José Cárdenas
El asesinato del alcalde de La Piedad, o cualquier acción brutal, se veía venir en Michoacán. Por eso el presidente Calderón quiso evitar el riesgo de las elecciones, mediante una candidatura única. No lo pudo lograr.
Algunos se atreven a ir muy lejos. ¿El crimen podría ser parte de una estrategia para hacer ganar a la primera hermana del país, a como dé lugar?
El alcalde Ricardo Guzmán Romero fue ejecutado de un escopetazo cuando repartía volantes a favor de Luisa María Calderón, candidata panista a la gubernatura.
El procurador michoacano reveló que el muerto había recibido amenazas previas. ¿Como para bajarle al miedo, a once días de las elecciones?
El asesinato del alcalde significa varias cosas.
Para empezar, otro fracaso del Plan Operativo Michoacán, el primer despliegue militar ordenado por el Presidente de la República hace cinco años.
Y, para acabar, la inoperancia de la Secretaría de Gobernación, que esta semana ofrecía todas las condiciones de seguridad para el domingo 13.
Este hecho de sangre golpea, abajo del cinturón, a la política entera del Presidente.
Eso sí, el asesinato detona reuniones urgentes y declaraciones apremiantes.
Los candidatos de cualquier color coinciden en que el homicidio del alcalde enrarece el aire de la elección michoacana. Que estamos frente a la incertidumbre. Frente a una violencia que se apaga y se enciende de repente. Que es un hecho lamentable de una guerra que no se sabe a dónde va…
Y mientras se averigua, el PAN le avienta lodo al gobierno perredista.
“Nosotros creemos que Leonel Godoy no ha querido o no ha podido, y menos intentado, poner orden en la seguridad”, advierte Juan Molinar Horcasitas. Entre líneas, sugiere que el gobernador tiene pacto con los criminales.
Sí, Molinar Horcasistas, el mismo que tiene las manos chamuscadas por el incendio de la guardería ABC.
Que no se nos olvide.
El principal reclamo de los michoacanos de cualquier color es recobrar la paz y la tranquilidad. La memoria duele mucho. No se olvida el granadazo de hace tres años, tampoco “el michoacanazo ni las primeras cabezas rodando dentro de una discoteca ni las masacres de policías e inocentes ni las balaceras y los narcobloqueos ni el auge y la decadencia de La Familia Michoacana ni Los Caballeros Templarios y, menos, el juego mañoso de la Federación para estrangular el gasto de un gobernador que no tiene ni para pagar las quincenas…
Y ahora esto.
Michoacán está de cabeza. Es otro estado de (des)ánimo; más parecido a un estado de crispación y zozobra.
Le urge sacudirse a los vampiros que le chupan la sangre.
…Cuando la furia vuelve a salir de paseo en el Día de Muertos.
MONJE LOCO: “Los carniceros de hoy serán las reses de mañana”. Tan “elegante” frase no es una maldición medieval. Es un conjuro de Humberto Moreira. ¿Un yunque le pegó en la cabeza? Atolondrado, mandó “blindar” el informe de su sustituto Jorge Torres, en Coahuila. Afuera, sus huestes reprimieron a empujones y mentadas a panistas que lo cuestionan, por endeudar con documentos falsificados a la tierra de Madero y Carranza. Lo malo del zipizape fue que los bárbaros “moreiristas” también se surtieron a los reporteros. -¿Y yo, por qué?, pregunta mi colega Magda Guardiola. Nadie sabe, nadie supo…
El asesinato del alcalde de La Piedad, o cualquier acción brutal, se veía venir en Michoacán. Por eso el presidente Calderón quiso evitar el riesgo de las elecciones, mediante una candidatura única. No lo pudo lograr.
Algunos se atreven a ir muy lejos. ¿El crimen podría ser parte de una estrategia para hacer ganar a la primera hermana del país, a como dé lugar?
El alcalde Ricardo Guzmán Romero fue ejecutado de un escopetazo cuando repartía volantes a favor de Luisa María Calderón, candidata panista a la gubernatura.
El procurador michoacano reveló que el muerto había recibido amenazas previas. ¿Como para bajarle al miedo, a once días de las elecciones?
El asesinato del alcalde significa varias cosas.
Para empezar, otro fracaso del Plan Operativo Michoacán, el primer despliegue militar ordenado por el Presidente de la República hace cinco años.
Y, para acabar, la inoperancia de la Secretaría de Gobernación, que esta semana ofrecía todas las condiciones de seguridad para el domingo 13.
Este hecho de sangre golpea, abajo del cinturón, a la política entera del Presidente.
Eso sí, el asesinato detona reuniones urgentes y declaraciones apremiantes.
Los candidatos de cualquier color coinciden en que el homicidio del alcalde enrarece el aire de la elección michoacana. Que estamos frente a la incertidumbre. Frente a una violencia que se apaga y se enciende de repente. Que es un hecho lamentable de una guerra que no se sabe a dónde va…
Y mientras se averigua, el PAN le avienta lodo al gobierno perredista.
“Nosotros creemos que Leonel Godoy no ha querido o no ha podido, y menos intentado, poner orden en la seguridad”, advierte Juan Molinar Horcasitas. Entre líneas, sugiere que el gobernador tiene pacto con los criminales.
Sí, Molinar Horcasistas, el mismo que tiene las manos chamuscadas por el incendio de la guardería ABC.
Que no se nos olvide.
El principal reclamo de los michoacanos de cualquier color es recobrar la paz y la tranquilidad. La memoria duele mucho. No se olvida el granadazo de hace tres años, tampoco “el michoacanazo ni las primeras cabezas rodando dentro de una discoteca ni las masacres de policías e inocentes ni las balaceras y los narcobloqueos ni el auge y la decadencia de La Familia Michoacana ni Los Caballeros Templarios y, menos, el juego mañoso de la Federación para estrangular el gasto de un gobernador que no tiene ni para pagar las quincenas…
Y ahora esto.
Michoacán está de cabeza. Es otro estado de (des)ánimo; más parecido a un estado de crispación y zozobra.
Le urge sacudirse a los vampiros que le chupan la sangre.
…Cuando la furia vuelve a salir de paseo en el Día de Muertos.
MONJE LOCO: “Los carniceros de hoy serán las reses de mañana”. Tan “elegante” frase no es una maldición medieval. Es un conjuro de Humberto Moreira. ¿Un yunque le pegó en la cabeza? Atolondrado, mandó “blindar” el informe de su sustituto Jorge Torres, en Coahuila. Afuera, sus huestes reprimieron a empujones y mentadas a panistas que lo cuestionan, por endeudar con documentos falsificados a la tierra de Madero y Carranza. Lo malo del zipizape fue que los bárbaros “moreiristas” también se surtieron a los reporteros. -¿Y yo, por qué?, pregunta mi colega Magda Guardiola. Nadie sabe, nadie supo…
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