Reimplantación de dedo

Felipe quiere (casi) todo
Cuauhtémoc pide consenso
Marcelo en su gira de miel

Julio Hernández López / Astillero


Por el dedo de Calderón se escribió.

Primer acto: la instrucción para que la dócil comisión de elecciones del PAN que preside el ya alineado Gustavo Madero aprobara el pasado martes la virtual expropiación de un buen porcentaje de candidaturas a diputados y senadores por razones de interés pinolero.

Segundo acto: la instrucción para que el candidato presidencial sea electo no de manera abierta a la ciudadanía, como se especulaba, sino en el ámbito cerrado de militantes y adherentes panistas a partir de un padrón inflado y adulterado por gobernadores, delegados federales y demás mapachería blanquiazul previamente aleccionada.

Tercer y último acto: la restitución caricatural del dedazo en la persona de un Felipe cesarista que se ha reservado el derecho de nombrar, mediante argucias de democracia indirecta (oh, sí: el comité nacional habrá de decidir en los casos legislativos, y al abanderado presidencial lo elegirán los empadronados a modo) a 78 por ciento de los aspirantes al Senado, a 47 por ciento de quienes busquen llegar a San Lázaro como representantes distritales, al 100 por ciento de los que vayan en listas plurinominales, y al gallo o gallina destinado a pelear por sostener al PAN en la casa presidencial.

Como en los peores momentos del peor priísmo: PAN-gobierno sin que siquiera haya una verdadera resistencia interna en los cuadros de blanco y azul largamente ablandados por la política corruptora de entrega de cargos federales a cambio de complicidades, tanto por la vía de la acción como de la omisión, ante la fiebre de inviable acumulación de poder del jefe del circulito íntimo de Los Pinos que podrá acaparar la postulación de candidatos, pero probablemente no podrá sacar adelante a la mayoría de ellos.

El jefe máximo del partido minimizado ha impuesto falsos dirigentes que en realidad han sido meros ejecutores de sus órdenes: Germán Martínez Cázares, que sustituyó al ahora expulsado Manuel Espino, y César Nava Vázquez, quien dio paso al senador Gustavo Madero entre pleitos internos en el círculo pinolero donde una parte influyente pretendía imponer al multiusos Roberto Gil. Luego de una breve polvareda de presunta independencia relativa respecto del enfurruñado Calderón, el tosco Madero fue cercado con enviados directos del jefe (en especial, el turbio Juan Molinar Horcasitas, como secretario de acción de gobierno) y finalmente doblegado para permitir y aprobar la muy anunciada operación quirúrgica maravillosa que ha reimplantado el dedo electoral perdido por el PRI en 2000 y que ahora el paciente Calderón pretende volver a colocarse cuando nadie le garantiza, por las buenas, que sus afanes decisorios vayan a tener éxito más allá de las escaramuzas partidistas internas.

Un escenario sin tantas complicaciones o, más precisamente, sin ninguna, es el que aspira a tener el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas para buscar por cuarta vez la Presidencia de la República. Sólo iría si su candidatura fuese decidida por consenso y, obviamente, sin competir con López Obrador y Ebrard. No lo plantea así, pero pareciera esperar que el desplegado con 46 firmas que plantea gobiernos de coalición pudiera devenir en una plataforma de lanzamiento de una candidatura coaligada en torno a su persona.

En Kuwait, donde pasa su gira de miel, también soñaba con paraísos políticos el jeque del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard. Entrevistado por teléfono, el gozoso funcionario quiso transmitir su placidez clase gran turismo a las corrientes perredistas en pugna. Dado que se prevén feroces batallas por la designación de consejeros de diversos niveles en el partido del sol azteca, el vacacionista extraoficial soltó una frase dorada: Tiene que haber una autolimitación de los niveles de conflicto, y eso es lo que voy a pedir. No, pues sí.

Libertario, en cambio, se mostraba el presidente del comité nacional panista, Felipe Calderón, al concurrir a la tradicional comida de los empresarios de radio y televisión. Ante ellos, pero sin que lo acompañaran Antonio Solá ni fueran recordados los comerciales de distorsión electoral que en 2006 tan alegremente fueron difundidos por esas vías electromagnéticas, el beneficiario de aquellas solturas se permitió lanzar una emotiva demanda para que prevalezcan precisamente los principios de libertad antes que los principios de restricción, los principios de opinión y nunca los principios de censura. ¡Que viva la libertad de facturación!

Astillas

Sigue la telenovela de los quesos y las ruletas. El hermano de los presuntos negocios lácteos en entredicho ha sido aprehendido bajo la acusación de chantajear a los sombríos dueños de casas de juego, mientras la contraparte en el sainete de consanguíneos, el presidente municipal de Monterrey, se aferra a la versión hasta ahora no desmontada jurídicamente de que él es inocente y que no tiene nada que ver con los enredos de corte oaxaqueño del ahora encarcelado… En el Senado fue impedida, mediante coacción física, una protesta femenina que desplegó brevemente una manta con la leyenda No más sangre, no más hambre, en un acto en el que Margarita Zavala hablaba para conmemorar el otorgamiento del derecho al voto a las mujeres… Cocoa Calderón, Fausto Vallejo y Silvano Aureoles participarán hoy por la noche en un formato de debate organizado por el instituto electoral de Michoacán, donde se vive una cargada mediática y propagandística a favor de la hermana del ocupante de Los Pinos, en medio de rumores de que el PRI estaría dispuesto a negociar una derrota de su abanderado. Al panismo le conviene que el debate de hoy no tenga mucha difusión, sobre todo en prevención de que la enjundiosa Luisa María pudiera ofrecer algunas de las perlas que ha ido soltando a lo largo de su campaña… Y, mientras México y Calderón vuelven a aparecer en South Park, ahora con Butters convertido en Mantequilla, ¡hasta mañana, con más operaciones de control electoral en zonas de predominio priísta, esta vez con Laguna Segura, en la región que comparten Coahuila y Durango!

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