Javier Arcadia Galaviz / Cuestión de Debate
De manera discreta, como fue su personalidad, el viernes pasado se despidió sin que casi lo notáramos, y para ello dio el último teclaso en su legendaria columna Plaza Pública, escrita todos los días en el periódico Reforma, después de haber hecho también historia con sus valiosas aportaciones en otros importantes diarios nacionales. Su despedida la sintetizó al expresar: “Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”
Sí, luego de más de cuatro décadas de ejercer el periodismo con la sabiduría y la singularidad propia del licenciado Miguel Ángel Granados Chapa, por fin él decidió darle la vuelta a la última página de un largo capitulo para cerrarlo en definitiva y así poner el punto final a esa noble actividad periodística que con enorme profesionalismo y ética desplegó generosamente para mantener a su público lector siempre informado, día tras día, de una forma veraz, precisa y muy objetiva sobre los hechos que cotidianamente cobran relevancia en el acontecer, tanto nacional como internacional.
Fuimos muchas generaciones que desde jóvenes nos convertimos en asiduos lectores de la columna Plaza Pública, escrita por el gran periodista Granados Chapa. Ello en razón de su estilo respetuoso, ameno, claro, preciso, imparcial e interesante, con lo cual desde un principio quedamos para siempre atrapados en su lectura.
En ella solíamos encontrar la explicación detallada que necesitábamos o el eslabón faltante que luego nos permitiría comprender con mayor claridad lo que en nuestro entorno sucedía, así como también se convertía en una fuente para disipar nuestras dudas, y sobre todo, leer la columna del maestro Granados Chapa, significaba tener al alcance de nuestras manos una valiosa oportunidad de informarse, así como un elemento auxiliar en el discernimiento de nuestros juicios que permitía que nuestras conclusiones reflejaran una mayor madurez en nuestro criterio.
Es de considerar que el maestro Granados Chapa tenía el talento de conducir de la mano al lector por el complejo entramado de la información para desanudarla y mostrársela de una manera simple y detallada, así se tratara de los laberintos de la política, tema en el que siempre encontraba el sentido lógico de la verdad, por eso es que era muy difícil que los políticos de cualquier nivel pudieran ocultarse ante su gran capacidad de análisis.
Bueno, gracias y adiós al hombre bueno y generoso, que desbordó imaginación y talento con su estilo único, que supo hacer de la palabra su herramienta favorita para plasmarla con la precisión debida en sus acertadas reflexiones durante muchos años y que con su pluma, en medio de la oscuridad, siempre dio la luz faltante al servicio de la sociedad. Finalmente él emprendió la marcha por el camino que no deseamos transitar, pero que algún día irremediablemente tendrá que ser así, y contrario a lo que aseveró en su despedida, ¡sí nos volveremos a encontrar!
Pálida tinta: Aparte de farsante, inepto e incumplido, ahora resulta que el abyecto Raúl Flores, Jefe Delegacional en Coyoacán, se dice que dolosamente ha hecho mal uso de los recursos económicos asignados a esa demarcación territorial. Sucede que el dirigente del PAN, Obdulio Ávila y el Diputado Federal Ezequiel Rétiz, han presentado denuncia penal en contra de este ladino funcionario, mediante la cual le enderezan una acusación muy grave, supuestamente, por haber cometido el delito de peculado al desviar 39.4 millones de pesos que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se los había etiquetó para que realizara determinadas obras públicas en esa delegación. Pero que cree, aseguran los indignados denunciantes, que el señor Raúl Flores le valió pasarse por encima de la ley y burlarse del mandato del Poder Legislativo Local, al desviar esos recursos económicos dizque para el pago de alimentos y nómina, en la que por cierto aseguran habrá incluido a toda su parentela que tiene ahí metida, desde cuñadas y cuñados con altos sueldazos. Pero no se espante, porque también se dice que eso no es todo, ya que señalan que podrían existir otros malos manejos que se están investigando. Que decepción para los habitantes de Coyoacán con este engañoso funcionario, quienes incluso siguen esperando que les cumpla la promesa que en campaña les hizo en el sentido de que les construiría un hospital general y un paso a desnivel que cruzaría Tlalpan a través del cual se conectaría la calzada de la Virgen con el Eje 10 Sur. Sí no cumple en los pocos meses que le restan a su gestión, quedará como un vulgar demagogo y será un lastre para el PRD, ya que por esas causas, afirman los que saben, que en las próximas elecciones este partido seguro perderá esa delegación.
De manera discreta, como fue su personalidad, el viernes pasado se despidió sin que casi lo notáramos, y para ello dio el último teclaso en su legendaria columna Plaza Pública, escrita todos los días en el periódico Reforma, después de haber hecho también historia con sus valiosas aportaciones en otros importantes diarios nacionales. Su despedida la sintetizó al expresar: “Esta es la última vez en que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”
Sí, luego de más de cuatro décadas de ejercer el periodismo con la sabiduría y la singularidad propia del licenciado Miguel Ángel Granados Chapa, por fin él decidió darle la vuelta a la última página de un largo capitulo para cerrarlo en definitiva y así poner el punto final a esa noble actividad periodística que con enorme profesionalismo y ética desplegó generosamente para mantener a su público lector siempre informado, día tras día, de una forma veraz, precisa y muy objetiva sobre los hechos que cotidianamente cobran relevancia en el acontecer, tanto nacional como internacional.
Fuimos muchas generaciones que desde jóvenes nos convertimos en asiduos lectores de la columna Plaza Pública, escrita por el gran periodista Granados Chapa. Ello en razón de su estilo respetuoso, ameno, claro, preciso, imparcial e interesante, con lo cual desde un principio quedamos para siempre atrapados en su lectura.
En ella solíamos encontrar la explicación detallada que necesitábamos o el eslabón faltante que luego nos permitiría comprender con mayor claridad lo que en nuestro entorno sucedía, así como también se convertía en una fuente para disipar nuestras dudas, y sobre todo, leer la columna del maestro Granados Chapa, significaba tener al alcance de nuestras manos una valiosa oportunidad de informarse, así como un elemento auxiliar en el discernimiento de nuestros juicios que permitía que nuestras conclusiones reflejaran una mayor madurez en nuestro criterio.
Es de considerar que el maestro Granados Chapa tenía el talento de conducir de la mano al lector por el complejo entramado de la información para desanudarla y mostrársela de una manera simple y detallada, así se tratara de los laberintos de la política, tema en el que siempre encontraba el sentido lógico de la verdad, por eso es que era muy difícil que los políticos de cualquier nivel pudieran ocultarse ante su gran capacidad de análisis.
Bueno, gracias y adiós al hombre bueno y generoso, que desbordó imaginación y talento con su estilo único, que supo hacer de la palabra su herramienta favorita para plasmarla con la precisión debida en sus acertadas reflexiones durante muchos años y que con su pluma, en medio de la oscuridad, siempre dio la luz faltante al servicio de la sociedad. Finalmente él emprendió la marcha por el camino que no deseamos transitar, pero que algún día irremediablemente tendrá que ser así, y contrario a lo que aseveró en su despedida, ¡sí nos volveremos a encontrar!
Pálida tinta: Aparte de farsante, inepto e incumplido, ahora resulta que el abyecto Raúl Flores, Jefe Delegacional en Coyoacán, se dice que dolosamente ha hecho mal uso de los recursos económicos asignados a esa demarcación territorial. Sucede que el dirigente del PAN, Obdulio Ávila y el Diputado Federal Ezequiel Rétiz, han presentado denuncia penal en contra de este ladino funcionario, mediante la cual le enderezan una acusación muy grave, supuestamente, por haber cometido el delito de peculado al desviar 39.4 millones de pesos que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se los había etiquetó para que realizara determinadas obras públicas en esa delegación. Pero que cree, aseguran los indignados denunciantes, que el señor Raúl Flores le valió pasarse por encima de la ley y burlarse del mandato del Poder Legislativo Local, al desviar esos recursos económicos dizque para el pago de alimentos y nómina, en la que por cierto aseguran habrá incluido a toda su parentela que tiene ahí metida, desde cuñadas y cuñados con altos sueldazos. Pero no se espante, porque también se dice que eso no es todo, ya que señalan que podrían existir otros malos manejos que se están investigando. Que decepción para los habitantes de Coyoacán con este engañoso funcionario, quienes incluso siguen esperando que les cumpla la promesa que en campaña les hizo en el sentido de que les construiría un hospital general y un paso a desnivel que cruzaría Tlalpan a través del cual se conectaría la calzada de la Virgen con el Eje 10 Sur. Sí no cumple en los pocos meses que le restan a su gestión, quedará como un vulgar demagogo y será un lastre para el PRD, ya que por esas causas, afirman los que saben, que en las próximas elecciones este partido seguro perderá esa delegación.
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