Círculo vicioso

Jorge Diaz

Basado en la calificación aprobatoria que los michoacanos dieron a la candidata a gobernadora por su estado, Luisa María Calderón, después del debate llevado a cabo entre los abanderados del PRI, PRD y PAN, según la empresa GCE, mi comentario será sobre el círculo vicioso en el que parecen estar estas elecciones en Michoacán y las próximas presidenciales en 2012.

Considerando dos de los factores de mayor impacto para normar criterio entre los electores; economía y seguridad, salta a la vista que algo está mal en el ejercicio de elegir gobernantes en nuestro país.

Estoy seguro que basados principalmente en esos factores, los michoacanos están dando una mala calificación al gobierno actual (PRD) y por ende, la oportunidad de hacer mejor las cosas, a la propuesta del PAN. Pero considerando la experiencia de gobierno del PAN en otras entidades y al frente del gobierno federal, el razonamiento de los michoacanos dista mucho de la posibilidad de tener éxito.

El rubro de la seguridad y el mejoramiento de la economía familiar entre otros, son precisamente lo que los panistas no nos han podido regalar desde la tan ansiada llegada de la alternancia ¿dónde hay una historia de éxito y felicidad ciudadana en la trayectoria del PAN como gobierno?

Si tomáramos en cuenta el lazo sanguíneo que une a la candidata panista con el Presidente Calderón, el horizonte es aun más obscuro, no sólo por los antecedentes bélicos y la cerrazón del actual presidente, sino porque la historia nos dice que irremediablemente los ex presidentes se rinden ante la tentación de seguir metiendo las manos donde no los llaman ¿qué podemos esperar del próximo ex presidente en turno? Lo mismo, entonces ¿a qué mejora puede aspirar Michoacán?

Si abrimos la tercera carta, se destapa la segunda opción en las preferencias de aquel Estado: el PRI. Qué podemos comentar de su historia reciente y la no tanto, que no sea patética y retrograda. No se necesita ser adivino para vaticinar que también las elecciones presidenciales presentarán lo que se ha convertido ya, en un síndrome de nuestra Democracia: estar como caballos de molienda, dando vueltas siempre en el mismo lugar ¿Por qué? Porque no hemos creado otras opciones ni mecanismos efectivos de rendición de cuentas.

Es imperante la necesidad de seguir el camino de la refundación de nuestra vida cívica y política, y estos cambios llegarán si y sólo si, la ciudadanía se involucra de manera comprometida en los asuntos que tienen que ver; para decirlo de manera sencilla, con el país que nuestros hijos van a heredar. De lo contrario, el área de confort que le hemos regalado a los gobiernos y autoridades desde eras precolombinas, nunca la abandonarán, ¡de mensos!

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