Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal
Que se olviden el presidente Felipe Calderón y los ex presidentes César Gaviria, Fernando Henrique Cardoso y Ernesto Zedillo. Que se olviden los intelectuales y los políticos y todos aquellos que proponen regular el mercado de las drogas para reducir los niveles de violencia. La propuesta no va a prosperar, y los principales vertederos de consumidores, Estados Unidos y Europa, no van a apoyar la idea. Habrá razones políticas y económicas para mantener el status quo. Allá, mandan las utilidades.
Recientemente, en la multicitada entrevista que dio el presidente Calderón a The New York Times, dijo algo que no le pareció importante ni al diario ni a muchos otros, pero que va a la esencia del problema que se vive en el país: “Si los criminales en México no tuvieran el exorbitante flujo de dinero que reciben de los consumidores de Estados Unidos, hace rato que hubiéramos terminado (la lucha contra los cárteles)”. Calderón dijo que los muertos en México, más allá de ser criminales o no, es resultado de las utilidades del narco en Estados Unidos, que debe ser reducido o eliminado.
“Tienen que cortarles el suministro”, agregó. “¿Y cómo se corta? Lo que siempre ha buscado la política o dice haber buscado la política antidrogas en Estados Unidos, que es bajar el consumo, me parece muy bien. Pero si no bajan el consumo, porque no pueden o porque no quieren, por lo menos lo que exijo es que bajen la renta económica. Y la renta viene entre otras cosas de que el precio de la droga en el mercado negro es extraordinariamente mayor al de alternativas del mercado”.
La propuesta del Presidente, en la lógica pura del mercado, es utópica. Veamos:
En términos de consumo de marihuana, el principal producto de exportación mexicano a Estados Unidos y que es de donde obtienen los cárteles el gasto fijo para su operación criminal, hay tres millones de consumidores en México contra 25 millones en Estados Unidos; en el campo de la cocaína, que es de donde obtienen los cárteles las utilidades para elevar la calidad de su armamento, su tecnología, comunicaciones, capacitación militar, inteligencia y finanzas, Colombia –el país productor- tiene 200 mil consumidores, por menos de dos millones en México, y seis millones en Estados Unidos.
El precio de la cocaína por kilogramo cuesta dos mil 198 dólares al mayoreo en Colombia, y 12 mil 500 dólares en México. El precio al menudeo en Estados Unidos y Europa es de 97 mil dólares y 101 mil dólares respectivamente, lo que da una utilidad de más de 95 mil dólares por kilogramo en Estados Unidos y Europa; es decir, el valor brinca 1,200% en el mercado estadounidense, y 2,463% en el europeo desde que sale de Colombia. El valor total del mercado de las drogas en México se estima en 811 millones de dólares, pero en Estados Unidos supera los 87 mil millones de dólares (casi la mitad por marihuana) y en Europa los 137 mil millones de dólares.
Visto desde esa perspectiva, el dinero que se le inyecta a la economía y al sistema financiero en las grandes albercas de consumidores, es la muralla que impide cualquier regulación del mercado y que disminuyan las utilidades. Dinero del narcotráfico ha financiado la reconstrucción de ciudades en Estados Unidos y barrios en Europa, reactivado las economías locales y repartido beneficios materiales entre quienes más tienen y más pueden. No hay ningún incentivo para que eso cambie. Pero cuando los muertos empiecen a aparecer en sus calles, quizás sea el momento para volver a hablar de lo que gritan en el vacío tantos en nuestros países.
Que se olviden el presidente Felipe Calderón y los ex presidentes César Gaviria, Fernando Henrique Cardoso y Ernesto Zedillo. Que se olviden los intelectuales y los políticos y todos aquellos que proponen regular el mercado de las drogas para reducir los niveles de violencia. La propuesta no va a prosperar, y los principales vertederos de consumidores, Estados Unidos y Europa, no van a apoyar la idea. Habrá razones políticas y económicas para mantener el status quo. Allá, mandan las utilidades.
Recientemente, en la multicitada entrevista que dio el presidente Calderón a The New York Times, dijo algo que no le pareció importante ni al diario ni a muchos otros, pero que va a la esencia del problema que se vive en el país: “Si los criminales en México no tuvieran el exorbitante flujo de dinero que reciben de los consumidores de Estados Unidos, hace rato que hubiéramos terminado (la lucha contra los cárteles)”. Calderón dijo que los muertos en México, más allá de ser criminales o no, es resultado de las utilidades del narco en Estados Unidos, que debe ser reducido o eliminado.
“Tienen que cortarles el suministro”, agregó. “¿Y cómo se corta? Lo que siempre ha buscado la política o dice haber buscado la política antidrogas en Estados Unidos, que es bajar el consumo, me parece muy bien. Pero si no bajan el consumo, porque no pueden o porque no quieren, por lo menos lo que exijo es que bajen la renta económica. Y la renta viene entre otras cosas de que el precio de la droga en el mercado negro es extraordinariamente mayor al de alternativas del mercado”.
La propuesta del Presidente, en la lógica pura del mercado, es utópica. Veamos:
En términos de consumo de marihuana, el principal producto de exportación mexicano a Estados Unidos y que es de donde obtienen los cárteles el gasto fijo para su operación criminal, hay tres millones de consumidores en México contra 25 millones en Estados Unidos; en el campo de la cocaína, que es de donde obtienen los cárteles las utilidades para elevar la calidad de su armamento, su tecnología, comunicaciones, capacitación militar, inteligencia y finanzas, Colombia –el país productor- tiene 200 mil consumidores, por menos de dos millones en México, y seis millones en Estados Unidos.
El precio de la cocaína por kilogramo cuesta dos mil 198 dólares al mayoreo en Colombia, y 12 mil 500 dólares en México. El precio al menudeo en Estados Unidos y Europa es de 97 mil dólares y 101 mil dólares respectivamente, lo que da una utilidad de más de 95 mil dólares por kilogramo en Estados Unidos y Europa; es decir, el valor brinca 1,200% en el mercado estadounidense, y 2,463% en el europeo desde que sale de Colombia. El valor total del mercado de las drogas en México se estima en 811 millones de dólares, pero en Estados Unidos supera los 87 mil millones de dólares (casi la mitad por marihuana) y en Europa los 137 mil millones de dólares.
Visto desde esa perspectiva, el dinero que se le inyecta a la economía y al sistema financiero en las grandes albercas de consumidores, es la muralla que impide cualquier regulación del mercado y que disminuyan las utilidades. Dinero del narcotráfico ha financiado la reconstrucción de ciudades en Estados Unidos y barrios en Europa, reactivado las economías locales y repartido beneficios materiales entre quienes más tienen y más pueden. No hay ningún incentivo para que eso cambie. Pero cuando los muertos empiecen a aparecer en sus calles, quizás sea el momento para volver a hablar de lo que gritan en el vacío tantos en nuestros países.
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