Álvaro Cepeda Neri
A la vedette-violinista Olga Breeskin de escultural cuerpo (su principal atractivo), la publicidad le colgó la frase de doble sentido al pie de su fotografía, en paños menores y con su violín: Todos quieren con Olga. Frase que traigo a colación, porque los precandidatos de los partidos de la RD, AN y los que andan como perros sin mecate, para seguir haciendo de Peña el más popular ( popular entre la tropa era Adelita ), lo retan constantemente a debatir, como que saben que el ex desgobernador que dejó al Estado de México en el total desastre, sin el apuntador en su oreja derecha y sin sus notas escritas, es un político que repite el guión aprendido de memoria y no contesta ninguna pregunta (como en la entrevista que le hizo Pepe Cárdenas).
Cordero y Ebrard sobre todo, y hasta López Obrador y Emilio González (ya en retirada pues dice Calderón que siempre no), están desesperados por darse un quien vive con Peña a sabiendas de que si hay una confrontación pública será cuando formalmente todos tengan a sus candidatos. Por ello su publicidad es la de Todos quieren con el Muñeco publicitario. Apodo que le puso el físico-matemático Jesús Zambrano, presidente del perredismo-chuchista; quien no habla mucho, pero como ahora contra Peña, da en el blanco (él y su compinche el bacteriólogo Jesús Ortega también odian a López Obrador). Es que el desatado mexiquense producto de Televisa, habla y actúa como si fuera el sucesor de Calderón, apoyado por Ulises Ruiz, Mario Marín, Salinas, Montiel, Chuayffet y la pandilla más voraz para el saqueo del dinero público.
Retan a Peña como candidato a vencer, pero los electores esperan que los aspirantes de cada partido tengan una confrontación interna y elegidos los mejores, entonces sí presenciar una discusión sobre sus programas y propuestas para enfrentar los graves problemas nacionales. Peña es la carnada de Televisa y un grupo mucho muy tenebroso que ha invertido miles del millones de pesos (sustraídos del dinero público) para convertirlo en una mercancía: bonito, de copete (en sus años primeros en la grilla mexiquense le apodaron pájaro loco, en alusión a la caricatura de abultado copete, como aparece en reciente fotografía de José Antonio López, en La Jornada: 25/IX/11 e internet), pero nada en sus declaraciones. Empero, Ebrard (otro que también quiere ser bonito) y Cordero, la copia de Calderón, andan que no los calienta el sol hasta que no tengan un mano a mano con Peña.
A mí me gustaría que el PT, como parece, postule a López Obrador. El Verde Ecologista a Peña. El PAN a no hay a cual irle, y da lo mismo Chepina, Cordero o Creel. El PRI al senador Beltrones. Y el PRD del chuchismo-camachista, a Ebrard. Para que tuviéramos un teatro de las disputas sin término. Peña sería el primero en quedar fuera, con todo y sus apuntadores a control remoto, con la tecnología de Televisa, para sobre la marcha del debate, soplarle a la oreja las respuestas pero, como con Olga, todos quieren con Peña quien de llegar a ser el candidato, llevará al PRI al despeñadero.
A la vedette-violinista Olga Breeskin de escultural cuerpo (su principal atractivo), la publicidad le colgó la frase de doble sentido al pie de su fotografía, en paños menores y con su violín: Todos quieren con Olga. Frase que traigo a colación, porque los precandidatos de los partidos de la RD, AN y los que andan como perros sin mecate, para seguir haciendo de Peña el más popular ( popular entre la tropa era Adelita ), lo retan constantemente a debatir, como que saben que el ex desgobernador que dejó al Estado de México en el total desastre, sin el apuntador en su oreja derecha y sin sus notas escritas, es un político que repite el guión aprendido de memoria y no contesta ninguna pregunta (como en la entrevista que le hizo Pepe Cárdenas).
Cordero y Ebrard sobre todo, y hasta López Obrador y Emilio González (ya en retirada pues dice Calderón que siempre no), están desesperados por darse un quien vive con Peña a sabiendas de que si hay una confrontación pública será cuando formalmente todos tengan a sus candidatos. Por ello su publicidad es la de Todos quieren con el Muñeco publicitario. Apodo que le puso el físico-matemático Jesús Zambrano, presidente del perredismo-chuchista; quien no habla mucho, pero como ahora contra Peña, da en el blanco (él y su compinche el bacteriólogo Jesús Ortega también odian a López Obrador). Es que el desatado mexiquense producto de Televisa, habla y actúa como si fuera el sucesor de Calderón, apoyado por Ulises Ruiz, Mario Marín, Salinas, Montiel, Chuayffet y la pandilla más voraz para el saqueo del dinero público.
Retan a Peña como candidato a vencer, pero los electores esperan que los aspirantes de cada partido tengan una confrontación interna y elegidos los mejores, entonces sí presenciar una discusión sobre sus programas y propuestas para enfrentar los graves problemas nacionales. Peña es la carnada de Televisa y un grupo mucho muy tenebroso que ha invertido miles del millones de pesos (sustraídos del dinero público) para convertirlo en una mercancía: bonito, de copete (en sus años primeros en la grilla mexiquense le apodaron pájaro loco, en alusión a la caricatura de abultado copete, como aparece en reciente fotografía de José Antonio López, en La Jornada: 25/IX/11 e internet), pero nada en sus declaraciones. Empero, Ebrard (otro que también quiere ser bonito) y Cordero, la copia de Calderón, andan que no los calienta el sol hasta que no tengan un mano a mano con Peña.
A mí me gustaría que el PT, como parece, postule a López Obrador. El Verde Ecologista a Peña. El PAN a no hay a cual irle, y da lo mismo Chepina, Cordero o Creel. El PRI al senador Beltrones. Y el PRD del chuchismo-camachista, a Ebrard. Para que tuviéramos un teatro de las disputas sin término. Peña sería el primero en quedar fuera, con todo y sus apuntadores a control remoto, con la tecnología de Televisa, para sobre la marcha del debate, soplarle a la oreja las respuestas pero, como con Olga, todos quieren con Peña quien de llegar a ser el candidato, llevará al PRI al despeñadero.
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