Reuters
El Secretario de Defensa británico Liam Fox renunció el viernes en medio de una polémica por su relación con un empresario con intereses en defensa, asestando un golpe al Gobierno del primer ministro David Cameron y generando dudas sobre los esfuerzos para reformar el Ejército.
Los medios británicos estuvieron tapados de historias sobre la naturaleza de la relación entre Fox y su ex compañero de apartamento y padrino en su boda, Adam Werritty, quien se reunía frecuentemente con Fox y se hacía llamar falsamente su asesor.
Cameron había dado a Fox, de 50 años, su apoyo a la espera de los descubrimientos de una investigación, que tendría lugar en los próximos días, sobre si había quebrado las reglas ministeriales al permitirle a Werritty beneficiarse de su amistad o tener acceso a información clasificada.
"Por error permití que la distinción entre mi interés personal y mis actividades de Gobierno se volviera borrosa", dijo Fox en una carta de renuncia a Cameron.
"Las consecuencias de esto se han vuelto más claras en los últimos días. Estoy muy apenado por esto", agregó.
Cameron dijo que lamentaba mucho la salida de Fox y elogió el "trabajo soberbio" que había hecho.
"Has supervisado cambios fundamentales en el Ministerio de Defensa y en nuestras Fuerzas Armadas, que asegurarán estar equipadas completamente para cumplir con los desafíos de la era moderna", dijo Cameron en una carta a Fox.
"En Libia, jugaste un rol clave en una campaña para impedir que la gente sea masacrada por el régimen de (Muammar) Gaddafi y en su lugar obtenga su libertad", agregó.
Werritty no tenía autorización de seguridad ni un puesto en el Gobierno, pero se reunió con Fox al menos 40 veces en los últimos 18 meses en el Ministerio de Defensa y afuera, donde se sumó a encuentros del ministro con funcionarios, dignatarios y al menos un empresario.
El rol de Fox es particularmente sensible considerando el papel de Gran Bretaña en Afganistán, donde tiene unos 10,000 soldados, y en Libia, donde aviones de combate de su país han sido clave en una campaña de la OTAN para proteger civiles.
Fox también estaba a cargo de miles de millones de libras en gasto militar.
El ex ministro rechazó inicialmente las acusaciones de haber actuado mal con respecto a su relación con Werritty como "sin fundamento", pero luego se disculpó.
El Secretario de Defensa británico Liam Fox renunció el viernes en medio de una polémica por su relación con un empresario con intereses en defensa, asestando un golpe al Gobierno del primer ministro David Cameron y generando dudas sobre los esfuerzos para reformar el Ejército.
Los medios británicos estuvieron tapados de historias sobre la naturaleza de la relación entre Fox y su ex compañero de apartamento y padrino en su boda, Adam Werritty, quien se reunía frecuentemente con Fox y se hacía llamar falsamente su asesor.
Cameron había dado a Fox, de 50 años, su apoyo a la espera de los descubrimientos de una investigación, que tendría lugar en los próximos días, sobre si había quebrado las reglas ministeriales al permitirle a Werritty beneficiarse de su amistad o tener acceso a información clasificada.
"Por error permití que la distinción entre mi interés personal y mis actividades de Gobierno se volviera borrosa", dijo Fox en una carta de renuncia a Cameron.
"Las consecuencias de esto se han vuelto más claras en los últimos días. Estoy muy apenado por esto", agregó.
Cameron dijo que lamentaba mucho la salida de Fox y elogió el "trabajo soberbio" que había hecho.
"Has supervisado cambios fundamentales en el Ministerio de Defensa y en nuestras Fuerzas Armadas, que asegurarán estar equipadas completamente para cumplir con los desafíos de la era moderna", dijo Cameron en una carta a Fox.
"En Libia, jugaste un rol clave en una campaña para impedir que la gente sea masacrada por el régimen de (Muammar) Gaddafi y en su lugar obtenga su libertad", agregó.
Werritty no tenía autorización de seguridad ni un puesto en el Gobierno, pero se reunió con Fox al menos 40 veces en los últimos 18 meses en el Ministerio de Defensa y afuera, donde se sumó a encuentros del ministro con funcionarios, dignatarios y al menos un empresario.
El rol de Fox es particularmente sensible considerando el papel de Gran Bretaña en Afganistán, donde tiene unos 10,000 soldados, y en Libia, donde aviones de combate de su país han sido clave en una campaña de la OTAN para proteger civiles.
Fox también estaba a cargo de miles de millones de libras en gasto militar.
El ex ministro rechazó inicialmente las acusaciones de haber actuado mal con respecto a su relación con Werritty como "sin fundamento", pero luego se disculpó.
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