Elba rompe “contrato” con Felipe

Francisco Garfias

Elba Esther Gordillo ya mandó a volar al PAN y al gobierno de Felipe Calderón. Termina un contrato de más de un lustro. La firma del convenio de Coalición de Nueva Alianza con el PRI rubrica el distanciamiento. La maestra regresa al partido que abandonó hace seis años. Preferencias electorales obligan. ¡Que Marcelo ni que ocho cuartos! Su instinto le dijo, desde hace mucho, que el “bueno” es Enrique Peña Nieto.

Humberto Moreira y los suyos le dieron a este regreso el sesgo de la parábola de la hija pródiga. Hasta premiada salió la profesora. Su hija, Mónica Arriola; y el yerno, Fernando González, encabezan la fórmula para el Senado en Chiapas.

Sin contar que Nueva Alianza va en el lugar dos de la formula en Nayarit y Puebla; y que lleva candidato propio en veinte de los 116 distritos en los que se coligaron con el PRI y el Verde.

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El rostro de César Augusto Santiago era el reflejo vivo de la frustración que el famoso convenio de coalición provocó en no pocos militantes del PRI. El experimentado legislador chiapaneco no asimilaba el tremendo costo de esa dizque alianza con un partido que, apenas hace unos días, apoyó al contrario en Michoacán.

Pero la rabia de César Augusto se descargó con Roberto Albores, presidente del PRI en Chiapas, quien votó a favor del convenio que, asegura, “manda al PRI a tercer lugar” en Chiapas. “Solo este joven imberbe es capaz de semejante traición”, recalcó.

El diputado afirma que, vía la coalición, le entregan la candidatura a gobernador al senador del Verde, Manuel Velasco, y la posición numero uno en la fórmula para el Senado a Mónica Arriola.

Otro chiapaneco, Sami David, también está muy sacado de onda. “Yo quiero ser gobernador”, nos dijo categórico. Su desconcierto tiene que ver con la presencia de Peña Nieto en un acto del senador Velasco.

David Penchyna, vocero del CEN del PRI, revira: “No es una coalición cara, sino dolorosa, en las entidades donde tuvimos que ceder”. Para respaldar sus palabras, el hidalguense cogió pluma y una libreta. Hizo cuentas:

Hay coalición en 116 de los 300 distritos. De ese total, en 72 va un candidato del PRI, en 24 del PVEM, y en 2O del Panal. Para el Senado hay alianza en 10 de las 32 entidades. En cuatro va Nueva Alianza y en cinco el Verde.

¿No es cara? Reviró Sami David. “Pregúntales a los de Quintana Roo, Sinaloa, Puebla. Pregúntale a María Elena Orantes, a César Augusto, a un servidor”.

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El último viraje de Elba Esther no fue suficiente para que el PAN haga un deslinde claro con la maestra. Hay pronunciamientos aislados, como el que hizo ayer Santiago Creel en el foro sobre Desarrollo Sustentable, en el que participaron los tres aspirantes presidenciales del azul.

El senador con licencia pidió —ni más, ni menos— terminar la relación política con el sindicato de maestros. “Devolvamos la educación pública a la sociedad”, pidió.

Sería injusto no decir que el aplausómetro, en ese foro, realizado en Cuernavaca, se lo llevó claramente Josefina Vázquez Mota. Participaron unos alrededor de 200 invitados. Cuarenta por cada aspirante. El resto eran panistas de Morelos, nos aseguran.

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La anunciada decisión de Andrés Manuel de respetar el dedazo de Marcelo en la Ciudad de México ha hecho correr la idea de que la contienda real por la candidatura de la izquierda a jefe de gobierno ya solo es entre dos: Mario Delgado y Miguel Mancera.

Alejandro Rojas Díaz Durán, secretario de turismo del GDF, ex aspirante al Palacio del Ayuntamiento, es uno de los convencidos de que los demás aspirantes y tribus del perredismo chilango –bejaranos incluidos—tendrán que sumarse al candidato de Ebrard.

Lo vemos difícil.

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Moraleja de la semana (Cortesía de Jacques Benigne Bossuet, clérigo francés). La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y los que no quieren salir.

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