Herman Cain, ¿moda del momento o el anti-Obama ideal?

José Carreño Figueras

Hasta hace unos meses relativamente poca gente en el mundo había oído hablar de Herman Cain. Si acaso, pocos mas allá del relativamente pequeño mundo de las franquicias de comida rápida.

Hoy, parecería posible que Cain se convirtiera en el próximo presidente de los Estados Unidos, gracias en alguna medida a su imagen de afroestadounidense conservador, a su experiencia como hombre de negocios, a las carencias de sus rivales por la nominación presidencial republicana y mucho, tal vez, a que es precisamente un valor desconocido en un pais siempre ansioso y dispuesto de recibir al próximo héroe desconocido.

Cain es por ahora el improbable líder en las encuestas de opinión sobre el posible candidato presidencial republicano para 2012, y como tal objeto de un creciente escrutinio que al menos todavía no le ha hecho mayor daño.

Y eso no está mal para un aspirante que hace tres meses era un desconocido que buscaba enfrentar a una parvada de “peces gordos” del republicanismo, mas conocidos y mejor financiados en su mayoría.

“Cain” el desconocido supera hasta ahora a precandidatos que como Mitt Romney y Newt Gingrich parecían tener todo a su favor. De hecho, sea su encanto personal o el desencanto respecto a sus rivales, Cain ocupa el primer lugar en las preferencias hasta en estados donde realmente no ha hecho campaña, como en Iowa.

Y no es que sea un caso de “cualquiera menos…” Entre los republicanos hay candidatos como el sólido pero aburrido Romney, el folklórico Rand Paul, el intelectual Gingrich o el populista Rick Perry, gobernador de Texas, y aunque ninguno de ellos es especialmente atractivo tampoco están fuera de lugar entre los republicanos.

Pero Cain parece a muchos republicanos como el “anti-Obama” perfecto: afroestadounidense, enemigo de prebendas y preferencias raciales, un empresario exitoso y sobre todo conservador.

Los republicanos enfrentan una campaña en la que el presidente Barack Obama, el casi seguro candidato demócrata, puede ser derrotado. Obama se encuentra en un punto muy bajo de sus niveles de aprobación pública y la economía -su problema mas importante- no parece cerca de repuntar.

Pero al mismo tiempo, su ramillete de candidatos aceptables para la base derechista republicana, pero no exactamente para sectores mas moderados, parece mas bien una ayuda a la reelección del mandatario.

La lucha por ver quien parece mas duro contra los migrantes o mas rudo en política exterior coloca a los republicanos como extremistas inaceptables, tanto por su doctrinaria intolerancia interna como por su rigidez externa, y en Estados Unidos lo normal es que las elecciones las gane quien ocupe el centro.

Cain en todo caso puede ser la moda del mes en la campaña republicana y no pasar de ahí. Pero de ir mas allá podría presentar un reto interesante a Obama y crear un momento histórico en los Estados Unidos.

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