Álvaro Delgado
¿Por qué un delegado federal en funciones coordina parte del equipo de campaña de Luisa María Calderón, la candidata panista al gobierno de Michoacán? ¿Por qué el gobierno federal que encabeza el hermano de ésta la dota de recursos de todo tipo, aun con encuestas de la Secretaría de Gobernación? ¿Por qué estos hermanos son capaces hasta de deshonrar a su padre?
La mejor respuesta a estas preguntas me la proporcionó, desde febrero de este año, un encumbrado panista, que ni siquiera forma parte de la facción de los Calderón, pero que los conoce bastante bien: “Se lo propusieron: Cocoa será gobernadora agüevo“.
Esa voz popular, en su acepción impositiva, significa que Cocoa –que así llaman a Luisa María Calderón sus parientes desde su niñez, en alusión al tono de su piel– ganará la gubernatura de Michoacán a como dé lugar, con los recursos que sean o “haiga sido como haiga sido”, la cínica sentencia de Felipe Calderón que ya hizo escuela.
Y, en efecto, el proyecto de imponer a la hermana del clan Calderón en el gobierno de Michoacán –cuyo periodo será de apenas tres años y ocho meses– no ha conocido decoro ni escrúpulo, sobre todo en la estructura federal puesta al servicio de Luisa María, cuya prepotencia tiene hartos hasta a militares y policías que la custodian.
Pruebas de este apoyo ilegal han sido publicadas en el semanario Proceso y jamás han sido desmentidas, sencillamente porque son ciertas, y están en curso muchas acciones análogas más hacia la elección del domingo 13, todas con el mismo sello: la impunidad.
Qué de raro tiene que los Calderón cometan ilegalidades, sobre todo si tienen el poder presidencial, si no son capaces de respetar ni su propia palabra, como Cocoa, quien en 2006 públicamente anunció que no participaría en política todo el sexenio para no ser una “hermana incómoda” y no ser comparada con Marta Sahagún.
La falta de escrúpulos y la profusa ambición de los Calderón no sólo han vituperado las banderas de un partido que se ufanaba de honrado, sino la herencia de su propio padre, Luis Calderón Vega, el historiador del PAN, quien en 1952 repudió el “feudalismo michoacano” que significaba que Lázaro Cárdenas dejara la gubernatura a su hermano Dámaso.
Sólo que en el “feudalismo michoacano” que repudió Calderón Vega y el que pretenden sus hijos hay diferencias grotescas: Cuando Dámaso asumió la gubernatura de Michoacán, su hermano Lázaro tenía 12 años de haber dejado la presidencia de la República y dos décadas la gubernatura, pero Luisa María, de conseguir su objetivo, lo hará con todo el poder presidencial de Felipe, que también se hizo del cargo a la mala.
En este empeño monárquico de que Luisa María Calderón sea “gobernadora agüevo”, sin límites a las leyes y a los principios democráticos, cabe cualquier cosa, no sólo el lucro político del asesinato del alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán Romero, el pasado 2 de noviembre, sino hasta la sospecha de que el crimen haya venido “de dentro” de la coalición de derecha.
Ni el lucro de tragedias ni los montajes son ajenos al PAN de Calderón: El único triunfo de Acción Nacional, en 2009, fue la gubernatura de Sonora y obedeció a la muerte de 49 niños de la guardería ABC de Hermosillo, cuyo responsable como director general del IMSS es Juan Molinar, y en 2006 se contrató a un provocador para, en Amecameca, Estado de México, dar pie a la victimización de Calderón.
La ejecución de Guzmán Romero, de dos disparos con escopeta, deja muchas interrogantes, pero la principal es por qué no estaba protegido por la escolta de agentes de la Policía Federal que tenía desde el 23 de marzo, cuando fue asesinado su jefe de policía, José Luis Guerrero, y lo sustituyó el inspector federal Miguel Ángel Rosas, puesto en el cargo por Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública que hace todo tipo de trabajos a Calderón.
Claro, en Michoacán el clan Calderón tienen cómplices en el perredismo: los gobiernos ineptos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy, y personajes del chuchismo como el senador Carlos Navarrete, cuyo vasallaje niega la obvia intromisión de Felipe Calderón a favor de su hermana. “No percibimos que ande en campaña y se lo reconocemos”. Así lo dijo…
Apuntes
Felicidades a Marlén Castro Pérez, Rogelio Agustín Esteban, Diego Osorno y Wilbert Torre por ganar el Premio Internacional de Periodismo Proceso 2011, que se entregó este lunes 7 como parte del festejo por el 35 aniversario del semanario… Este viernes 11 se cumplen los 30 días que establece la ley de Notimex para que el Senado objete el nombramiento que hizo Calderón de Héctor Villarreal como director de esa agencia de noticias que legalmente es del Estado mexicano, pero que en realidad se usa con fines de facción. El silencio de los senadores priistas, perredistas y petistas revela un contubernio, que avalan también periodistas y medios…
¿Por qué un delegado federal en funciones coordina parte del equipo de campaña de Luisa María Calderón, la candidata panista al gobierno de Michoacán? ¿Por qué el gobierno federal que encabeza el hermano de ésta la dota de recursos de todo tipo, aun con encuestas de la Secretaría de Gobernación? ¿Por qué estos hermanos son capaces hasta de deshonrar a su padre?
La mejor respuesta a estas preguntas me la proporcionó, desde febrero de este año, un encumbrado panista, que ni siquiera forma parte de la facción de los Calderón, pero que los conoce bastante bien: “Se lo propusieron: Cocoa será gobernadora agüevo“.
Esa voz popular, en su acepción impositiva, significa que Cocoa –que así llaman a Luisa María Calderón sus parientes desde su niñez, en alusión al tono de su piel– ganará la gubernatura de Michoacán a como dé lugar, con los recursos que sean o “haiga sido como haiga sido”, la cínica sentencia de Felipe Calderón que ya hizo escuela.
Y, en efecto, el proyecto de imponer a la hermana del clan Calderón en el gobierno de Michoacán –cuyo periodo será de apenas tres años y ocho meses– no ha conocido decoro ni escrúpulo, sobre todo en la estructura federal puesta al servicio de Luisa María, cuya prepotencia tiene hartos hasta a militares y policías que la custodian.
Pruebas de este apoyo ilegal han sido publicadas en el semanario Proceso y jamás han sido desmentidas, sencillamente porque son ciertas, y están en curso muchas acciones análogas más hacia la elección del domingo 13, todas con el mismo sello: la impunidad.
Qué de raro tiene que los Calderón cometan ilegalidades, sobre todo si tienen el poder presidencial, si no son capaces de respetar ni su propia palabra, como Cocoa, quien en 2006 públicamente anunció que no participaría en política todo el sexenio para no ser una “hermana incómoda” y no ser comparada con Marta Sahagún.
La falta de escrúpulos y la profusa ambición de los Calderón no sólo han vituperado las banderas de un partido que se ufanaba de honrado, sino la herencia de su propio padre, Luis Calderón Vega, el historiador del PAN, quien en 1952 repudió el “feudalismo michoacano” que significaba que Lázaro Cárdenas dejara la gubernatura a su hermano Dámaso.
Sólo que en el “feudalismo michoacano” que repudió Calderón Vega y el que pretenden sus hijos hay diferencias grotescas: Cuando Dámaso asumió la gubernatura de Michoacán, su hermano Lázaro tenía 12 años de haber dejado la presidencia de la República y dos décadas la gubernatura, pero Luisa María, de conseguir su objetivo, lo hará con todo el poder presidencial de Felipe, que también se hizo del cargo a la mala.
En este empeño monárquico de que Luisa María Calderón sea “gobernadora agüevo”, sin límites a las leyes y a los principios democráticos, cabe cualquier cosa, no sólo el lucro político del asesinato del alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán Romero, el pasado 2 de noviembre, sino hasta la sospecha de que el crimen haya venido “de dentro” de la coalición de derecha.
Ni el lucro de tragedias ni los montajes son ajenos al PAN de Calderón: El único triunfo de Acción Nacional, en 2009, fue la gubernatura de Sonora y obedeció a la muerte de 49 niños de la guardería ABC de Hermosillo, cuyo responsable como director general del IMSS es Juan Molinar, y en 2006 se contrató a un provocador para, en Amecameca, Estado de México, dar pie a la victimización de Calderón.
La ejecución de Guzmán Romero, de dos disparos con escopeta, deja muchas interrogantes, pero la principal es por qué no estaba protegido por la escolta de agentes de la Policía Federal que tenía desde el 23 de marzo, cuando fue asesinado su jefe de policía, José Luis Guerrero, y lo sustituyó el inspector federal Miguel Ángel Rosas, puesto en el cargo por Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública que hace todo tipo de trabajos a Calderón.
Claro, en Michoacán el clan Calderón tienen cómplices en el perredismo: los gobiernos ineptos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy, y personajes del chuchismo como el senador Carlos Navarrete, cuyo vasallaje niega la obvia intromisión de Felipe Calderón a favor de su hermana. “No percibimos que ande en campaña y se lo reconocemos”. Así lo dijo…
Apuntes
Felicidades a Marlén Castro Pérez, Rogelio Agustín Esteban, Diego Osorno y Wilbert Torre por ganar el Premio Internacional de Periodismo Proceso 2011, que se entregó este lunes 7 como parte del festejo por el 35 aniversario del semanario… Este viernes 11 se cumplen los 30 días que establece la ley de Notimex para que el Senado objete el nombramiento que hizo Calderón de Héctor Villarreal como director de esa agencia de noticias que legalmente es del Estado mexicano, pero que en realidad se usa con fines de facción. El silencio de los senadores priistas, perredistas y petistas revela un contubernio, que avalan también periodistas y medios…
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