PRD, el juego de las tribus

El factor Morena
Alejamiento de Ebrard

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad Perdida


Lo que ahora pasa en el PRD de esta capital se viene cocinando desde hace ya algún tiempo.

El trabajo de las tribus, si bien son gestoras de algunas de las demandas de la gente, con lo que benefician a algunos de sus seguidores, también convierten a sus militantes en escenografía política, y lo peor, restringen sus libertades.

Hasta ahora las tribus han decidido por la gente a la que benefician cuáles son los caminos políticos que deben seguir; ir en contra de lo que los jefe tribales les ordenan es motivo de marginación y regularmente quedan fuera de los supuestos o reales beneficios que otorga la tribu.

De esa manera, los jefes de cada uno de los organismos que componen el PRD controlan y prometen votos para quien mejor convenga a sus intereses, pero además condicionan al beneficiario de sus votos y lo obligan a ceder parte del poder que pudieran obtener.

Esa práctica ahora empieza a perder su eficacia. Poco a poco los militantes de las tribus han caído en la idea de que no son necesarios los jefes para poder conseguir lo que en justicia requieren, y además ya no están seguros de que las ofertas que les hacen sean lo mejor para salir de sus problemas de subsistencia.

En esa circunstancia, y la oferta política cada vez más alejada de los conceptos de izquierda con los que habían transitado en el quehacer político, los miembros de los grupos de poder del PRD han empezado a buscar una alternativa que les garantice su permanencia en la izquierda.

Sin abandonar sus propios organismos, empezaron, desde hace algunos meses, a nutrir las reuniones del Movimiento Renovación Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y en el entendido de que es necesario el membrete para competir por la jefatura de Gobierno, presionarán en el PRD para que no existan desvíos al proponer a quien vaya a la elección del próximo año.

Morena impondrá condiciones. No se sabe cuál será el método para conseguirlo, pero se analizan caminos como mover a la militancia hacia partidos como el PT o el Movimiento Ciudadano (Convergencia), e incluso abstenerse en la votación, cosa que pondría en muy serios problemas al PRD, que estaría a las puertas de perder la elección en caso de que la única opción fuera la última que señalamos.

En las reuniones que se han efectuado en muchas partes de la ciudad se dice, una y otra vez, que Morena será la única posibilidad para evitar que alguien que no represente a la izquierda se cuele como candidato de las izquierdas. El peligro se mira desde el acercamiento de Marcelo Ebrard con los liderazgos de Nueva Izquierda.

Frente a esa alianza, Morena se ha convertido en la opción que se busca, pero principalmente se levanta como la posibilidad de romper, por fin, la hegemonía de las tribus dentro de ese partido, y así dar paso a la institucionalización del frente político que hasta este momento es el PRD.

No hay mucho qué discutir. Quien quiera ser candidato deberá trabajar con Morena para conseguir la postulación y plegarse al proyecto que se presente, o cuando menos negociar el propio, pero según van las cosas, las condiciones por parte de los agrupados marchan en torno a las ideas que ya ha vertido López Obrador.

Marcelo Ebrard, todo indica así, ha venido alejándose poco a poco de las ideas de su antecesor en la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, pintando su raya, dirían algunos, pero tal vez, para su desgracia, tiene cada vez más encima a Manuel Camacho Solís, a quien se reprueba desde las mayorías de la izquierda. Este factor es el principal motivo para poner en alerta a Morena, que se diga lo que se diga, sigue avanzando.

De pasadita

A ver, a ver. ¿Qué no fue a Vicente Fox a quien se le ocurrió lo de negociar con el crimen organizado? Lo dijo por todos lados, lo escuchó quien quiso escucharlo y hasta donde sabemos Fox no pertenece al PRI. Entonces, ¿a quién se quiere engañar?

Comentarios