Sin árbitro, la batalla de Pemex-Sacyr por Repsol

Deja que la batalla se desarrolle en el consejo de administración o hasta en tribunales

Desestima comisión de energía valorar la intervención de Pemex en Repsol

Se abrió una guerra sin cuartel en la que cada bando busca el control de la petrolera española

El consejo reforma su propio reglamento y define estrictos requisitos para operaciones

Armando G. Tejeda / Corresponsal


Tras el vapuleo de ayer en el consejo de administración de Repsol, la Comisión Nacional de Energía (CNE) informó que ha decidido desestimar la petición de analizar la operación orquestada por Petróleos Mexicanos (Pemex) y la constructora Sacyr de sindicar sus acciones. Un paso más en la guerra abierta por el control de Repsol, que deja el campo de batalla en el seno del consejo de administración, en la asamblea de accionistas o, en el caso más extremo, en los tribunales ordinarios, donde la dirección de Pemex podría ser acusada de un supuesto delito de fraude a la ley.

El tenso consejo de administración de ayer en la sede central de Repsol dejó de herencia una guerra abierta, sin cuartel, en la que cada bando está desarrollando su estrategia para, en resumen, asumir el control de la multinacional del petróleo Repsol, la segunda empresa en facturación de España, con presencia en más de 30 países y valorada en 350 mil millones de euros.

Por un lado está la actual dirección de Repsol, con Antonio Brufau a la cabeza, que tiene el respaldo de 12 de los 16 consejeros de la empresa, así como el apoyo del segundo accionista, CaixaBank, y de los minoritarios, que podrían ser cruciales en una eventual asamblea general. Por otro lado está Pemex-Sacyr, que cuenta con cuatro sillones en el consejo de administración, si bien uno de ellos, el ocupado por el empresario Juan Abelló, no se sabe con certeza qué hará, una vez que trascendió que en la sesión de ayer tuvo una agria discusión con el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, por la estrategia de la operación, y decidió abandonar la sala antes de la votación.

Como era de esperar, la CNE decidió desestimar la petición hecha por la dirección de Repsol y de Gas Natural Fenosa, de valorar en aplicación de la función 14 del órgano regulador la operación orquestada por Sacyr-Pemex, una vez que el acuerdo de sindicación de acciones tendría una serie de consecuencias en el mercado del gas, al ser la propia Repsol dueña de 30 por ciento de Gas Natural.

En un comunicado, y tras una votación de seis a dos, la CNE concluyó: para que la función decimocuarta sea de aplicación, no basta cualquier relación de dependencia entre la sociedad en la que se adquieren participaciones y la sociedad que desarrolla las actividades mencionadas en la norma. Ésta exige que entre dichas sociedades exista una relación de dependencia específica y cualificada, a saber: la relación de grupo. Es decir, considera que aunque Repsol es la socia mayoritaria de Gas Natural, no es en estricto sentido parte del mismo grupo. La decisión no supone que el organismo esté a favor o en contra de la operación, sino sólo considera que la toma de una participación de Repsol no requiere su aprobación.

Buscan expulsar a consejeros

La petición ante la CNE fue el primer paso de la dirección de Repsol para intentar ganar tiempo, de cara a diseñar una estrategia para neutralizar la ofensiva de Pemex-Sacyr, que tuvo su momento culminante en el consejo de administración de ayer, en el que el director general de la paraestatal mexicana, Juan José Suárez Coppel, sufrió un duro vapuleo, al negársele información sensible de la compañía y ser testigo del cierre de filas de los consejeros en torno a Brufau. Al mismo tiempo, testificó la tensión y abierto enfrentamiento entre su socio, Del Rivero, y uno de los principales accionistas de Sacyr y consejero en Repsol, Juan Abelló, quien se ha mostrado crítico de la operación.

Además, el actual director de Repsol logró sacar adelante un documento que tendrá dos repercusiones inmediatas: iniciar los trámites para una eventual expulsión de los cuatro consejeros de Pemex y Sacyr por conflicto de intereses permanente y blindar de cara al futuro la tecnología de la empresa y su eventual control por una empresa ajena. Es decir, el consejo de sdministración decidió reformar su propio reglamento para impedir un caso semejante al de Pemex-Sacyr.

Según la nueva redacción del reglamento del consejo, se someten a estrictos requisitos las operaciones que la sociedad realice, directa o indirectamente, con consejeros, con accionistas significativos representados en el consejo o con personas vinculadas a ellos. Sobre todo en las operaciones vinculadas que tengan por objeto activos estratégicos de la sociedad, que impliquen transferencia de tecnología relevante.

Pemex defendió su multimillonaria inversión en Repsol –que ascendió a mil 150 millones de euros sólo en la adquisición de 4.62 por ciento a principios de mes– por una eventual transferencia de tecnología, sobre todo en el área de la exploración en aguas profundas, como sostiene en el documento interno Contexto del aumento de participación de Pemex en Repsol, publicado por primera vez en La Jornada.

Al margen de la resolución de la CNE, la operación de Sacyr-Pemex todavía tiene varios frentes abiertos ante la CNMV, donde fueron acusados de usar información privilegiada y una eventual querella penal de pequeños y medianos accionistas que consideran que habrían incurrido en fraude a la ley. Pero sin duda la batalla crucial se desarrollará en el seno de Repsol, donde hasta el momento la alianza Pemex-Sacyr es el eslabón más débil.

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