Languidecen indicadores

Mayor deterioro salarial
Estrellita para El Chapo

Carlos Fernández-Vega / México SA


Octubre cerró con mayor deterioro en los indicadores económicos, no sólo en México sino en Estados Unidos, del que el primero depende en grado sumo. El mercado interno, mediante el cual se impulsará el crecimiento nacional (según versión oficial) reporta mayores signos de debilidad, mientras el sector exportador muestra retroceso. El panorama se redondea con reconsideraciones a la baja en torno a los resultados en el producto interno bruto para el presente año y el siguiente, el de nutridas promesas electorales.

¿Cómo va la sólida economía que presume el discurso oficial? Los analistas de la Cámara de Diputados reportan que los indicadores económicos dados a conocer en la última semana de octubre siguen mostrando signos de debilidad tanto en México como en Estados Unidos. Las fuentes internas y externas mantienen una tendencia descendente; las ventas en el mercado nacional apenas si se mueven, se observa mayor crecimiento de precios en los alimentos, y se profundiza el freno en las exportaciones. No es gratuito, pues, que el Banco de México reporte un escenario de moderación en el consumo, la inversión y las exportaciones.

En contraste al freno de las ventas al exterior, las importaciones registraron un repunte determinado, principalmente, por el aumento que tuvieron las importaciones de bienes de consumo, que se expandieron 41.2 por ciento. Lo anterior prende las alertas y reitera la preocupación sobre un gradual desplazamiento de la producción nacional por productos importados, ya que dicho repunte se dio incluso en un contexto en el que el tipo de cambio se depreció 1.9 por ciento anual y los bienes de capital frenaron su crecimiento.

Para el caso de Estados Unidos, el producto interno bruto mostró un crecimiento de 2.5 por ciento, lo que si bien representa un mejor desempeño respecto a los anteriores trimestres, sigue sin ser suficiente para disminuir el desempleo. Las razones detrás del deterioro son diversas. Por una parte, una marcada caída en la confianza del consumidor durante los últimos meses; por otra, al continuo estancamiento del sector de la vivienda, con ventas y precios por debajo de lo presentado en 2010. Así, la incertidumbre y las expectativas de crecimiento se han deteriorado, provocando un aumento en los despidos masivos y un freno en las contrataciones de trabajadores.

En México, de acuerdo con el Inegi, el indicador global de la actividad económica (IGAE) tuvo un incremento real de 4.43 por ciento con relación al mismo mes de 2010, con el cual lleva 21 meses de variaciones anuales positivas; pese a ello, su incremento (agosto) fue menor al observado en el mismo mes de 2010 (6.78 por ciento) y su nivel apenas se ubicó por arriba del más alto presentado en octubre de 2008, antes del periodo de crisis, respecto al cual dicho indicador exhibió sólo un incremento acumulado de 1.4 por ciento desde esa fecha.

En su comparativo anual, los componentes del IGAE tuvieron la siguiente evolución: mientras las actividades primarias aumentaron 14.78 por ciento, las secundarias y las terciarias lo hicieron en 3.09 y 4.64 por ciento, respectivamente. De acuerdo con el IGAE, en el periodo enero-agosto de 2011 la actividad económica tuvo un aumento de 4.04 por ciento con relación al mismo periodo de 2010; cifra inferior en 1.95 puntos porcentuales al incremento observado en el mismo periodo del año pasado (5.99 por ciento). Este resultado fue producto de la expansión de las actividades que lo integran; las primarias, secundarias y terciarias crecieron 1.79, 3.98 y 4.07 por ciento, en ese orden.

Por otra parte, con cifras ajustadas por estacionalidad, en agosto de 2011, el IGAE tuvo una caída de 0.42 por ciento con relación al mes anterior; en tanto que la dinámica de las actividades que lo integran fue la siguiente: las primarias crecieron 8.32 por ciento; en tanto que las secundarias y terciarias cayeron 1.08 y 0.26 por ciento, respectivamente. Así, en agosto y bajo el análisis de corto plazo, el IGAE continúa mostrando volatilidad dada la alternancia reciente de crecimientos y caídas, situación que ya hemos destacado con anterioridad; su caída no fue mayor debido al empuje que tuvo a través de las actividades primarias. Sin embargo, es necesario recordar que dichas actividades presentan mayor volatilidad que las otras debido a que su componente agropecuario se ve afectado por factores climatológicos.

Señala el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas que el avance inflacionario se explica, sustancialmente, por el alza en el precio de los energéticos (electricidad, gas doméstico LP y gasolina de bajo octanaje, lo que a nadie preocupa, según Bruno Ferrari, secretario de Economía) cuya participación en el nivel inflacionario fue de 0.43 puntos porcentuales. Influye, además, el incremento en el precio de las mercancías, que aportaron 0.10 puntos porcentuales del nivel de la inflación.

El índice de precios de la canasta básica de consumo tuvo un incremento de 1.5 por ciento en la primera quincena de octubre, proporción casi tres veces mayor a la registrada por la inflación general y a la observada en el mismo lapso de 2010 (0.95 por ciento, lo que implicó que su variación anual fuera de 3.56 por ciento, mientras la de los alimentos en general, tanto procesados como agropecuarios, tuvo un incremento quincenal de 0.41 por ciento, menor al observado el año pasado (0.58 por ciento). Pese a ello, su variación anual fue de 4.37 por ciento, casi el doble a la observada el año anterior (2.3 por ciento) y a la del índice general.

Por otra parte, ante el repunte de la inflación, el salario mínimo general promedio real ajustado por el INPC para los ingresos familiares mensuales de hasta un salario mínimo tuvo, en la primera quincena de octubre de 2011, una pérdida de poder adquisitivo de 1.06 por ciento con relación a la quincena inmediata anterior; en tanto que, en términos anuales, presentó una reducción de 3 por ciento, lo que incide en la dinámica de la demanda interna del país.

Las rebanadas del pastel

El inquilino de Los Pinos ni de lejos es considerado entre los personajes más poderosos del mundo. En cambio, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, ocupa el escalón número 55 en el más reciente inventario de Forbes. Calderón asegura que vamos ganando la guerra, pero la revista especializada atribuye al líder del cártel de Sinaloa más poder que Pablo Escobar durante su apogeo en la década de los 80, y el gobierno mexicano sigue siendo incapaz de llevarlo ante la justicia. Entonces, ¿quién va ganando qué?

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