Apro
La fábrica alemana de armas Heckler & Koch fue cateada este jueves por unos 300 agentes de ese país, por su presunta responsabilidad en el pago de sobornos para suministrar armas a México.
De acuerdo con información difundida por la agencia DPA, armas destinadas a México en 2005 fueron a parar a cuatro estados de la República “con violentos conflictos internos”.
La fiscalía de Stuttgart, encargada del caso, así como la policía de Baden-Württemberg, en el sur de Alemania, confirmaron la redada en las instalaciones de la central de la compañía, ubicada en la localidad de Oberndorf.
Durante el cateo, que incluyó las viviendas de algunos empleados, los agentes se dieron a la tarea de buscar cualquier indicio que demostrara que los responsables de la empresa pagaron sobornos durante varios años a funcionarios mexicanos, para conseguir contratos de envío de armas.
Las acusaciones alcanzaron a funcionarios alemanes, pues según la Fiscalía existen pruebas de que ellos también fueron sobornados.
Desde hace años, los investigadores siguen de cerca a la fábrica alemana y sospechan que en 2005 envió armas de guerra a cuatro estados de México “con violentos conflictos internos”, a pesar de una prohibición expresa. La Fiscalía no detalló a qué entidades del país fueron a parar esas armas.
Heckler & Koch negó siempre su participación en negocios ilegales, pero hoy rechazó hacer comentarios sobre las acusaciones en su contra.
En enero, las autoridades alemanas suspendieron las exportaciones de esta fábrica de armas a México, y el Ministerio de Economía anunció que desde entonces dejó de tramitar solicitudes de la compañía para exportar armas a este país.
La empresa alemana ya había sido acusada antes, cuando se detectaron algunas de las armas que fabrica en las tropas del derrocado dictador libio, Muamar El Gadafi.
Uno de los hijos del exlíder libio, señaló DPA, habría cerrado el negocio en una visita a la central de Oberndorf en 2003, pese a que ya existía un embargo de armas para Libia.
La versión de Heckler & Koch es que el armamento fue enviado a Egipto y desconoce cómo fue a parar a Libia.
La compañía alemana de armas cuenta entre sus clientes al Ejército y policía alemanes y a varios países de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
La fábrica alemana de armas Heckler & Koch fue cateada este jueves por unos 300 agentes de ese país, por su presunta responsabilidad en el pago de sobornos para suministrar armas a México.
De acuerdo con información difundida por la agencia DPA, armas destinadas a México en 2005 fueron a parar a cuatro estados de la República “con violentos conflictos internos”.
La fiscalía de Stuttgart, encargada del caso, así como la policía de Baden-Württemberg, en el sur de Alemania, confirmaron la redada en las instalaciones de la central de la compañía, ubicada en la localidad de Oberndorf.
Durante el cateo, que incluyó las viviendas de algunos empleados, los agentes se dieron a la tarea de buscar cualquier indicio que demostrara que los responsables de la empresa pagaron sobornos durante varios años a funcionarios mexicanos, para conseguir contratos de envío de armas.
Las acusaciones alcanzaron a funcionarios alemanes, pues según la Fiscalía existen pruebas de que ellos también fueron sobornados.
Desde hace años, los investigadores siguen de cerca a la fábrica alemana y sospechan que en 2005 envió armas de guerra a cuatro estados de México “con violentos conflictos internos”, a pesar de una prohibición expresa. La Fiscalía no detalló a qué entidades del país fueron a parar esas armas.
Heckler & Koch negó siempre su participación en negocios ilegales, pero hoy rechazó hacer comentarios sobre las acusaciones en su contra.
En enero, las autoridades alemanas suspendieron las exportaciones de esta fábrica de armas a México, y el Ministerio de Economía anunció que desde entonces dejó de tramitar solicitudes de la compañía para exportar armas a este país.
La empresa alemana ya había sido acusada antes, cuando se detectaron algunas de las armas que fabrica en las tropas del derrocado dictador libio, Muamar El Gadafi.
Uno de los hijos del exlíder libio, señaló DPA, habría cerrado el negocio en una visita a la central de Oberndorf en 2003, pese a que ya existía un embargo de armas para Libia.
La versión de Heckler & Koch es que el armamento fue enviado a Egipto y desconoce cómo fue a parar a Libia.
La compañía alemana de armas cuenta entre sus clientes al Ejército y policía alemanes y a varios países de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
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