En el aire, la sociedad en el seno de Repsol; toman el control los más críticos de la operación
Echan a Del Rivero de presidencia de Sacyr por la alianza con Pemex
Se insiste en abrir expediente por conflicto de intereses y expulsar del consejo a los asociados
Armando G. Tejeda / Corresponsal
Luis del Rivero, el principal aliado de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la operación de adquisición de acciones de Repsol, fue destituido como presidente ejecutivo de Sacyr, donde además dejará de ser consejero y por tanto no tendrá representación en ningún otro órgano empresarial. El consejo de administración de Sacyr decidió finalmente apartar al empresario murciano, muy cuestionado al interior de la compañía por dos motivos: su alianza con Pemex para cambiar el status quo de Repsol y por la situación financiera crítica de la empresa, que debe más de 11 mil millones de euros. El futuro de la alianza con Pemex en el seno de Repsol está en el aire, una vez que ahora los socios más críticos con esta operación controlan Sacyr.
Luis del Rivero (Murcia, 1949) se convirtió en la primera víctima de la arriesgada operación empresarial que anunció él mismo, junto al director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, el pasado 29 de agosto, al informar de la nueva alianza de sindicación de acciones entre ambas empresas en el seno de Repsol y el compromiso de Pemex de aumentar su participación, para pasar de 5 a 9.8 por ciento. Así, Del Rivero y Suárez Coppel pretendían sumar 29.8 por ciento del total de Repsol, con la pretensión de cambiar la dirección ejecutiva de la multinacional del petróleo, sobre todo para apartar del cargo al actual director, el catalán Antonio Brufau, enfrentado desde hace años con el constructor murciano.
El nuevo presidente de Sacyr es Manuel Manrique, quien hasta ahora era consejero delegado y que recibió el apoyo de los dos vicepresidentes, Demetrio Carceller y Juan Abelló, quienes habían manifestado abiertamente sus críticas a la gestión de Del Rivero, sobre todo en la maniobra empresarial diseñada junto a Pemex.
La relación de la destitución de Del Rivero con la operación de Repsol quedó de manifiesto con el primer anuncio del nuevo presidente, quien informó que este mismo viernes se reunirá con el director de Repsol, Brufau, se supone que para intentar reconducir la crisis abierta en el seno de la petrolera. En la más reciente sesión del consejo de administración de Repsol se instó a Pemex y a Sacyr a dejar sin efecto su acuerdo. Además se abrió un expediente de investigación para una hipotética expulsión de los consejeros que representan a Pemex y a Sacyr en Repsol por un supuesto conflicto de interés permanente, así como la solicitud expresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que investigue el tránsito de compra y venta de acciones de Repsol entre julio y agosto, con la sospecha de que Pemex podría haber incurrido en uso de información privilegiada para hacerse con el control de 4.6 por ciento de acciones que adquirió en esas fechas y que supuso un desembolso de mil 100 millones de euros.
Con la guerra abierta en Repsol y con una compleja negociación de la deuda con una veintena de bancos acreedores se presentó Del Rivero ante sus principales socios. La tensión era de tal nivel que en los últimos 10 días se han celebrado cuatro reuniones del consejo de administración, en las que sí trascendió el enfrentamiento abierto de Del Rivero con Carceller y Abelló, quienes no fueron informados de las maniobras del constructor en México y que, una vez anunciada la operación, expresaron abiertamente sus recelos.
Del Rivero se presentó al consejo de hoy con un acuerdo de sindicación de acciones, firmado a primera hora de la mañana con el consejero Francisco Javier Gayo, con el que supuestamente se garantizaba la mayoría en la sesión y la continuidad en el cargo. Pero las cosas cambiaron unas horas más tarde, cuando su antes aliado y hoy presidente de Sacyr, Manrique, decidió apoyar al bloque comandado por Carceller y Abelló. Al final se votó la destitución de Del Rivero, con un resultado de 10 consejeros a favor, siete en contra y una abstención. El constructor murciano y fundador de la empresa decidió entonces presentar su dimisión como consejero, lo que supone también que no podrá representar a Sacyr en los consejos de administración de otras compañías, como es el caso de Repsol, donde la constructora tiene tres sillas de consejeros.
El nuevo presidente de Sacyr se reunirá este viernes con Brufau, con quien hablará sobre la situación en Repsol y la vía para lograr pacificar la guerra abierta, que de no resolverse en el consejo de administración podría derivar en un largo proceso judicial entre los socios. De hecho Pemex ya anunció la impugnación de los acuerdos del consejo de administración del pasado 29 de septiembre, en el que definitivamente se rompió el diálogo entre la dirección de Repsol con el cesado Del Rivero y el propio Suárez Coppel, quien a la salida de la reunión criticó el trato recibido, al asegurar que incluso se le negó información sensible de la empresa por la sombra de sospecha que había levantado tras ser acusado de incurrir en conflicto de intereses permanente.
Echan a Del Rivero de presidencia de Sacyr por la alianza con Pemex
Se insiste en abrir expediente por conflicto de intereses y expulsar del consejo a los asociados
Armando G. Tejeda / Corresponsal
Luis del Rivero, el principal aliado de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la operación de adquisición de acciones de Repsol, fue destituido como presidente ejecutivo de Sacyr, donde además dejará de ser consejero y por tanto no tendrá representación en ningún otro órgano empresarial. El consejo de administración de Sacyr decidió finalmente apartar al empresario murciano, muy cuestionado al interior de la compañía por dos motivos: su alianza con Pemex para cambiar el status quo de Repsol y por la situación financiera crítica de la empresa, que debe más de 11 mil millones de euros. El futuro de la alianza con Pemex en el seno de Repsol está en el aire, una vez que ahora los socios más críticos con esta operación controlan Sacyr.
Luis del Rivero (Murcia, 1949) se convirtió en la primera víctima de la arriesgada operación empresarial que anunció él mismo, junto al director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, el pasado 29 de agosto, al informar de la nueva alianza de sindicación de acciones entre ambas empresas en el seno de Repsol y el compromiso de Pemex de aumentar su participación, para pasar de 5 a 9.8 por ciento. Así, Del Rivero y Suárez Coppel pretendían sumar 29.8 por ciento del total de Repsol, con la pretensión de cambiar la dirección ejecutiva de la multinacional del petróleo, sobre todo para apartar del cargo al actual director, el catalán Antonio Brufau, enfrentado desde hace años con el constructor murciano.
El nuevo presidente de Sacyr es Manuel Manrique, quien hasta ahora era consejero delegado y que recibió el apoyo de los dos vicepresidentes, Demetrio Carceller y Juan Abelló, quienes habían manifestado abiertamente sus críticas a la gestión de Del Rivero, sobre todo en la maniobra empresarial diseñada junto a Pemex.
La relación de la destitución de Del Rivero con la operación de Repsol quedó de manifiesto con el primer anuncio del nuevo presidente, quien informó que este mismo viernes se reunirá con el director de Repsol, Brufau, se supone que para intentar reconducir la crisis abierta en el seno de la petrolera. En la más reciente sesión del consejo de administración de Repsol se instó a Pemex y a Sacyr a dejar sin efecto su acuerdo. Además se abrió un expediente de investigación para una hipotética expulsión de los consejeros que representan a Pemex y a Sacyr en Repsol por un supuesto conflicto de interés permanente, así como la solicitud expresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que investigue el tránsito de compra y venta de acciones de Repsol entre julio y agosto, con la sospecha de que Pemex podría haber incurrido en uso de información privilegiada para hacerse con el control de 4.6 por ciento de acciones que adquirió en esas fechas y que supuso un desembolso de mil 100 millones de euros.
Con la guerra abierta en Repsol y con una compleja negociación de la deuda con una veintena de bancos acreedores se presentó Del Rivero ante sus principales socios. La tensión era de tal nivel que en los últimos 10 días se han celebrado cuatro reuniones del consejo de administración, en las que sí trascendió el enfrentamiento abierto de Del Rivero con Carceller y Abelló, quienes no fueron informados de las maniobras del constructor en México y que, una vez anunciada la operación, expresaron abiertamente sus recelos.
Del Rivero se presentó al consejo de hoy con un acuerdo de sindicación de acciones, firmado a primera hora de la mañana con el consejero Francisco Javier Gayo, con el que supuestamente se garantizaba la mayoría en la sesión y la continuidad en el cargo. Pero las cosas cambiaron unas horas más tarde, cuando su antes aliado y hoy presidente de Sacyr, Manrique, decidió apoyar al bloque comandado por Carceller y Abelló. Al final se votó la destitución de Del Rivero, con un resultado de 10 consejeros a favor, siete en contra y una abstención. El constructor murciano y fundador de la empresa decidió entonces presentar su dimisión como consejero, lo que supone también que no podrá representar a Sacyr en los consejos de administración de otras compañías, como es el caso de Repsol, donde la constructora tiene tres sillas de consejeros.
El nuevo presidente de Sacyr se reunirá este viernes con Brufau, con quien hablará sobre la situación en Repsol y la vía para lograr pacificar la guerra abierta, que de no resolverse en el consejo de administración podría derivar en un largo proceso judicial entre los socios. De hecho Pemex ya anunció la impugnación de los acuerdos del consejo de administración del pasado 29 de septiembre, en el que definitivamente se rompió el diálogo entre la dirección de Repsol con el cesado Del Rivero y el propio Suárez Coppel, quien a la salida de la reunión criticó el trato recibido, al asegurar que incluso se le negó información sensible de la empresa por la sombra de sospecha que había levantado tras ser acusado de incurrir en conflicto de intereses permanente.
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