Apro
Al menos seis madres de familia fueron obligadas a prostituirse y fueron privadas de su libertad en el refugio “Mujeres Unidas contra la Violencia”.
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal, en una inspección en el refugio, encontró a cinco mujeres y ocho menores de edad que denunciaron torturas por parte de Soledad Griensen Porras, dueña del refugio.
Algunas de ellas, incluso, hicieron señalamientos directos contra Giensen, a quien acusaron de prostituirlas con hombres que llevaba al centro.
Soledad Griensen Porras, de 50 años de edad, fue arrestada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) adscritos al grupo de atención a víctimas de violencia familiar.
Las presuntas víctimas argumentaron que entre otros castigos, la mujer colocaba chile en las partes íntimas de los niños, a quienes igualmente golpeaba y maltrataba.
Según el reporte oficial, dentro del centro de ayuda se localizó material pornográfico, y las personas al momento que fueron aseguradas refirieron que la directora del lugar las tenía incomunicadas e incluso sin comer.
Al menos seis madres de familia fueron obligadas a prostituirse y fueron privadas de su libertad en el refugio “Mujeres Unidas contra la Violencia”.
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal, en una inspección en el refugio, encontró a cinco mujeres y ocho menores de edad que denunciaron torturas por parte de Soledad Griensen Porras, dueña del refugio.
Algunas de ellas, incluso, hicieron señalamientos directos contra Giensen, a quien acusaron de prostituirlas con hombres que llevaba al centro.
Soledad Griensen Porras, de 50 años de edad, fue arrestada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) adscritos al grupo de atención a víctimas de violencia familiar.
Las presuntas víctimas argumentaron que entre otros castigos, la mujer colocaba chile en las partes íntimas de los niños, a quienes igualmente golpeaba y maltrataba.
Según el reporte oficial, dentro del centro de ayuda se localizó material pornográfico, y las personas al momento que fueron aseguradas refirieron que la directora del lugar las tenía incomunicadas e incluso sin comer.
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