La candidata burguesa

Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal

Sin importar en dónde trabaje Josefina Vázquez Mota, sus rutinas son invariables: comienza sus actividades a las seis de la mañana, cuando empieza a hablar en persona o por teléfono con sus colaboradores en el arranque de jornadas que nunca tienen fin. Escucha planes y estrategias, revisa documentos y habla con su equipo, con políticos, con empresarios y periodistas de manera sistemática. Hasta ahora no ha dado pruebas de densidad política, pero sí de capacidad en mercadeo político y exposición mediática.

Vázquez Mota, quien a lo largo de sus jornadas y sin importar los grados de intensidad permanece perfectamente arreglada y maquillada, parece una muñequita que se mueve como torbellino. "Es una mujer muy disciplinada y muy trabajadora", dice uno de sus más cercanos colaboradores en este camino a la presidencia, que emprendió no recientemente, sino hace más de seis años.

Desde el gobierno de Vicente Fox, donde fue secretaria de Desarrollo Social, comenzó a pensar en esa silla. En su entorno le llenaron la cabeza de ilusiones y maximizaron su potencialidad. Ante sus debilidades humanas –la ropa, por ejemplo, que no dejó de comprar en las grandes tiendas de Nueva York y Los Ángeles en sus innumerables viajes que oficialmente fueron para revisar programas sociales-, su equipo la rodeó de académicos e intelectuales que servían para dos cosas: aportarle peso a su pensamiento, y blindarla de críticas negativas en los medios de comunicación.

Durante su gestión como secretaria de Desarrollo Social, pagó estudios de investigación sobre diversos temas a críticos del gobierno y se vinculó y apoyó con publicidad a algunos de los medios más antagónicos del panismo. Incluyó en sus nóminas a gente de medio como asesores, pero no en calidad de aviadores, sino para tener con ellos una comunicación regular sobre diversos temas.

No sólo obtenía de ellos ideas sobre los momentos políticos, sino introducía un natural conflicto de interés en muchos: ¿cómo criticarla si trabajan para ella? Hoy en día, otro grupo de intelectuales que trabajan con ella de forma gratuita, procuran darle lo que no tiene: una visión de Estado, un programa y un discurso profundo.

En la actual contienda presidencial hay grandes comunicadores y fenómenos mediáticos. Pero nadie como ella ha trabajado los medios de forma tan directa y durante tan largo tiempo. Nadie como Vázquez Mota los conoce mejor –sin ser una experta en formas y métodos internos-, gracias a una larga trayectoria de colaboraciones regulares en periódicos especializados como El Financiero y El Economista, o de participaciones permanentes en la radio, en donde aprendió los tonos y la manufactura de los mensajes.

Los medios son su medio, y montada cabalga por encima de las preferencias electorales de los panistas para la candidatura presidencial. Para algunos críticos que la conocen bien, tiene muy poca sustancia. "Josefina habla como si de veras supiera las cosas", describe un político de oposición que ha negociado muchas veces con ella a lo largo de los últimos años la ligereza de su estructura. "Habla mucho, pero no dice nada", agrega un panista que la conoce de tiempo.

Pero para ser candidato, e incluso ser presidente, no se necesita tener un IQ excepcional o una densidad intelectual y política. Las elecciones ya no se ganan con las ideas y la inteligencia –indispensables para gobernar-, sino con la proyección mediática y la penetración del discurso. Vázquez Mota es una mujer inteligente pero sus pares no la consideran con el equipaje teórico y técnico que aparenta tener.

Carece de la densidad de muchos políticos pero es reconocidamente astuta. En este proceso de sucesión presidencial se ha construido la imagen de una política que tiene un origen ciudadano –ha leído con precisión el desgaste de los partidos y los políticos de estructuras-, que es la opción al candidato oficial Ernesto Cordero, y al candidato del pasado, Santiago Creel.

Ser mujer, admite, le ayuda. También que siempre esté con una sonrisa en la boca y formas suaves al hablar. Le ayuda enormemente ser tan obsesiva en el trabajo. Pero lo que más le ayuda es lo que no se ve: el dinero para sus aspiraciones.

Este fin de semana fue invitada a Monterrey para la boda de la hija de uno de los grandes capitanes industriales, que reunió a los empresarios más importantes. Ese es su hábitat natural, por persuasión no por sangre, y desde que estuvo en la campaña presidencial de Felipe Calderón, se distinguía del resto del equipo por tener financiamiento independiente y personal de todos los demás.

Esa realidad era heterodoxa, pero recibía dinero privado que nadie tenía. En esa campaña, su principal financiero entonces y ahora, le puso todo un edificio a su disposición para que trabajara con su equipo, y le proporcionó aviones privados para que se movilizara a sus eventos. Hubo ocasiones donde mientras ella volaba, la esposa de Calderón, Margarita Zavala, se desplazaba en camionetas, lo que mostraba que aún la familia del futuro presidente, era de segunda clase frente a ella en la campaña.

El financiero de Vázquez Mota es Alfredo Achard, el hombre que construyó Comex de la nada hasta convertirla hoy en día en la novena empresa de pinturas más grande del mundo. Vázquez Mota tiene una relación antigua con Achard, a quien define "como mi padre", en lo personal y empresarial, ya que su familia es una de las distribuidoras de la fábrica de pinturas. Incluso, en 1998 escribió un libro altamente elogioso de la misión y vocación de Comex.

Si se trazara una comparación de Vázquez Mota con sus adversarios en la contienda presidencial dentro y fuera del PAN, incluso frente a Creel, que pertenece a una de las viejas familias aristocráticas de México, y los años de experiencia en el servicio público y respaldos políticos, no hay nadie con el acceso y ascendencia a los grandes capitales como ella. Cuando el dinero que llevó Juan Camilo Mouriño a la campaña presidencial de Calderón se agotaba, fue Vázquez Mota quien logró recaudar los fondos de emergencia para llegar al final de la contienda.

Ahora, ese acceso a recursos lo usa para beneficio de su sueño. En su equipo dicen que no hay dinero, sino mucho esfuerzo, y que no hay nada en comparación con el respaldo que tiene Cordero, como el preferido del presidente, contra cuya maquinaria poderosa, la del gobierno, se están teniendo que enfrentar. La tensión entre ambos equipos ha crecido en medio de la confusión pública que no alcanza a distinguir quién tiene que hacer política sin dinero, y quién tiene dinero para hacer política.

Las encuestas favorecen actualmente a Vázquez Mota, aunque admiten en privado que la lucha por la candidatura esté lejos de estar decidida. El acceso al dinero y a los medios la tiene en el techo, pero nada, en una contienda presidencial, es infinito. Llega un momento donde tiene que probar que no sólo de pesos y aire está hecha, y ese momento se está acercando.

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