José Cárdenas
A los mexicanos nos gusta sacarle a lo español sabor, enseñanza y ejemplo. Hasta les hemos comenzado a copiar a sus "indignados" (aquí, los primeros discípulos desos, se autonombran "encabronados").
. Ahora nomás falta alguien que también quiera en México un rey de chocolate con nariz de cacahuate. Porque, de que los hay, los hay.
Le cuento lo que pasó allá. y cómo rebota acá.
Es obvio que los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero entraron al poder por la puerta grande. Ahora han sufrido una debacle sin atenuantes. Se han ido al basurero. La izquierda fue atropellada debido a una pobre gestión, apabullada por la peor crisis económica.
Poco importó si los socialistas lograron, bajo sospecha, el desmantelamiento de la ETA. El terrorismo en España sigue. O dígame si no hay peor terrorismo que una familia sin trabajo y millones de personas en paro. En fin.
A los españoles no les ha quedado más remedio que regresar al punto de partida: la derecha clerical, conservadora y reaccionaria. Y, en México, no faltan quienes aplauden como focas. Así, a empujones, vuelven a mandar los herederos del franquismo. Sin mayor sorpresa, aunque con enormes dificultades por delante. Ya se verá...
La joven alternancia democrática de España (tiene 34 años, apenas) ha envejecido prematuramente. La nuestra, 11, pero se mira igual de arrugada.
Y eso nos debe importar. como ver las barbas del vecino cortar.
Por cierto, uno de los próceres políticos del posfranquismo, el señor José María Aznar, miembro distinguido del Partido Popular (a pesar de sus diferencias con Mariano Rajoy), es un ejemplo para muchos panistas que observan en el regreso del PP (su partido mellizo) un gran ejemplo de resurrección política. Y si no me cree el fervor de algunos por las ideas conservadoras de los "populares hispanos", busque usted en el reciente libro de campaña de Josefina Vázquez Mota (Nuestra oportunidad) cómo encumbra a Aznar y "esas" ideas, al olimpo de sus personajes favoritos. "No se canse usted de defender al bien contra el mal", le dice .y le dice, Aznar a Pinita.
A lo mejor Josefina, ahora que anda por allá, hasta le pide a Aznar que se venga a echarle una "manita" en su campaña.
Pero. En México, una historia como la española, escrita con la izquierda, podría terminar igual, aunque se escriba con la mano derecha. O precisamente por eso.
Mientras, vale la pena revisar el tono feliz del mensaje del presidente Felipe Calderón a Mariano Rajoy. casi como diciendo, ¡perdimos Morelia, pero ganamos Madrid!... Digo que mientras.
MONJE LOCO: Señoras y señores, ahí viene el PRI recargado. No es una suposición; menos, una cábala maldita. En las elecciones recientes, salvo Guerrero y Sinaloa (donde gobiernan priistas disfrazados) y Puebla y Oaxaca (donde dos impresentables hundieron al tricolor), se han repetido, una tras otra, las victorias. A esa marcha triunfal de pompa y circunstancia sumemos la barrida en Michoacán, que corta de tajo un decenio de hegemonía perredista. El PRI ganó Morelia por una nariz. Tambien se quedó con el control del Congreso y las plazas más importantes: Uruapan, Apatzingán y Zitácuaro. En las latitudes políticas hay orto (amanecer) en el PRI y ocaso (puesta del sol) en su antípoda celeste. Ya se sabe, ya se supo.
A los mexicanos nos gusta sacarle a lo español sabor, enseñanza y ejemplo. Hasta les hemos comenzado a copiar a sus "indignados" (aquí, los primeros discípulos desos, se autonombran "encabronados").
. Ahora nomás falta alguien que también quiera en México un rey de chocolate con nariz de cacahuate. Porque, de que los hay, los hay.
Le cuento lo que pasó allá. y cómo rebota acá.
Es obvio que los socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero entraron al poder por la puerta grande. Ahora han sufrido una debacle sin atenuantes. Se han ido al basurero. La izquierda fue atropellada debido a una pobre gestión, apabullada por la peor crisis económica.
Poco importó si los socialistas lograron, bajo sospecha, el desmantelamiento de la ETA. El terrorismo en España sigue. O dígame si no hay peor terrorismo que una familia sin trabajo y millones de personas en paro. En fin.
A los españoles no les ha quedado más remedio que regresar al punto de partida: la derecha clerical, conservadora y reaccionaria. Y, en México, no faltan quienes aplauden como focas. Así, a empujones, vuelven a mandar los herederos del franquismo. Sin mayor sorpresa, aunque con enormes dificultades por delante. Ya se verá...
La joven alternancia democrática de España (tiene 34 años, apenas) ha envejecido prematuramente. La nuestra, 11, pero se mira igual de arrugada.
Y eso nos debe importar. como ver las barbas del vecino cortar.
Por cierto, uno de los próceres políticos del posfranquismo, el señor José María Aznar, miembro distinguido del Partido Popular (a pesar de sus diferencias con Mariano Rajoy), es un ejemplo para muchos panistas que observan en el regreso del PP (su partido mellizo) un gran ejemplo de resurrección política. Y si no me cree el fervor de algunos por las ideas conservadoras de los "populares hispanos", busque usted en el reciente libro de campaña de Josefina Vázquez Mota (Nuestra oportunidad) cómo encumbra a Aznar y "esas" ideas, al olimpo de sus personajes favoritos. "No se canse usted de defender al bien contra el mal", le dice .y le dice, Aznar a Pinita.
A lo mejor Josefina, ahora que anda por allá, hasta le pide a Aznar que se venga a echarle una "manita" en su campaña.
Pero. En México, una historia como la española, escrita con la izquierda, podría terminar igual, aunque se escriba con la mano derecha. O precisamente por eso.
Mientras, vale la pena revisar el tono feliz del mensaje del presidente Felipe Calderón a Mariano Rajoy. casi como diciendo, ¡perdimos Morelia, pero ganamos Madrid!... Digo que mientras.
MONJE LOCO: Señoras y señores, ahí viene el PRI recargado. No es una suposición; menos, una cábala maldita. En las elecciones recientes, salvo Guerrero y Sinaloa (donde gobiernan priistas disfrazados) y Puebla y Oaxaca (donde dos impresentables hundieron al tricolor), se han repetido, una tras otra, las victorias. A esa marcha triunfal de pompa y circunstancia sumemos la barrida en Michoacán, que corta de tajo un decenio de hegemonía perredista. El PRI ganó Morelia por una nariz. Tambien se quedó con el control del Congreso y las plazas más importantes: Uruapan, Apatzingán y Zitácuaro. En las latitudes políticas hay orto (amanecer) en el PRI y ocaso (puesta del sol) en su antípoda celeste. Ya se sabe, ya se supo.
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