Daniel Venegas / Milenio
Al montar la guardia de honor junto al féretro de Blake Mora, el presidente Felipe Calderón, con un rostro serio, bajó la mirada y estiró la mano izquierda hasta posarla en el ataúd.
Con un toque de la mano izquierda en la cubierta del féretro, el presidente Felipe Calderón despidió ayer a quien fuera su cuarto secretario de Gobernación, Francisco Blake.
Encabezando la guardia de honor en los funerales oficiales realizados en el campo Militar Marte, el mandatario recordó de nueva cuenta durante su discurso que Blake Mora no fue sólo su colaborador, sino también su amigo entrañable.
El féretro con los restos de José Francisco Blake, ocupó un lugar frente al de sus colaboradores y personal militar que fallecieron con él en el accidente de helicóptero del viernes pasado.
A Felipe Zamora, Subsecretario Jurídico de Gobernación, lo recordó como “un hombre de ideas y convicciones no sólo profundas, sino admirables” y de nueva cuenta recordó a José Alfredo García, Director de Comunicación en Gobernación, como “el querido Tijuano” y lo definió como un hombre trabajador y “entrón”.
Al montar la guardia de honor junto al féretro de Blake Mora, el presidente Felipe Calderón, con un rostro serio, bajó la mirada y estiró la mano izquierda hasta posarla en el ataúd.
A su lado derecho, su esposa, Margarita Zavala, observó el gesto y también alzó su mano izquierda, para colocarla en el hombro derecho del mandatario.
Poco después, cuando el presidente Calderón regresaba a ocupar su lugar junto al gabinete presidencial, y la Banda Musical de la Secretaría de la Defensa Nacional tocaba la Marcha Fúnebre, Heriberto Félix, secretario de Desarrollo Social, se tambaleó en su lugar.
Incluso la titular de la PGR, Marisela Morales colocada a su lado, volteó para tratar de sostenerlo, pero en una rápida intervención, dos elementos del Estado Mayor Presidencial lo sostuvieron por los brazos y lo trasladaron a la parte trasera, junto a las gradas ocupadas por funcionarios federales, gobernadores, funcionarios de medios de comunicación, legisladores y amigos de las víctimas.
En esas gradas, donde lo negro de las vestimentas contrastaba con el verde olivo de la pintura militar, estaban gobernadores del PRI, PAN y PRD. Entre ellos, quien fue el primero en llegar y el único que asistió con su esposa, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
Al final de la ceremonia, el presidente Calderón dio el pésame a las familias de los fallecidos, iniciando con la de Blake Mora.
De la misma manera que hace tres años, cuando en ese mismo lugar se celebraron los funerales del también secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien falleció al desplomarse la aeronave en que viajaba, el mandatario entregó a la familias las banderas que cubrieron los ataúdes y solicitó a sus ayudantes también las fotografías que se habían colocado frente a los ocho féretros. Se despidió con un abrazo de los gobernadores asistentes.
Al montar la guardia de honor junto al féretro de Blake Mora, el presidente Felipe Calderón, con un rostro serio, bajó la mirada y estiró la mano izquierda hasta posarla en el ataúd.
Con un toque de la mano izquierda en la cubierta del féretro, el presidente Felipe Calderón despidió ayer a quien fuera su cuarto secretario de Gobernación, Francisco Blake.
Encabezando la guardia de honor en los funerales oficiales realizados en el campo Militar Marte, el mandatario recordó de nueva cuenta durante su discurso que Blake Mora no fue sólo su colaborador, sino también su amigo entrañable.
El féretro con los restos de José Francisco Blake, ocupó un lugar frente al de sus colaboradores y personal militar que fallecieron con él en el accidente de helicóptero del viernes pasado.
A Felipe Zamora, Subsecretario Jurídico de Gobernación, lo recordó como “un hombre de ideas y convicciones no sólo profundas, sino admirables” y de nueva cuenta recordó a José Alfredo García, Director de Comunicación en Gobernación, como “el querido Tijuano” y lo definió como un hombre trabajador y “entrón”.
Al montar la guardia de honor junto al féretro de Blake Mora, el presidente Felipe Calderón, con un rostro serio, bajó la mirada y estiró la mano izquierda hasta posarla en el ataúd.
A su lado derecho, su esposa, Margarita Zavala, observó el gesto y también alzó su mano izquierda, para colocarla en el hombro derecho del mandatario.
Poco después, cuando el presidente Calderón regresaba a ocupar su lugar junto al gabinete presidencial, y la Banda Musical de la Secretaría de la Defensa Nacional tocaba la Marcha Fúnebre, Heriberto Félix, secretario de Desarrollo Social, se tambaleó en su lugar.
Incluso la titular de la PGR, Marisela Morales colocada a su lado, volteó para tratar de sostenerlo, pero en una rápida intervención, dos elementos del Estado Mayor Presidencial lo sostuvieron por los brazos y lo trasladaron a la parte trasera, junto a las gradas ocupadas por funcionarios federales, gobernadores, funcionarios de medios de comunicación, legisladores y amigos de las víctimas.
En esas gradas, donde lo negro de las vestimentas contrastaba con el verde olivo de la pintura militar, estaban gobernadores del PRI, PAN y PRD. Entre ellos, quien fue el primero en llegar y el único que asistió con su esposa, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
Al final de la ceremonia, el presidente Calderón dio el pésame a las familias de los fallecidos, iniciando con la de Blake Mora.
De la misma manera que hace tres años, cuando en ese mismo lugar se celebraron los funerales del también secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien falleció al desplomarse la aeronave en que viajaba, el mandatario entregó a la familias las banderas que cubrieron los ataúdes y solicitó a sus ayudantes también las fotografías que se habían colocado frente a los ocho féretros. Se despidió con un abrazo de los gobernadores asistentes.
Comentarios