Jorge Diaz
Conforme se aclaran las opciones que tendremos los mexicanos para escoger presidente, es probable que un personaje como Marcelo Ebrard empiece a ser extrañado en poco tiempo. La baraja presidencial (lo que hasta hoy se tiene), deja mucho que desear y es con lo que tendremos que conformarnos otros seis años. La apatía del mexicano para involucrarse en serio en los destinos de su país y el desinterés mostrado por décadas para definir reglas y establecer mecanismos donde las opciones vayan más allá de los partidos políticos, lo tiene entrampado.
A menos que una sorpresa surja, todo parce indicar que habremos de escoger entre 3 candidatos que ya sea, responden únicamente a su arrogancia y cinismo o bien, que están secuestrados por sus partidos o por voluntades aun más poderosas que ellos.
El primer lugar en las encuestas al día de hoy, Enrique Peña Nieto, no tiene ningún empacho en promover o por lo menos aceptar la alianza de su partido con personajes como el niño verde y la líder sindical Elba Esther Gordillo. No es necesario agregar adjetivos a estos dos personajes para que el lector en un acto de sinceridad, acepte que la maniobra en sí misma nos dice que algo está mal. Qué decir del presidente del tricolor que está a casi nada de vérselas con la justicia, ese es el PRI de hoy, la primera opción.
El segundo lugar en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, pretende borrar de una frase todo lo que presenciamos en años anteriores sobre su personalidad. Estará bien para sus seguidores (que son algo así como fans de un cantante y le celebran cualquier cosa), endiosarse con una nueva faceta de su ídolo. Para ellos, debe ser algo parecido a lo que sintieron los fanáticos de Lady Gaga cuando en una entrega de premios presentó a su alter ego: Joe Calderone.
Pero la realidad, es que entre las filas del tabasqueño se siguen viendo personajes llenos de “ligas” con la corrupción, apoyos vitales para las pretensiones del de Macuspana ¿qué esperar si llegara a ser presidente, a la hora de pagar los apoyos recibidos? Por lo pronto ya demostró que su “República Amorosa” estará llena de amor, pero no precisamente de “honestidad valiente”, puesto que inmediatamente después de su designación como candidato, recurrió a la trampa legal, para hacerse de recursos y no dejar de salir a cuadro.
Terminarán finalmente poniéndose de acuerdo los panistas, aunque sea a gritos y sombrerazos, pero tendrán candidato y quien quiera que éste sea, caminará los senderos del país con el estandarte de la Virgen de Guadalupe en una mano y un AK-47 en la otra, con una foto de Obama en la cartera (con atuendo de santo) y cantando odas a Felipe Calderón. Pretenderán romper alguna marca Guiness para desplazar a los países de Medio Oriente; a menos que ya lo haya logrado el actual presidente (no me interesa saberlo), en el número de muertos provocados por una guerra sin sentido. El candidato del PAN, no se saldrá del script.
Ante la variedad presentada, no cabe duda que las elecciones de 2012 serán sólo un acto de fe para algunos. Habrá quien crea que los personajes antes mencionados son un dechado de virtud.
Conforme se aclaran las opciones que tendremos los mexicanos para escoger presidente, es probable que un personaje como Marcelo Ebrard empiece a ser extrañado en poco tiempo. La baraja presidencial (lo que hasta hoy se tiene), deja mucho que desear y es con lo que tendremos que conformarnos otros seis años. La apatía del mexicano para involucrarse en serio en los destinos de su país y el desinterés mostrado por décadas para definir reglas y establecer mecanismos donde las opciones vayan más allá de los partidos políticos, lo tiene entrampado.
A menos que una sorpresa surja, todo parce indicar que habremos de escoger entre 3 candidatos que ya sea, responden únicamente a su arrogancia y cinismo o bien, que están secuestrados por sus partidos o por voluntades aun más poderosas que ellos.
El primer lugar en las encuestas al día de hoy, Enrique Peña Nieto, no tiene ningún empacho en promover o por lo menos aceptar la alianza de su partido con personajes como el niño verde y la líder sindical Elba Esther Gordillo. No es necesario agregar adjetivos a estos dos personajes para que el lector en un acto de sinceridad, acepte que la maniobra en sí misma nos dice que algo está mal. Qué decir del presidente del tricolor que está a casi nada de vérselas con la justicia, ese es el PRI de hoy, la primera opción.
El segundo lugar en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, pretende borrar de una frase todo lo que presenciamos en años anteriores sobre su personalidad. Estará bien para sus seguidores (que son algo así como fans de un cantante y le celebran cualquier cosa), endiosarse con una nueva faceta de su ídolo. Para ellos, debe ser algo parecido a lo que sintieron los fanáticos de Lady Gaga cuando en una entrega de premios presentó a su alter ego: Joe Calderone.
Pero la realidad, es que entre las filas del tabasqueño se siguen viendo personajes llenos de “ligas” con la corrupción, apoyos vitales para las pretensiones del de Macuspana ¿qué esperar si llegara a ser presidente, a la hora de pagar los apoyos recibidos? Por lo pronto ya demostró que su “República Amorosa” estará llena de amor, pero no precisamente de “honestidad valiente”, puesto que inmediatamente después de su designación como candidato, recurrió a la trampa legal, para hacerse de recursos y no dejar de salir a cuadro.
Terminarán finalmente poniéndose de acuerdo los panistas, aunque sea a gritos y sombrerazos, pero tendrán candidato y quien quiera que éste sea, caminará los senderos del país con el estandarte de la Virgen de Guadalupe en una mano y un AK-47 en la otra, con una foto de Obama en la cartera (con atuendo de santo) y cantando odas a Felipe Calderón. Pretenderán romper alguna marca Guiness para desplazar a los países de Medio Oriente; a menos que ya lo haya logrado el actual presidente (no me interesa saberlo), en el número de muertos provocados por una guerra sin sentido. El candidato del PAN, no se saldrá del script.
Ante la variedad presentada, no cabe duda que las elecciones de 2012 serán sólo un acto de fe para algunos. Habrá quien crea que los personajes antes mencionados son un dechado de virtud.
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