Peña Nieto sí va a caer

Jorge Diaz

Derivado de las declaraciones de Felipe Calderón al New York Times (palabras más, palabras menos), en sentido que los Gobiernos priistas han pactado; y tienen la intención de hacerlo de nuevo, con el crimen organizado, Enrique Peña Nieto reaccionó diciendo que no deben caer en provocaciones.

Tenga la seguridad que lo declarado por el golden boy priista, quiere decir todo lo contrario. Van a caer en la provocación, irán al choque y el ataque será virulento.

Ante el aviso anticipado del Presidente Calderón, de lo que será el verdadero nivel de las campañas en 2012, alejados de las propuestas y los debates serios, y enfrascados para ver quién se saca más trapos al sol, se han sentado ya las bases para que esto se convierta en un lodazal.

Y vaya que los priistas tendrán mucha tela de donde cortar para echarle en cara a los panistas doce años de Gobierno mediocre y miles de muertos. La clave será, quien es más convincente al lanzar el veneno, quién tiene más canales de comunicación abiertos hacia el electorado para que los mensajes lleguen con efectividad.

A todo esto se sumará el PRD; quien pudiera presentarse como el caballo negro, mientras el partido en el gobierno se distrae resistiéndose a entregar la silla a un partido distinto al suyo y el puntero de la contienda administra la ventaja, los amarillos podrían encontrar una rendija (si hacen una lectura adecuada) para colarse entre los electores hartos de escenitas.

Sin embargo, y como en esto todos tienen la cola larga, se antoja difícil que los perredistas salgan ilesos. Algún obús les deben de tener preparado desde Los Pinos o el cuartel tricolor, en tanto que definan si van con López Obrador o Marcelo Ebrard.

Me pregunto si al tener claro lo rabioso de la próxima contienda, que tienen tintes más rojos que la de 2006, esto pueda terminar o empezar en el peor de los casos, viendo a personajes importantes de la esfera política nacional, en la cárcel.

Porque si algo está en la mente de nuestros políticos hoy en día, es que el fin justifica los medios.

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