Jorge Diaz
Quién no se acuerda de la tristemente célebre frase: “Es un peligro para México”. En los últimos días hemos visto, leído o escuchado, que los aspirantes a abanderar a sus respectivos partidos políticos en la contienda presidencial, están más que dispuestos a utilizar nuevamente frases y lenguaje de los que luego se quejan cuando son usados contra ellos. Pero la tentación es grande.
La efervescencia propia de las campañas, empuja a los candidatos ya calientes, a soltar verdaderos ganchos al hígado de sus contrincantes para ya sea, subir en las encuestas o restarle un punto en las mismas a los punteros.
Los asesores ansiosos por aconsejar cualquier cosa para llevar a sus clientes al triunfo y con eso, meterse mucho dinero y una buena recomendación para las elecciones futuras, no se tientan el corazón al pasarles frases pegadoras, pero al límite de lo civilizado.
La regla que aplica para ellos en su lógica de ganar o ganar es: primero tiro la piedra y luego escondo la mano; y es que de la manera en que está diseñada la vida político-nacional, finalmente sabemos que no pasa nada, si no me creen entonces díganme ¿Qué consecuencias tuvo la frase con la que abrí la columna? ¿Sanciones económicas? Las pagamos nosotros, ellos no se apuran.
Y aunque triste, eso sentó precedente y abrió la posibilidad de que otros usen las mismas artimañas, con el propósito de salirse con la suya.
Por lo pronto, me permito recordar una muy reciente de Marcelo Ebrard, dando su opinión sobre el posible regreso del PRI: “Es lo peor que le puede pasar al país; sería una tragedia, no digo peligro, pero sí tragedia”.
No dijo peligro, pero ya lo dijo. Podrán decir que es algo muy light, pero esto es sólo el principio, la cantidad de mala leche preparada para lo que viene por parte de todos los competidores, irá subiendo de tono conforme los protagonistas vayan sintiendo que el sueño se les está yendo de las manos.
Estoy seguro que si le buscamos, encontraremos más de estas frases en el pasado reciente, con motivo de las contiendas internas y la preparación de lo que será la madre de todas las batallas, la de 2012, más lo que venga.
Y así se la van a llevar nuestros políticos, para el asombro del respetable y para fomentar aún más la división y encono entre los mexicanos. Luego no se sientan ofendidos, el que se lleva se aguanta.
Quién no se acuerda de la tristemente célebre frase: “Es un peligro para México”. En los últimos días hemos visto, leído o escuchado, que los aspirantes a abanderar a sus respectivos partidos políticos en la contienda presidencial, están más que dispuestos a utilizar nuevamente frases y lenguaje de los que luego se quejan cuando son usados contra ellos. Pero la tentación es grande.
La efervescencia propia de las campañas, empuja a los candidatos ya calientes, a soltar verdaderos ganchos al hígado de sus contrincantes para ya sea, subir en las encuestas o restarle un punto en las mismas a los punteros.
Los asesores ansiosos por aconsejar cualquier cosa para llevar a sus clientes al triunfo y con eso, meterse mucho dinero y una buena recomendación para las elecciones futuras, no se tientan el corazón al pasarles frases pegadoras, pero al límite de lo civilizado.
La regla que aplica para ellos en su lógica de ganar o ganar es: primero tiro la piedra y luego escondo la mano; y es que de la manera en que está diseñada la vida político-nacional, finalmente sabemos que no pasa nada, si no me creen entonces díganme ¿Qué consecuencias tuvo la frase con la que abrí la columna? ¿Sanciones económicas? Las pagamos nosotros, ellos no se apuran.
Y aunque triste, eso sentó precedente y abrió la posibilidad de que otros usen las mismas artimañas, con el propósito de salirse con la suya.
Por lo pronto, me permito recordar una muy reciente de Marcelo Ebrard, dando su opinión sobre el posible regreso del PRI: “Es lo peor que le puede pasar al país; sería una tragedia, no digo peligro, pero sí tragedia”.
No dijo peligro, pero ya lo dijo. Podrán decir que es algo muy light, pero esto es sólo el principio, la cantidad de mala leche preparada para lo que viene por parte de todos los competidores, irá subiendo de tono conforme los protagonistas vayan sintiendo que el sueño se les está yendo de las manos.
Estoy seguro que si le buscamos, encontraremos más de estas frases en el pasado reciente, con motivo de las contiendas internas y la preparación de lo que será la madre de todas las batallas, la de 2012, más lo que venga.
Y así se la van a llevar nuestros políticos, para el asombro del respetable y para fomentar aún más la división y encono entre los mexicanos. Luego no se sientan ofendidos, el que se lleva se aguanta.
Comentarios