Apro
El expresidente Carlos Salinas de Gortari, hoy autoproclamado “desempleado en reflexión”, fue cuestionado esta mañana por el articulista yucateco Guillermo Barrera Fernández, quien le espetó a bocajarro dos incómodas preguntas.
Barrera Fernández preguntó a Salinas que si siendo un hombre en edad de trabajar, y dada la pobreza de la mayoría de los mexicanos, le resulta ético cobrar la pensión que le otorga el gobierno; y si él mandó a matar a Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994.
A lo primero respondió: “Esta pensión de la que usted habla la reintegré al Estado mexicano desde hace cinco años”, y argumentó que esa onerosa pensión que reciben todos los expresidentes no se les da por facultad o decisión suya, sino del Congreso.
Para la segundo pregunta no hubo respuesta.
Barrera Fernández interceptó a Salinas cuando éste salía del auditorio Manuel Cepeda de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), donde esta mañana presentó su libro ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana ante un auditorio encabezado por la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, la alcaldesa Angélica Araujo y el rector Alfredo Dájer Abimerhi.
En el evento, que inició a las 8 de la mañana, el expresidente alertó sobre el riesgo que corre la república por los agravios a la soberanía y a la justicia.
Destacó que “se ha afectado la soberanía de nuestro principio fundamental cuando decisiones que nos competen sólo a los mexicanos, se están tomando en instancias del extranjero, y cuando partes del territorio nacional, se han sustraído del control del Estado para tener una presencia dominante en esta confrontación de los cárteles de la droga que tanto daño están haciendo a la convivencia democrática entre los mexicanos”.
Explicó que el agravio a la justicia se da cuando, de acuerdo con las cifras oficiales, más de 50 millones de mexicanos están en condiciones de pobreza. “Tenemos ahí el fenómeno más preocupante de violencia que ocurre en nuestro país, porque la pobreza es la peor expresión de la violencia, es la cotidiana, implacable”, agregó Salinas, quien expuso que se requiere la participación ciudadana para rescatar el país.
“Se trata, en síntesis, en esta propuesta en construcción, de volver a las prácticas químicas, a esas fórmulas que se han buscado a lo largo de la historia cada vez que la República está en riesgo”, expuso.
Salinas de Gortari comentó que “llegó la hora de los ciudadanos y esa es precisamente esa práctica química, no de ciudadanos aislados, individualizados como pasa en el neoliberalismo, ni como mancha disponible amorfa y falta de conciencia como en el populismo”.
Cuestionado por los asistentes sobre los movimientos ciudadanos en Medio Oriente y África del Norte, Salinas de Gortari dijo que no hay que temer a una ciudadanía desbordada, mientras se trate de un movimiento interesado en construir.
Así mismo, se deslindó del neoliberalismo, cuya inducción a las políticas gubernamentales atribuyó a su sucesor Ernesto Zedillo.
Al respecto, el académico Luis Várquez le preguntó si se estaba exculpando por las consecuencias del neoliberalismo en México.
El exmandatario hizo al catedrático una síntesis histórica sobre el neoliberalismo y le aseguró que en su sexenio aplicó “el liberalismo social”.
En otro momento de su conferencia, Carlos Salinas elogió la lucha contra el crimen organizado de Felipe Calderón, empero criticó las políticas económica y educativa.
“Tenemos un estancamiento estabilizador, porque la calidad del sistema educativo no está respondiendo a las necesidades de desarrollo y crecimiento del país y porque hay arreglos macro económicos que no responden a las prioridades de México”, explicó.
Añadió que la suya “es una reflexión para la siguiente generación, de la siguiente elección que se ocupen los que están en el poder, los desempleados estamos en una reflexión”.
El expresidente se retiró a bordo de una camioneta conducida por la gobernadora.
El expresidente Carlos Salinas de Gortari, hoy autoproclamado “desempleado en reflexión”, fue cuestionado esta mañana por el articulista yucateco Guillermo Barrera Fernández, quien le espetó a bocajarro dos incómodas preguntas.
Barrera Fernández preguntó a Salinas que si siendo un hombre en edad de trabajar, y dada la pobreza de la mayoría de los mexicanos, le resulta ético cobrar la pensión que le otorga el gobierno; y si él mandó a matar a Luis Donaldo Colosio Murrieta en 1994.
A lo primero respondió: “Esta pensión de la que usted habla la reintegré al Estado mexicano desde hace cinco años”, y argumentó que esa onerosa pensión que reciben todos los expresidentes no se les da por facultad o decisión suya, sino del Congreso.
Para la segundo pregunta no hubo respuesta.
Barrera Fernández interceptó a Salinas cuando éste salía del auditorio Manuel Cepeda de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), donde esta mañana presentó su libro ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana ante un auditorio encabezado por la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, la alcaldesa Angélica Araujo y el rector Alfredo Dájer Abimerhi.
En el evento, que inició a las 8 de la mañana, el expresidente alertó sobre el riesgo que corre la república por los agravios a la soberanía y a la justicia.
Destacó que “se ha afectado la soberanía de nuestro principio fundamental cuando decisiones que nos competen sólo a los mexicanos, se están tomando en instancias del extranjero, y cuando partes del territorio nacional, se han sustraído del control del Estado para tener una presencia dominante en esta confrontación de los cárteles de la droga que tanto daño están haciendo a la convivencia democrática entre los mexicanos”.
Explicó que el agravio a la justicia se da cuando, de acuerdo con las cifras oficiales, más de 50 millones de mexicanos están en condiciones de pobreza. “Tenemos ahí el fenómeno más preocupante de violencia que ocurre en nuestro país, porque la pobreza es la peor expresión de la violencia, es la cotidiana, implacable”, agregó Salinas, quien expuso que se requiere la participación ciudadana para rescatar el país.
“Se trata, en síntesis, en esta propuesta en construcción, de volver a las prácticas químicas, a esas fórmulas que se han buscado a lo largo de la historia cada vez que la República está en riesgo”, expuso.
Salinas de Gortari comentó que “llegó la hora de los ciudadanos y esa es precisamente esa práctica química, no de ciudadanos aislados, individualizados como pasa en el neoliberalismo, ni como mancha disponible amorfa y falta de conciencia como en el populismo”.
Cuestionado por los asistentes sobre los movimientos ciudadanos en Medio Oriente y África del Norte, Salinas de Gortari dijo que no hay que temer a una ciudadanía desbordada, mientras se trate de un movimiento interesado en construir.
Así mismo, se deslindó del neoliberalismo, cuya inducción a las políticas gubernamentales atribuyó a su sucesor Ernesto Zedillo.
Al respecto, el académico Luis Várquez le preguntó si se estaba exculpando por las consecuencias del neoliberalismo en México.
El exmandatario hizo al catedrático una síntesis histórica sobre el neoliberalismo y le aseguró que en su sexenio aplicó “el liberalismo social”.
En otro momento de su conferencia, Carlos Salinas elogió la lucha contra el crimen organizado de Felipe Calderón, empero criticó las políticas económica y educativa.
“Tenemos un estancamiento estabilizador, porque la calidad del sistema educativo no está respondiendo a las necesidades de desarrollo y crecimiento del país y porque hay arreglos macro económicos que no responden a las prioridades de México”, explicó.
Añadió que la suya “es una reflexión para la siguiente generación, de la siguiente elección que se ocupen los que están en el poder, los desempleados estamos en una reflexión”.
El expresidente se retiró a bordo de una camioneta conducida por la gobernadora.
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