AMLO y Peña Nieto, similitudes

Campos Elíseos / Katia D'Artigues

El turno de Josefina

Parecerían opuestos, sin embargo en los hechos Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador tienen cosas en común… La más reciente es que los dos están en contra de pensar —siquiera en la posibilidad— de un gobierno de coalición. Estuvieron en contra de alianzas en el Estado de México y la semana pasada, los diputados cercanos a ambos —PRI, PT y Convergencia—, estaban de acuerdo en votar a una terna de los consejeros faltantes del IFE, que no pasó.

Pese a sus edades, creencias ideológicas y caras, son políticos que creen en el presidencialismo, figura donde el poder no se comparte. Son, en el fondo, conservadores políticos. Peña cree que puede tener mayoría; AMLO ha dicho, desde 2006, que quiere reinstaurar la “dignidad” —y el poder— del Presidente.

Ambos son religiosos. Peña Nieto hizo un internado en una escuela de Estados Unidos dirigida por sacerdotes y estuvo en la Universidad Panamericana, del Opus Dei; López Obrador es cristiano y hace muchas referencias a la Biblia, a amar al prójimo y a la “moralidad” perdida.

Ambos tienen gran atractivo con las mujeres (en serio).

La propuesta de hacer gobiernos de coalición es como la propuesta de debatir: la hacen quienes la necesitan: los que están, digamos en la oposición y/o en desventaja. Ayer Beltrones declaró que Calderón en el 2006 se la propuso al PRI… que no aceptó. Y ahora, en tiempos electorales, en torno a esta figura, un apasionante debate intelectual, hay quienes coinciden y así se ven modernos y progres (apoyados además por un grupo de intelectuales de todo mi respeto): Creel, Beltrones y Ebrard.

Pero, no nos hagamos. No hay tiempo ni “voluntad política” para que una iniciativa así pase. ¡Estamos al 5 para las 12 del proceso electoral que ya comenzó formalmente! ¿Qué se busca al plantear ahora esta iniciativa? Diferenciarse. Lo decía dramáticamente Marcelo Ebrard: “Es el gobierno de coalición o el desastre del PRI”. Es decir: todos los que no están de este lado son autoritarios. Y ahí está también su compañero AMLO… ups.

Y están Cordero y Vázquez Mota en una posición capulinesca: no sé, puede ser, a lo mejor, quién sabe.

Por congruencia, si Creel y Ebrard estaban tan a favor de un gobierno de coalición, ¿por qué no lo hicieron en su momento reciente como secretario de Gobernación y jefe de gobierno?

Hasta ahora, los experimentos mexicanos prueban que del amor al odio hay un gobierno de coalición. Vea el caso de Antonio Echevarría, Pablo Salazar. Las broncas que tienen Malova y Gabino Cué.

De que suena bien, pues sí. Tendríamos que ser un país donde tomaran más en cuenta a los ciudadanos en la toma de decisiones y nosotros participáramos más. Pero, ¿no irá contra nuestro ADN priísta,
presente tanto en Peña como en AMLO, contra el “pequeño priísta que todos llevamos dentro”, como dijo alguna vez Felipe Calderón y lo ha ejercido?

Me encantaría equivocarme.

¿Quién y cómo trataron de convencer a Everardo Moreno, de bajarse de la contienda priísta en 2006? ¿Cuántos agentes de la DEA están en México? Además el nuevo reto del astronauta mexicano José Hernández y que Xóchitl Gálvez quiere ser… se lo cuento en la edición online.

Política del corazón
Suspiro al ver la portada de Quién. Josefina Eugenia Vázquez Mota le abrió la puerta de su casa a esta revista y sale en fotos posando con su esposo, Sergio Ocampo y dos de sus tres hijas: María José, la mayor; y Montserrat, la tercera. Celia María, la de en medio, es médico y anda trabajando… ¡En África!

En entrevista con Ignacio Lozano, algunas cosas de la única mujer suspirante a la Presidencia que poco se saben:

— Su abuelo del lado Mota (sic) fue “bohemio, carnicero y panadero”. Le escribió discursos a Vicente Lombardo Toledano.

— Su esposo, Sergio Ocampo, es vendedor de Maseca.

— Complejo Edípico superado (esperamos). Josefina dice que su primer amor fue su papá: “Se me caía la baba por él”.

— Ella confía mucho en la lectura que su esposo hace de las personas, dice que casi nunca se equivoca. Le dice, por ejemplo: “No confíes en esta persona porque no es de fiar”.

— Que tiene las cirugías plásticas “mínimas indispensables vinculadas al tema de la mujer”. Lo que, como mujer. me hizo quedarme con una gran interrogante. Peor porque luego dice que ninguna, que a qué hora.

— Que sus amigos políticos son: Carlos Medina, Dolores del Río, Gloria Luján, Margarita Zavala y Elena Álvarez. De otros partidos, Beatriz Paredes, Amalia García, Ruth Zavaleta y Xóchitl Gálvez.

— Señal política. Lo que dice de Elba Esther Gordillo: “Reconozco en su persona la voluntad y la audacia de construir junto conmigo en la Secretaría de Educación Pública”.

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