AMLO, ahora va sobre Peña

Javier Arcadia Galaviz / Cuestión de Debate

Humo blanco en las izquierdas. Sí, al final los resultados de las encuestas que hicieron la consulta para conocer quien sería el mejor posicionado entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, éstas antier reportaron que le fueron favorables al tabasqueño. Por cierto, aquí es este mismo espacio informativo en infinidad de ocasiones sostuve, considero que con elementos lógicos, que AMLO habría de ser el mejor posicionado. No nos equivocamos en nuestras apreciaciones.

Aunque también he de reconocer que me equivoqué en cuanto a desconfiar del método de encuestas que el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, siempre propuso como mecanismo para definir al aspirante a candidato de las izquierdas que estuviera mejor posicionado, ya que en distintas ocasiones expresé que mediante ese sistema de consulta, Andrés Manuel saldría perdiendo, en razón de haber argumentado que las encuestas podrían ser métodos susceptibles de manipulación, y por ende, en el caso específico no eran confiables o no eran idóneas.

Claro, el haber acertado en que AMLO sería el mejor posicionado y por tanto el ganador en este primer escarceo político, no fue cosa del otro mundo ni mucho menos descubrir el hilo negro, simple y sencillamente fue algo de sentido común, el apreciar que se tendría que volcar a su favor todo ese enorme capital político que ha ido acumulando como resultado de su exitosa gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, pasando por su magnifica campaña política del 2006, a pesar del fraude o de las dudas que a ese respecto quedaron, además de los cinco años que incasablemente lleva recorriendo el país por todos sus rincones.

Pero aquí amerita destacar que ello no hubiera sido posible sin la honorabilidad a la palabra mostrado por su competidor Marcelo Ebrard, quien con madurez política admirable, reconoció a AMLO como el mejor posicionado, al asumir que en esta ocasión el resultado de la encuesta a él no le favorecía. Sí, mostró que sabe honrar su palabra al cumplir con exactitud lo pactado entre ellos. Quizá con dolor profundo, pero como político profesional supo disimularlo muy bien y sobreponerse a posibles emociones que a cualquiera estremecerían internamente cuando se está en medio de circunstancias de esa naturaleza, así como también mostrarse ante el público con actitud congruente, decorosa, dignidad y muy responsable, al haber hecho a un lado el interés personal por privilegiar el avance de un proyecto de izquierda moderna que él siempre ha sostenido y que como oferta política ahora le tocará a AMLO incorporarlo al suyo, para luego ofrecerlo en su integridad total a la nación entera. Fue, pues, un espacio en el que al intervenir Marcelo fustigó con razón a la prevalencia de la división en el PRD, a ver si así lo entienden sus tribus, y puntualizó que él no sería el causante de una división más en la izquierda con lo que seguro se le mandaría al precipicio.

A partir de ese acto, se sumarán los esfuerzos de AMLO y Marcelo, binomio político eficaz que en la contienda presidencial podría convertirse en imbatible.

Pero esto no es todo, porque López Obrador, como abanderado de las izquierdas, es muy factible que volverá a motivar la aparición de aquella insurgencia social pacífica, esperanzadora del 2006, que generó que 15 millones de ciudadanos votaran por él. Pero antes tendrá que reconstruir a la izquierda con todos sus pedazos sueltos, y externamente comprometerse a tejer uniones de todo lo que se encuentre disperso. Con humildad habrá de convencer al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas a que lo apoye en su campaña política, no nada más con su voto, sino activamente, más ahora cuando a la distancia de los años tanto el PRI como el PAN le otorgaron al Ing. Cárdenas, en el Senado de la República, la medalla Belisario Domínguez, como un reconociendo a sus aportaciones que a hecho a la democracia de México.

Alcanzado lo anterior, seguro que AMLO ahora va sobre el priista Enrique Peña Nieto, a quien posiblemente lo bajará con todo y copete de la nube de algodones en que quizá artificiosamente lo han posicionado tan alto en cuanto a preferencias electorales, que la verdad sea dicha, sus meritos políticos, sí es que los hay, como que no corresponden para mantenerse tan elevado. Lo veremos.

Pálida tinta: Paradojas de la vida. El boxeador Juan Manuel Márquez se quejó de que le cometieron robo o fraude en su pelea contra Pacman Pacquino, a quien los jueces declararon ganador. Pelea celebrada el pasado sábado en las Vegas, pero resulta que Márquez en su calzoncillo lució a todo color el logotipo del PRI, partido que se ha caracterizado a lo largo de su historia por no jugar limpio y cometer todo tipo de fraudes y robos electorales, quizá esto no lo sabía el valiente púgil, que indudablemente de punta a punta ganó la pelea, pero posiblemente por exhibir a ese partido en la forma en que lo hizo, pues en el pecado se llevó la penitencia.

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