Salinas, un tipo de cuidado

José Cárdenas

Esta semana se publica ¿Qué hacer? Es el quinto libro del ex presidente.

El mensajero es el mensaje. Provoca.

La nueva obra del “villano favorito” de Andrés Manuel López Obrador reparte golpes a diestra y siniestra.

Habla de la economía enferma; las familias rehenes del crimen; la transición democrática enredada; el desánimo general. También de ansiedad, temor y desaliento…

Culpas de las que Salinas, por cierto, no es inocente.

¿Qué hacer? tampoco desaprovecha la oportunidad para desnudar a algunas vacas sagradas de la comentocracia. A los “intelectuales orgánicos” e intocables. Eso, vaya que vende.

Dice que Enrique Krauze encabeza la lista de los historiadores afines a los gobiernos neoliberales. Resalta su clara inclinación a dejarse llevar por los vientos del gobierno en turno.

A Lorenzo Meyer lo identifica como un neopopulista defensor a ultranza de su mejor enemigo: López Obrador.

Señala a Jorge Castañeda por haber comprometido nuestra soberanía cuando fue canciller del foxismo.

De Sergio Aguayo, pregunta: ¿Apóstol del intervencionismo o empleado de las agencias de espionaje?

Salinas también acusa a colegas del gremio: “No faltan los periodistas que sólo escriben por encargo o para cubrir sus propios intereses”.

Y dispara.

“Carmen Aristegui ejemplifica esta actitud. Sobre ella los propios periodistas han señalado su tendencia a victimizarse. No pocos le han reprochado su actitud incondicional ante López Obrador. Incurre en medias verdades y mentiras francas, finge objetividad, no es neutral, trata de imponer sus opiniones.”

También se surte a Denise Dresser a la que ubica como el prototipo del intelectual “ninguneador”. Afirma que Dresser es plagiaria y mentirosa. “Bien se ha dicho que satanizar al contrario, para que la gente no tome en cuenta sus ideas, es señal de impotencia intelectual y pérdida de control emocional”.

Todos “estos —sentencia Carlos Salinas— son en parte responsables de una nación asfixiada”.

¿Por qué el ex presidente se tira a matar? ¿Para qué la polvareda?

Los que saben dicen que Salinas pretende erigirse en pararrayos del PRI. Desviar los ataques al partido.

La bronca es conmigo. No se hagan “bolas”.

¿Péguenle al villano favorito y dejen en paz al “muñequito”?

¿Qué hacer?

El libro de Carlos Salinas no es una manzana envenenada. ¡Es una granada de fragmentación!

¡Manéjese con cuidado!, debería advertirse en la portada.

MONJE LOCO: Por fin hoy se aprueba la reforma política. No es a la medida del PRI, pero menos a la del PAN. Del PRD ni hablo porque sus pedazos no se pegan ni con Lola-loca. ¿Reforma mocha, coja y mutilada? La pregunta es respuesta. Ya se sabe, ya se supo…

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