Sólo le faltaba el banderazo del puntero del PRI en preferencias electorales, Enrique Peña Nieto, para que Beatriz Paredes, destapada por él como su candidata a la gubernatura del Distrito Federal, comenzara a buscar apoyos. No habían pasado ni 48 horas de haber expresado Peña Nieto su respaldo, cuando el equipo de Paredes comenzó a hablar por teléfono a diferentes organismos cúpula para que empezaran a invitarla a hablar con ellos para darles a conocer lo que tiene en mente para la capital federal. Increíble, desde el punto de vista de operación política, que sus potenciales adversarios en el PRD y el PAN, siguen discutiendo entre ellos y no han comenzado a hacer lo que la priísta inició: los contactos hacia el exterior, donde se encuentran, sobretodo, respaldos financieros.
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