Panamericanos de pobreza

Andy Novell F.

En contraste con los macroproyectos urbanos y el gasto de 9 mil millones de pesos en la realización de los Juegos Panamericanos 2011, más de 800 mil personas no tienen recursos para cubrir sus necesidades más básicas como el alimento en la zona conurbada de Guadalajara, Jalisco.

A pesar de que el gobierno encabezado por Emilio González Márquez, trata de reflejar prosperidad e imagen de primer mundo con los Juegos Panamericanos, en el estado del 2008 a la fecha se incrementó notablemente la población en extrema pobreza.

De acuerdo a las estadísticas de la Universidad de Guadalajara, en ocho municipios del área conurbada se han censado a 800 mil personas que no cuentan con recursos suficientes para adquirir alimentos, por lo que ven alterada su calidad de vida.

El estudio realizado desde el 2004 a la fecha con cifras y datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), complementadas con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social denominado Mapa de Pobreza Urbana en la Zona Metropolitana de Guadalajara, señala que municipios como Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco y Juanacatlán tienen el mayor número de personas con necesidades primarias.

Es decir, que las necesidades básicas que no son cubiertas en los habitantes de estos ayuntamientos son: alimentación, vestido, educación, servicios médicos, infraestructura urbana y fuentes de trabajo.

De acuerdo con la investigadora de la Universidad de Guadalajara, Amparo del Carmen Venegas Herrera, creadora del Mapa de Pobreza Urbana en la Zona Metropolitana de Guadalajara, la migración de otros municipios o poblaciones, se debe a la búsqueda un mejor futuro en la capital de Jalisco.

El problema de la pobreza extrema que no ha sido atendido por el gobierno del estado y los municipios, pude desencadenar en un incremento en la violencia o en su defecto, que grupos del crimen organizado recluten a jóvenes y niños que deambulan por las calles de esta zona pidiendo dinero, advirtió la investigadora.

“Son zonas muy vulnerables para todo este tipo de situaciones, porque es tanta la desesperación por no obtener o tener ese requerimiento que necesita la población, que se va a lo más fácil: la prostitución, a parte de la delincuencia”, agregó.

Las zonas de mayor rezago social se encuentran en Tlaquepaque y Guadalajara en colonias como Lázaro Cárdenas, Polanquito, La Mezquitera, Agrícola, Briseño, Jardines de Ixtepec, El Monte, Francisco Sarabia, Agua Blanca, Miguel Hidalgo y la Higuera, entre otras.

Sobre los diversos estándares de marginación en Guadalajara, la investigadora Venegas Herrera, aseguró que durante el estudio para la creación del mapa se tomaron en cuenta dos niveles de pobreza, ya que también son indicadores de rezago social, y de igual forma, perjudican a las personas.

El primero es la pobreza alimentaria, en la que se ubican las personas que no satisfacen su necesidad de comer, debido a la falta de recursos económicos para adquirir alimentos. El segundo nivel es la pobreza de capacidades, dentro del que se sitúan las personas que no tienen acceso a la salud y la educación; y en tercer lugar la pobreza de patrimonio, conformada por los que no cuentan con recursos para vivienda, vestido, calzado y transporte público.

De las cifras proporcionadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y respaldadas por el INEGI en 2010; el 37 por ciento de personas que viven en Jalisco se encuentran en condiciones de pobreza.

El 4.6 por ciento de las viviendas particulares cuentan con piso de tierra, situación que pone en riesgo la salud de sus habitantes, provocando primeramente infecciones en la piel y enfermedades estomacales, que de no ser atendidas a tiempo generan complicaciones mayores como el cólera.

En el caso de las viviendas que no disponen de sanitario, el porcentaje es de 7.34 en total. Dicha cifra, debería ser alarmante para las autoridades de salud, tanto estatales como federales, ya que el uso de letrinas es considerado insalubre por diversos organismos en pro de los derechos humanos.

Las gráficas indican que 6.30 por ciento de las viviendas jaliscienses, no cuentan con agua entubada de la red pública, y 2.99 por ciento no tienen drenaje.

El origen del incremento de la extrema pobreza en la población es generada por la falta de fuentes laborales, lo que repercute directamente en el acceso a la alimentación, vestido y necesidades básicas y en caso de no atenderse esta problemática el crimen organizado podría hacer de las suyas.

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