México: caída del desarrollo humano y contribución de Pemex

Antonio Gershenson

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo informó de una caída del desarrollo humano en México. Sobre todo, cuenta en él la creciente desigualdad entre la gente muy rica y la muy pobre. En sólo un año, México cayó del lugar 57 al 72 (ya en este año). Son 187 países.

Entre los factores que cuentan son la deforestación, inundaciones y sequías, educación, salud e ingreso muy desigual. Pero queremos mostrar también el pésimo manejo de Pemex, cuyo ingreso es tal que cuenta en la economía del país.

Nos basamos en el Reporte de Actividad Exploratoria de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que llega hasta agosto pasado. Sobre la base de tener programados en enero-agosto de este año 40 pozos de exploración terminados, se acabaron de perforar sólo 24. Pero no sólo eso: de estos últimos, 14 no estaban programados y sólo 10 sí lo estaban. De los 10 pozos programados, siete resultaron productivos (obvio, 70 por ciento). De los 14 no programados, sólo fueron productivos cinco, o sea 36 por ciento. Los mandos ignoraron lo programado, sacaron del bolsillo otros pozos y desplomaron la productividad.

De todos los pozos productores de petróleo, dos fueron de la Región Marina Suroeste y tres, de la Sur. Dos más de la Marina Suroeste fueron de gas natural, tal vez Tsimin 1DL y Kinbe 1, de los que hemos hablado por su rendimiento, y que en el reporte mencionan sus fechas de terminación como 17 de febrero y 9 de agosto, ambas de este año. Tales perforaciones fueron programadas. De estas dos regiones, dos pozos resultaron fallidos en cada una.

Los otros pozos terminados con éxito fueron en la Región Norte: cinco productores de gas, y los otros ocho no tuvieron resultado, de un total de 13. En la Región Norte hubo más porcentaje de perforaciones fallidas, y en ningún caso se obtuvo petróleo (¿no que Chicontepec produce mucho?).

Recordamos que es la región del contratismo concentrado, de modo que es una gran mentira decir que las trasnacionales trabajan mejor que las regiones en las que hay más personal de Pemex. En las dos primeras regiones, en las que más actividad tiene Pemex, las perforaciones terminadas sin éxito fueron 36 por ciento, mientras que en la Norte, la del contratismo en masa, fallaron más de 60 por ciento.

¿Cuáles fueron, en síntesis, los errores o actos indebidos en general, de quienes tomaron las decisiones en Pemex?

Pisotear la programación de las perforaciones. Actuar a su simple voluntad o, peor, a la de las trasnacionales contratadas. No es causal que en el norte, tierra del mayor contratismo, hayan sido las mayores violaciones al programa. Y todavía quieren abrir más el camino a los llamados contratos integrales.

En el reporte del que hablamos, viene una lista de pozos en perforación o perforados, señalando cuáles son los programados y cuáles no. Entre los pozos que se perforaron sin estar programados, viene el Xanab 101. Su perforación empezó el 12 de octubre de 2009 y terminó el 19 de abril de 2011. Es decir, que se tardó un año y medio, sin haberse programado. ¿Es esto congruente?

El programa para 2011 establecía la terminación de 40 pozos hasta agosto. Hubo sólo 10 programados, terminados y productivos. Estuvieron perforándose 30 pozos no programados. 14 se terminaron. De éstos, vimos que sólo cinco fueron productivos. Fue la mejor forma de gastar mucho dinero, pagarles mucho a los contratistas y que Pemex produzca lo menos posible.

Vemos que la catástrofe de desigualdad que vimos al principio, se agrava con el pésimo manejo de Pemex y en este caso de la exploración del petróleo y el gas. ¿De qué sirven los discursos optimistas de los funcionarios, ante los datos duros de las Naciones Unidas sobre México y ante los hechos reflejados en el Reporte de la CNH?

Todo esto nos muestra que la situación de nuestro país deja mucho que desear. Lo que el mencionado Programa de las Naciones Unidas señala como la creciente desigualdad entre la gente muy rica y la muy pobre, es también un mercado interno cada vez restringido.

Todo esto, también, nos acerca más a la nueva crisis. Ya nos pasó a partir de 2008, y, como lo hemos visto, la estamos viendo venir otra vez.

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