Ferrari: la llave perdida
Mayorga, ovacionado
Carlos Fernández-Vega / México SA
Muy emocionado estaba el secretario calderonista de Economía con su cátedra sobre lo bien que el gobierno hace las cosas (crecer a través de la generación de empleo, de la generación de ingreso, y no de la administración de la pobreza, y colorín colorado, todos felices), cuando alguien de su confianza le dijo al oído: Bruno, si serás lerdo; tienes que ser más cuidadoso con lo que dices, porque lo único que ha hecho tu jefe, el tal Jelipe, es incrementar la pobreza, aumentar el desempleo y desplomar el ingreso de los mexicanos; entonces, mejor habla de las ciencias del matrimonio y la familia, que es lo tuyo.
Pero de nada sirvió, porque el secretario Ferrari siguió y siguió, al punto de difundir el resultado de la ecuación marca Miguel Angel Cornejo: sabemos el gran reto que implica empezar un negocio. Un empresario que realmente tiene esa vocación intenta, a veces lo logra, a veces falla, pero con ese corazón se vuelve a levantar. Ésta es, precisamente, la esencia de emprender, la vocación que debemos tener, desafiar las adversidades y sobreponerse a los obstáculos, seguir de pie y caminar con decisión hacia el éxito; saber, comprender y entender que también en las crisis hay oportunidades. Por eso, en el gobierno federal somos sus aliados en esta aventura del emprendimiento.
Y se quedó tan tranquilo. Por eso están las cosas como están; mientras la economía y el bienestar de los mexicanos van en declive, los integrantes del gabinetazo son felices dando cursos de motivación y superación personal, porque en el gobierno federal reconocemos que el espíritu emprendedor de los mexicanos es la llave que abre la puerta del crecimiento económico y el desarrollo. La sacudida económica es real, y, según la frase de Ferrari, muy pequeño debe ser tal espíritu si a resultados vamos, pues en los hechos ni crecimiento ni desarrollo, amén de que la llave de tiempo atrás se perdió. La desaceleración económica es más que obvia, y en puerta está el riesgo de una segunda ola recesiva, la cual no se evita o atempera con peroratas motivacionales de muy bajo contenido.
Como bien advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, presidido por José Luis de la Cruz Gallegos, los efectos de la desaceleración estadunidense han llegado al sector externo mexicano: en septiembre su tendencia ha comenzado un descenso en sus componentes más representativos; la salvaguarda que las manufacturas habían constituido se debilita. Lo anterior se conjuga con una dinámica similar para el caso de las ventas petroleras: su precio se ha estabilizado y con ello el oxígeno artificial que estaba llegando a las finanzas públicas se termina, solamente la alquimia legislativa y hacendaria permitirá tener ingresos excedentes para 2012: colocan el precio esperado muy por debajo de su cotización actual, algo que en conjunto con un tipo de cambio mal estimado abrirá la posibilidad de que el sector público cuente con ingresos excedentes en un escenario de desaceleración económica.
El sector que más preocupa es el secundario (en el que participan millones de Pymes ayer motivadas por Bruno Ferrari), ya que su tendencia ha cambiado a la baja al igual que su ciclo, mostrando una seria contracción del sector industrial. La mayor parte de los subsectores económicos de la industria manufacturera muestra una tendencia de estancamiento o a la baja, siendo los más representativos: computación, equipo eléctrico, muebles, derivados del petróleo y del carbón, textiles y transportes. Esta situación se ubica en el contexto de menor número de establecimientos activos. Por el lado del empleo en el sector manufacturero, más de la mitad corresponde a subcontratación, es decir, plazas laborales que no generan seguridad ni garantizan la permanencia de los trabajadores en el largo plazo, de tal suerte que a pesar del aparente crecimiento del personal ocupado en el sector, el balance no es positivo en términos de bienestar social.
El CIEN detalla que existe un estrecho vínculo entre la actividad productiva en manufacturas y las exportaciones de este tipo de bienes, por lo que la baja en estas últimas implica un deterioro integral en dicho sector. La razón de lo anterior radica en la desaceleración estadunidense, de la que los empresarios mexicanos no saldrán bien librados. Es importante considerar los efectos nocivos que la desaceleración del sector manufacturero tendrá sobre el empleo y, en consecuencia, en el deterioro de variables como la pobreza y el aumento de la informalidad, lo cuales ya se encuentran en niveles preocupantes, con todo y los bonitos discursos de Bruno Ferrari.
Por lo que toca al mercado interno, el CIEN apunta que su fortaleza se correlaciona con el buen desempeño del sector exportador, de tal suerte que es obvio el deterioro y su efecto en la generación de plazas laborales. La disminución en la tasa de crecimiento de las exportaciones, aunado a la tendencia negativa de la misma, tendrá una incidencia considerable en el número de trabajadores asegurados en el IMSS. También las importaciones tienen cosas que decir. La baja en las compras externas de bienes de capital revela que las empresas han moderado sus adquisiciones de maquinaria y equipo. Ello anuncia que los directivos prevén un cierre de 2011 y un año nuevo con un escenario poco positivo.
La revisión de las cuentas externas indica que las únicas compras al exterior que se mantienen en niveles elevados son aquellas vinculadas con los derivados del petróleo, gasolinas entre otras, situación que representa la dependencia que paradójicamente mantiene un país productor del hidrocarburo, y que constituye una muestra de la ausencia de un verdadero plan nacional de desarrollo, el cual aproveche los recursos energéticos de los que dispone en beneficio de sus empresas y población. Sin contar al sector petrolero, México mantiene un déficit comercial superior a los 9 mil 400 millones de dólares; esto refleja el financiamiento que los energéticos realizan para cubrir la incapacidad que tiene el país para incentivar la producción nacional de bienes finales, insumos intermedios y bienes de capital. En parte ello es atribuible al yerro que se comete al aplicar precios de gas, combustibles y energía eléctrica cada vez más elevados a un sector industrial que además es presa de la falta de competencia que persiste en el país.
Las rebanadas del pastel
¡Qué alivio! El titular de la Sagarpa, Francisco Javier Mayorga, tuvo a bien tranquilizar a los mexicanos, pues yo no veo peligro de hambruna a nivel de país. De inmediato se escuchó la ovación que le brindaron los 28 millones de paisanos que oficialmente (Coneval) padecen hambre... Un enorme beso a mi amado Adrián, por sus 23.
Mayorga, ovacionado
Carlos Fernández-Vega / México SA
Muy emocionado estaba el secretario calderonista de Economía con su cátedra sobre lo bien que el gobierno hace las cosas (crecer a través de la generación de empleo, de la generación de ingreso, y no de la administración de la pobreza, y colorín colorado, todos felices), cuando alguien de su confianza le dijo al oído: Bruno, si serás lerdo; tienes que ser más cuidadoso con lo que dices, porque lo único que ha hecho tu jefe, el tal Jelipe, es incrementar la pobreza, aumentar el desempleo y desplomar el ingreso de los mexicanos; entonces, mejor habla de las ciencias del matrimonio y la familia, que es lo tuyo.
Pero de nada sirvió, porque el secretario Ferrari siguió y siguió, al punto de difundir el resultado de la ecuación marca Miguel Angel Cornejo: sabemos el gran reto que implica empezar un negocio. Un empresario que realmente tiene esa vocación intenta, a veces lo logra, a veces falla, pero con ese corazón se vuelve a levantar. Ésta es, precisamente, la esencia de emprender, la vocación que debemos tener, desafiar las adversidades y sobreponerse a los obstáculos, seguir de pie y caminar con decisión hacia el éxito; saber, comprender y entender que también en las crisis hay oportunidades. Por eso, en el gobierno federal somos sus aliados en esta aventura del emprendimiento.
Y se quedó tan tranquilo. Por eso están las cosas como están; mientras la economía y el bienestar de los mexicanos van en declive, los integrantes del gabinetazo son felices dando cursos de motivación y superación personal, porque en el gobierno federal reconocemos que el espíritu emprendedor de los mexicanos es la llave que abre la puerta del crecimiento económico y el desarrollo. La sacudida económica es real, y, según la frase de Ferrari, muy pequeño debe ser tal espíritu si a resultados vamos, pues en los hechos ni crecimiento ni desarrollo, amén de que la llave de tiempo atrás se perdió. La desaceleración económica es más que obvia, y en puerta está el riesgo de una segunda ola recesiva, la cual no se evita o atempera con peroratas motivacionales de muy bajo contenido.
Como bien advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, presidido por José Luis de la Cruz Gallegos, los efectos de la desaceleración estadunidense han llegado al sector externo mexicano: en septiembre su tendencia ha comenzado un descenso en sus componentes más representativos; la salvaguarda que las manufacturas habían constituido se debilita. Lo anterior se conjuga con una dinámica similar para el caso de las ventas petroleras: su precio se ha estabilizado y con ello el oxígeno artificial que estaba llegando a las finanzas públicas se termina, solamente la alquimia legislativa y hacendaria permitirá tener ingresos excedentes para 2012: colocan el precio esperado muy por debajo de su cotización actual, algo que en conjunto con un tipo de cambio mal estimado abrirá la posibilidad de que el sector público cuente con ingresos excedentes en un escenario de desaceleración económica.
El sector que más preocupa es el secundario (en el que participan millones de Pymes ayer motivadas por Bruno Ferrari), ya que su tendencia ha cambiado a la baja al igual que su ciclo, mostrando una seria contracción del sector industrial. La mayor parte de los subsectores económicos de la industria manufacturera muestra una tendencia de estancamiento o a la baja, siendo los más representativos: computación, equipo eléctrico, muebles, derivados del petróleo y del carbón, textiles y transportes. Esta situación se ubica en el contexto de menor número de establecimientos activos. Por el lado del empleo en el sector manufacturero, más de la mitad corresponde a subcontratación, es decir, plazas laborales que no generan seguridad ni garantizan la permanencia de los trabajadores en el largo plazo, de tal suerte que a pesar del aparente crecimiento del personal ocupado en el sector, el balance no es positivo en términos de bienestar social.
El CIEN detalla que existe un estrecho vínculo entre la actividad productiva en manufacturas y las exportaciones de este tipo de bienes, por lo que la baja en estas últimas implica un deterioro integral en dicho sector. La razón de lo anterior radica en la desaceleración estadunidense, de la que los empresarios mexicanos no saldrán bien librados. Es importante considerar los efectos nocivos que la desaceleración del sector manufacturero tendrá sobre el empleo y, en consecuencia, en el deterioro de variables como la pobreza y el aumento de la informalidad, lo cuales ya se encuentran en niveles preocupantes, con todo y los bonitos discursos de Bruno Ferrari.
Por lo que toca al mercado interno, el CIEN apunta que su fortaleza se correlaciona con el buen desempeño del sector exportador, de tal suerte que es obvio el deterioro y su efecto en la generación de plazas laborales. La disminución en la tasa de crecimiento de las exportaciones, aunado a la tendencia negativa de la misma, tendrá una incidencia considerable en el número de trabajadores asegurados en el IMSS. También las importaciones tienen cosas que decir. La baja en las compras externas de bienes de capital revela que las empresas han moderado sus adquisiciones de maquinaria y equipo. Ello anuncia que los directivos prevén un cierre de 2011 y un año nuevo con un escenario poco positivo.
La revisión de las cuentas externas indica que las únicas compras al exterior que se mantienen en niveles elevados son aquellas vinculadas con los derivados del petróleo, gasolinas entre otras, situación que representa la dependencia que paradójicamente mantiene un país productor del hidrocarburo, y que constituye una muestra de la ausencia de un verdadero plan nacional de desarrollo, el cual aproveche los recursos energéticos de los que dispone en beneficio de sus empresas y población. Sin contar al sector petrolero, México mantiene un déficit comercial superior a los 9 mil 400 millones de dólares; esto refleja el financiamiento que los energéticos realizan para cubrir la incapacidad que tiene el país para incentivar la producción nacional de bienes finales, insumos intermedios y bienes de capital. En parte ello es atribuible al yerro que se comete al aplicar precios de gas, combustibles y energía eléctrica cada vez más elevados a un sector industrial que además es presa de la falta de competencia que persiste en el país.
Las rebanadas del pastel
¡Qué alivio! El titular de la Sagarpa, Francisco Javier Mayorga, tuvo a bien tranquilizar a los mexicanos, pues yo no veo peligro de hambruna a nivel de país. De inmediato se escuchó la ovación que le brindaron los 28 millones de paisanos que oficialmente (Coneval) padecen hambre... Un enorme beso a mi amado Adrián, por sus 23.
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