Marco A. Flota / Grillotina
A estas horas los especialistas de dos casas encuestadoras deben estar trabajando ya en la evaluación de las opiniones recogidas el fin de semana pasado -viernes, sábado y domingo- para determinar si el candidato presidencial de las izquierdas debe ser Andrés Manuel Ebrard o Marcelo López Obrador (No es errata: son, mencionados así, a propósito, para que no se diga que la columna tiene preferencia por alguno de los dos próceres)
Para demostrar que no se tienen desconfianza, cada aspirante seleccionó a una empresa: el Peje, dueño del Morena, a Covarrubias, paradójicamente, y Ebrard a Nodo, nombre enigmático hasta que recurrimos a la Wikipedia y nos enteramos de que, en Informática, “nodo es el punto de intersección o unión de varios elementos que confluyen en un mismo lugar” (Definición exacta del PRD: sus elementos- las tribus-confluyen en un mismo lugar, o propósito: el ansia de poder)
Y todavía, por si las moscas, la veracidad de los resultados de ambas encuestas será verificada por una tercera empresa encuestadora, cuyo nombre no ha sido revelado. Pero seguramente no será Mitofsky, considerada mitotera por ambos bandos: si algún día cambia su nombre a Mi Trotsky, quizá la tomen en cuenta.
Cada empresa entrevistó a 3 mil personas, sin considerar filiación política: Pudieron opinar panistas, priístas, perredistas, perredistas ex priístas (como Obrador y Ebrard) y hasta priístas ex perredistas (que los hay: René Arce y Víctor Hugo Círigo). Seis mil personas, pues, definirán cuál de los 2 aspirantes es el mejor posicionado, aunque desde ahora sabemos que el más posesionado es AMLO.
Todas las opiniones tendrán el mismo peso, incluyendo, si fueron encuestados, la del gobernador oaxaqueño, Gabino Cué, postulado por el PAN y el PRD, pero con más simpatía por el sol azteca; la del sinaloense Malova, postulado también por PAN y PRD, pero afín al PRI todavía, o la del poblano Rafael Moreno Valle, igualmente candidato del PAN y el PRD, pero quien sólo rinde cuentas a la Maistra del PANAL.
La fecha oficial para despejar la gran incógnita es el 15 de noviembre, pero como se trata de un evento perredista, quizá nos tengamos que esperar unos días o semanas o años para saber si el candidato por los tres partidos, PRD, PT y Movimiento Ciudadano- antes Convergencia- será López Obrador o Ebrard.
O si Ebrard va por el PRD y López Obrador por el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano- antes Convergencia, siempre sin vergüenza-. Y es que ambos aspirantes han prometido respetar el resultado y apoyar el derrotado al ganador, pero a la mejor uno de los dos mintió y el otro mordió el anzuelo.
Y, en tal caso, el que mordió el anzuelo no fue el Peje, júrelo usted. Porque si se cumpliera aquel adagio de “el pez por la boca muere”, Andrés Manuel hubiera fallecido desde que compuso el himno del PRI tabasqueño.
Pero supongamos que ambos respetan el acuerdo. Y especulemos respecto a la secuela.
Si gana el Peje, su jefa de campaña sería Dolores Padierna, asesorada por René Bejarano. Si gana Ebrard dirigiría su campaña su esposa Rosalinda Bueso, asesorada por el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya.
Si pierde Ebrard, se iría al nuevo Senado, en Paseo de la Reforma. Si pierde el Peje tomaría el Paseo de la Reforma y clausuraría el Senado. Para él, este juego no se llama gana-pierde, sino pierde-gana.
¡RRIINNGG!
- Bueno, el PRD...
-¿En la elección de consejeros, ayer, hubo cochinero?
-Eh... en Chiapas y Oaxaca no, porque la volvimos a aplazar...
EPIGRILLO
Ex diputado no es buey,
siempre consigue dinero:
trabaja de cabildero
(Más se aclara, en buena ley:
no en Cabildo’e Monterrey)
A estas horas los especialistas de dos casas encuestadoras deben estar trabajando ya en la evaluación de las opiniones recogidas el fin de semana pasado -viernes, sábado y domingo- para determinar si el candidato presidencial de las izquierdas debe ser Andrés Manuel Ebrard o Marcelo López Obrador (No es errata: son, mencionados así, a propósito, para que no se diga que la columna tiene preferencia por alguno de los dos próceres)
Para demostrar que no se tienen desconfianza, cada aspirante seleccionó a una empresa: el Peje, dueño del Morena, a Covarrubias, paradójicamente, y Ebrard a Nodo, nombre enigmático hasta que recurrimos a la Wikipedia y nos enteramos de que, en Informática, “nodo es el punto de intersección o unión de varios elementos que confluyen en un mismo lugar” (Definición exacta del PRD: sus elementos- las tribus-confluyen en un mismo lugar, o propósito: el ansia de poder)
Y todavía, por si las moscas, la veracidad de los resultados de ambas encuestas será verificada por una tercera empresa encuestadora, cuyo nombre no ha sido revelado. Pero seguramente no será Mitofsky, considerada mitotera por ambos bandos: si algún día cambia su nombre a Mi Trotsky, quizá la tomen en cuenta.
Cada empresa entrevistó a 3 mil personas, sin considerar filiación política: Pudieron opinar panistas, priístas, perredistas, perredistas ex priístas (como Obrador y Ebrard) y hasta priístas ex perredistas (que los hay: René Arce y Víctor Hugo Círigo). Seis mil personas, pues, definirán cuál de los 2 aspirantes es el mejor posicionado, aunque desde ahora sabemos que el más posesionado es AMLO.
Todas las opiniones tendrán el mismo peso, incluyendo, si fueron encuestados, la del gobernador oaxaqueño, Gabino Cué, postulado por el PAN y el PRD, pero con más simpatía por el sol azteca; la del sinaloense Malova, postulado también por PAN y PRD, pero afín al PRI todavía, o la del poblano Rafael Moreno Valle, igualmente candidato del PAN y el PRD, pero quien sólo rinde cuentas a la Maistra del PANAL.
La fecha oficial para despejar la gran incógnita es el 15 de noviembre, pero como se trata de un evento perredista, quizá nos tengamos que esperar unos días o semanas o años para saber si el candidato por los tres partidos, PRD, PT y Movimiento Ciudadano- antes Convergencia- será López Obrador o Ebrard.
O si Ebrard va por el PRD y López Obrador por el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano- antes Convergencia, siempre sin vergüenza-. Y es que ambos aspirantes han prometido respetar el resultado y apoyar el derrotado al ganador, pero a la mejor uno de los dos mintió y el otro mordió el anzuelo.
Y, en tal caso, el que mordió el anzuelo no fue el Peje, júrelo usted. Porque si se cumpliera aquel adagio de “el pez por la boca muere”, Andrés Manuel hubiera fallecido desde que compuso el himno del PRI tabasqueño.
Pero supongamos que ambos respetan el acuerdo. Y especulemos respecto a la secuela.
Si gana el Peje, su jefa de campaña sería Dolores Padierna, asesorada por René Bejarano. Si gana Ebrard dirigiría su campaña su esposa Rosalinda Bueso, asesorada por el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya.
Si pierde Ebrard, se iría al nuevo Senado, en Paseo de la Reforma. Si pierde el Peje tomaría el Paseo de la Reforma y clausuraría el Senado. Para él, este juego no se llama gana-pierde, sino pierde-gana.
¡RRIINNGG!
- Bueno, el PRD...
-¿En la elección de consejeros, ayer, hubo cochinero?
-Eh... en Chiapas y Oaxaca no, porque la volvimos a aplazar...
EPIGRILLO
Ex diputado no es buey,
siempre consigue dinero:
trabaja de cabildero
(Más se aclara, en buena ley:
no en Cabildo’e Monterrey)
Comentarios