vigilancia acabaron en las manos de los cárteles mexicanos”.
Tras calificar de “inapropiadas y fallidas” las tácticas de la operación, Holder pidió a los integrantes del Senado que “más allá de identificar dónde ocurrieron los errores y asegurarnos que no vuelvan a suceder, tenemos que tener cuidado de no perder de vista el grave problema que esta fallida operación de investigación ha destacado: estamos perdiendo la batalla por detener el tráfico ilegal de armas a México”.
De acuerdo con Holder, en México se ubicaron por lo menos 94 mil armas, sin precisar si éstas ingresaron como resultado de esa operación, pero aceptó que 64 mil de ellas llegaron de Estados Unidos.
“Si tenemos que frenar el tráfico de armas, tenemos que hacer algo nosotros, y no dejar que ellos (a las autoridades mexicanas) hagan todo”, expresó el fiscal.
El operativo Rápido y Furioso, tras cuyo fracaso la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos quedó en el ojo del huracán, trataba de acusar a los integrantes de la delincuencia organizada permitiéndoles comprar armas de asalto en Estados Unidos y siguiendo la pista de esas armas en los lugares del crimen en México.
No obstante, la mayoría de las armas nunca fueron rastreadas, y dos de ellas aparecieron en el lugar en que fue asesinado un agente de control de la frontera estadunidense, lo que produjo la suspensión del programa.
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