Roberto González Amador
El valor del peso frente al dólar estadunidense cayó este martes al nivel más bajo en 32 meses. En un momento en que las empresas con operaciones en el exterior preparan sus pagos en divisas por cierre de ejercicio, el tipo de cambio superó 14 unidades por dólar, nivel no visto desde marzo de 2009, en plena recesión económica.
La jornada de ayer, caracterizada por la volatililidad en el tipo de cambio, reflejó el aumento de la inestabilidad financiera en Europa, el resurgimiento de la tensión política en Estados Unidos por la falta de señales sobre la reducción del déficit público y, sobre todo, dejó en claro que la crisis financiera no es algo que ocurre en otro continente, sino que afecta de manera directa a empresas, familias y gobierno.
La cotización para operaciones interbancarias o de mayoreo –en las que participan bancos, casas de bolsa, casas de cambio y particulares–, la más representativa del mercado, llegó este martes a 14.02 pesos por dólar. Al final de la sesión se ubicó en 13.93 pesos, de acuerdo con un seguimiento del mercado que hace el Banco de México y que refleja promedios entre diversos intermediarios. El banco central no tiene una meta de tipo de cambio que, de acuerdo con la política vigente, se mueve en libre flotación en función de la oferta y demanda.
En el mercado de menudeo
Desde que estalló la crisis en el otoño de 2008, el peso se ha devaluado 24.3 por ciento frente al dólar, una de las depreciaciones más significativas entre las divisas de países en desarrollo y que, en una proporción incluso mayor, ha aumentado el costo de las empresas públicas y privadas que adquieren insumos en el exterior o pagan intereses por su deuda externa. Para las familias, la depreciación del peso tiene efecto en el costo de alimentos importados, por pagar vacaciones en el exterior, colegiaturas o servicios médicos.
Como una referencia, el costo de la importación de cereales, incluidos maíz, trigo y arroz, sumó 484.6 millones de dólares en septiembre de este año, cantidad 89.9 por ciento superior a la del mismo mes de 2010, cuando la factura por este concepto ascendió a 255.1 millones de dólares, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En ese periodo, el peso se ha devaluado 10.4 por ciento.
La jornada de ayer martes en el mercado cambiario comenzó con un aumento en la demanda de divisas, después del feriado por la conmemoración del 101 aniversario del comienzo de la Revolución.
Analistas financieros comentaron que la presión se inició con algunos inversionistas que retiraron recursos para atender demandas de liquidez en Europa. La presión sólo disminuyó pasado el mediodía, cuando el Inegi dio a conocer que en el tercer trimestre del año la economía mexicana creció 4.45 por ciento anual, prácticamente un punto porcentual más de lo esperado por analistas privados.
Adicionalmente, el Fondo Monetario Internacional anunció la creación de un nuevo tipo de línea de crédito, diseñada para países que pueden enfrentar dificultades de liquidez aun cuando sus fundamentos económicos sean sólidos. Ambos factores restaron presión al mercado.
El tema de la crisis política en Estados Unidos por el problema fiscal y la incertidumbre en Europa son los factores que explican la volatilidad en el tipo de cambio del peso, explicó el área de análisis de Santander México.
El peso mexicano se mantiene presionado en su cotización frente al dólar ante el impredecible panorama de la crisis de deuda europea, que ha elevado el riesgo de contagio a bancos de países más grandes (franceses, alemanes y estadunidenses), explicó el departamento de análisis de CI Banco, entidad con presencia relevante en el mercado de divisas. Esta situación, añadió, ha provocado que los inversionistas reduzcan sus posiciones de mayor riesgo.
El valor del peso frente al dólar estadunidense cayó este martes al nivel más bajo en 32 meses. En un momento en que las empresas con operaciones en el exterior preparan sus pagos en divisas por cierre de ejercicio, el tipo de cambio superó 14 unidades por dólar, nivel no visto desde marzo de 2009, en plena recesión económica.
La jornada de ayer, caracterizada por la volatililidad en el tipo de cambio, reflejó el aumento de la inestabilidad financiera en Europa, el resurgimiento de la tensión política en Estados Unidos por la falta de señales sobre la reducción del déficit público y, sobre todo, dejó en claro que la crisis financiera no es algo que ocurre en otro continente, sino que afecta de manera directa a empresas, familias y gobierno.
La cotización para operaciones interbancarias o de mayoreo –en las que participan bancos, casas de bolsa, casas de cambio y particulares–, la más representativa del mercado, llegó este martes a 14.02 pesos por dólar. Al final de la sesión se ubicó en 13.93 pesos, de acuerdo con un seguimiento del mercado que hace el Banco de México y que refleja promedios entre diversos intermediarios. El banco central no tiene una meta de tipo de cambio que, de acuerdo con la política vigente, se mueve en libre flotación en función de la oferta y demanda.
En el mercado de menudeo
Desde que estalló la crisis en el otoño de 2008, el peso se ha devaluado 24.3 por ciento frente al dólar, una de las depreciaciones más significativas entre las divisas de países en desarrollo y que, en una proporción incluso mayor, ha aumentado el costo de las empresas públicas y privadas que adquieren insumos en el exterior o pagan intereses por su deuda externa. Para las familias, la depreciación del peso tiene efecto en el costo de alimentos importados, por pagar vacaciones en el exterior, colegiaturas o servicios médicos.
Como una referencia, el costo de la importación de cereales, incluidos maíz, trigo y arroz, sumó 484.6 millones de dólares en septiembre de este año, cantidad 89.9 por ciento superior a la del mismo mes de 2010, cuando la factura por este concepto ascendió a 255.1 millones de dólares, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En ese periodo, el peso se ha devaluado 10.4 por ciento.
La jornada de ayer martes en el mercado cambiario comenzó con un aumento en la demanda de divisas, después del feriado por la conmemoración del 101 aniversario del comienzo de la Revolución.
Analistas financieros comentaron que la presión se inició con algunos inversionistas que retiraron recursos para atender demandas de liquidez en Europa. La presión sólo disminuyó pasado el mediodía, cuando el Inegi dio a conocer que en el tercer trimestre del año la economía mexicana creció 4.45 por ciento anual, prácticamente un punto porcentual más de lo esperado por analistas privados.
Adicionalmente, el Fondo Monetario Internacional anunció la creación de un nuevo tipo de línea de crédito, diseñada para países que pueden enfrentar dificultades de liquidez aun cuando sus fundamentos económicos sean sólidos. Ambos factores restaron presión al mercado.
El tema de la crisis política en Estados Unidos por el problema fiscal y la incertidumbre en Europa son los factores que explican la volatilidad en el tipo de cambio del peso, explicó el área de análisis de Santander México.
El peso mexicano se mantiene presionado en su cotización frente al dólar ante el impredecible panorama de la crisis de deuda europea, que ha elevado el riesgo de contagio a bancos de países más grandes (franceses, alemanes y estadunidenses), explicó el departamento de análisis de CI Banco, entidad con presencia relevante en el mercado de divisas. Esta situación, añadió, ha provocado que los inversionistas reduzcan sus posiciones de mayor riesgo.
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